El término, cuyo origen es casi un mito, es el americanismo más extendido del mundo, pues está presente en más de 600 lenguas y dialectos, y hasta fue utilizado por los astronautas que pisaron por primera vez la Luna.
Cuatro letras que a veces son dos y que ocasiones llegan a ser siete. Cuatro letras que se resumen en un circulito que hacemos con los dedos índice y pulgar, mientras levantamos los tres, o que simbolizamos simplemente con el dedo pulgar arriba. Esas cuatro letras forman una palabra que sea cual sea el lugar donde la pronunciemos será entendida y su significado será el mismo.
Es okey, la palabra más utilizada en el mundo, la misma que cada segundo que pasa es pronunciada en algún lugar y que está presente en más de 600 lenguas y en cantidad de dialectos.
Es una abreviatura sin fronteras que incluso ha sido utilizada en la Luna, cuando en 1969, Buzz Aldrin y Neil Armstrong confirmaron a Houston que el módulo Eagle del Apolo 11 había llegado.
«Okey», «oki doki», «okis»… Todos hemos utilizado estas expresiones alguna vez y seguramente las hayas escrito en algún momento para responder un mensaje o un Whatsapp. Lo cierto es que esta expresión lo resume todo. Que no tienes ganas de dar explicaciones, «OK», que todo está claro, que te gusta, que quieres cortar una conversación o contestar a una petición u orden… ¡lo mismo!
Es la clásica expresión que utilizamos sin conocer su origen o procedencia. Como expresión universal, la empleamos para señalar que estamos de acuerdo o que va todo bien. De forma arbitraria, en la cotidianeidad se le ha atribuido el significado de «todo bien», un signo lingüístico al que no le prestamos mucha atención.
Fue el lingüista norteamericano y docente de la Universidad de Columbia, Allen Walker Read, quien se preocupó de encontrar el verdadero origen de la palabra. Dedicó varios años de su vida a examinar documentos, hemerotecas y textos antiguos hasta que logró dar forma a la explicación que hoy es la que se tiene por verdadera y así eliminar algunas hipótesis como la de que el origen principal del término viene de la Guerra Civil estadounidense, cuando los soldados utilizaban una pizarra para revelar los muertos en la batalla, «0 killed» (cero muertos) en el caso de que nadie pereciera.
Todo apunta a que la teoría más verídica es la que señala al periódico The Boston Morning Post, en el que se publicó un artículo humorístico sobre los jóvenes intelectuales de Boston a principios del siglo XIX (allá por el 1830), quienes solían usar un código humorístico de frases abreviadas con errores ortográficos como «KC» para decir «knuff ced«, «KY» para «know yuse» o «OW» para «oll wright«. Y aunque la mayoría de ellos pasaron de moda y jamás nadie se acordó de ellos, «OK» o «oll korrect» (todo correcto) persistió a lo largo de los años.
Años más tarde, Martin Van Buren, presidente en busca de la reelección de 1840, lo usó como estrategia de campaña en el Partido Demócrata. Su apodo, «Old Kinderhook», en referencia al lugar en el que nació, hizo de la novedosa expresión «OK» su eslogan, aprovechando el posible doble sentido de sus iniciales con la expresión.
La estrategia funcionó bastante mal: el político fue derrotado por William Henry Harrison. Lo que nunca pensó es que se convertiría en el principal promotor de una expresión que con el tiempo llegaría a convertirse en el americanismo más extendido del mundo.