Personaje / 27 de marzo de 2021

“Como Chavela Vargas, yo también he amado sin medida”: Carmenza Gómez

Carmenza Gómez, interpretando a Chavela Vargas, en una de las escenas del musical al lado de Diego León Hoyos, quien encarna al cineasta Pedro Almodóvar.

Zoraida Noriega

La versátil actriz dijo a MiREDvista que tiene muchas cosas en común con la desaparecida cantante de rancheras, a quien encarna en el musical sobre su vida que se presenta por estos días en Bogotá. *Cuenta que estuvo casada,  pero nunca se sintió apta para ser mamá; que siempre ha ido contra la corriente, no es de rezos, ni de visitar iglesias.

«El característico poncho de Chavela era como un abrazo, como sus alas», dice Carmenza.

Desde muy pequeña la actriz Carmenza Gómez ya sentía admiración por la cantante Chavela Vargas, y con el tiempo se fue aprendiendo las canciones en los Lps que ponía en su casa en Cartagena, lejos de pensar que algún día, en 50 años de exitosa carrera actoral, le tocaría personificar a esa mítica artista en el musical Chavela por siempre Vargas que acaba de  estrenarse en el escenario Movistar Arena de Bogotá, tras varios aplazamientos debido a la pandemia.

Según ella, todo en la vida es un reto, “son dificultades que la persona va abordando, pero que las tiene que enfrentar si uno acepta esta invitación, es como coger los toros por los cachos. Yo he abordado personajes distintos durante mi carrera, pero en este caso es porque personifico a  una gran cantante. No solo porque tenía una excelente voz, sino que como intérprete era única. Ella fue un ser inconmensurable”.

“Para mí, Chavela tenía  un vibrato especial, su manera de arrancar las canciones son como un lamento. Por eso es que su voz es peculiar. Y eso me fascina, porque como a mí me ha gustado siempre la ópera,  entonces esa combinación que tiene ella de arrastrar las vocales y de darle ese vibrato, me recuerda las arias de la ópera. Me ha encantado montarme en esa onda de Chavela operática”, dice

La actriz se había dejado sus canas al natural, mucho antes que la llamaran para hacer el papel, del que afirma no le ha requerido gran esfuerzo teatral.

“Si hay algo que ella le transmite  a uno en sus canciones es su pasión por la vida con sus tropiezos y cosas bellas, sin miedo a nada. La pasión por el amor, ella lo dice: ‘toda mi vida he amado sin medida’ ¡y yo también! Entonces somos apasionadas y transgresoras.  Igualmente lo he sido en la vida, de repente en otras temáticas, pero lo he sido. A mí me tocó transgredir en Cartagena, porque había una manera de estar en el mundo de esa sociedad. Estaba establecido, en otras épocas, que la mujer cartagenera tenía un papel definido, había nacido para casarse con hombres de la misma ciudad y tener hijos. Y no quise hacer eso, ya pensaba de otra manera”, apunta Carmenza con cierto heroísmo, tan heroica como su Cartagena del alma.

Cuando estuvo casada, dice que no sintió la necesidad de tener hijos porque no se sentía apta para ser mamá. “Prefiero hacer de mamá en la ficción”, confiesa entre carcajadas.

COINCIDENCIAS CON CHAVELA

Con su característico desparpajo afirma que siempre ha ido contra la corriente como los salmones, “yo he hecho lo que me da la gana y lo que he creído en el momento, así me haya equivocado y cometido errores. ¿Que he cambiado? Sí. Porque la vida lo va transformando a uno. He hecho cosas no porque toca hacerlas o porque están de moda, ni porque es conveniente o porque están bien vistas. A mí no me importa ni lo uno ni lo otro. Es lo que considero debo hacer en la vida. En ese sentido también me puedo parecer a Chavela”.

En el espectáculo se oyen rancheras y boleros que interpretan en vivo los protagonistas.

Otra de las coincidencias que nos cuenta es que así como la intérprete de Llorona y muchos otros éxitos, que nació en Costa Rica y se sintió mexicana desde que se fue a vivir al país azteca cuando tenía 17 años, a Carmenza le pasó lo mismo: nació en New Orleans, EEUU, pero se siente tan cartagenera como ninguna otra, porque allí creció.  Como dice el refrán: “uno no es donde nace sino donde crece”.

Por sus venas le corre la sangre caribeña (sus papás eran cartageneros)  la alegría, espontaneidad y su pasión por la música forman parte de su ADN. Pese a que lleva casi 50 años viviendo en Bogotá no ha perdido el acento costeño. En su conversación siempre salen a flote sus apuntes graciosos que ella misma celebra con contagiosas carcajadas.

En la obra escrita por el dramaturgo mexicano Víctor Vásquez, Adriana Bottina y Ana Sofía González, representan a Chavela Vargas en su juventud y niñez, respectivamente.

En relación a la vida de la leyenda de música ranchera, a quien llamaban “la dama del tequila” por su pasión por el alcohol, en lo que sí no coincide la actriz es que nunca le ha gustado  “alzar el codo”. Sin embargo advierte que “si me hubiera gustado el trago, seguramente hubiera sido excesiva también. Pero me encanta la noche, la bohemia, la rumba, el trasnocho, la vida! la vida!”.

SU CARACTERIZACIÓN

Cuando Manuel José Álvarez, director de la obra, la llamó para que hiciera el papel, mucho antes de que apareciera la pandemia, Carmenza ya había decidido dejarse crecer las canas, de las que dice no piensa tocar por ninguna circunstancia. “Fue casualidad, porque a mí me toca hacer el personaje ya adulto, en su última etapa. Es que viendo bien, yo no he hecho ningún sacrificio, ni esfuerzo sobrehumano para hacer de Chavela”.    

Chavela no solo canta, sino que baila vestida con ropa masculina.

“No me he preocupado mucho en la personificación, porque además de que me sabía las canciones, contamos en la parte musical con la compositora y productora Josefina Severino, quien es un referente de la música de la Tv, cine y teatro. A mí no se me dificulta cantar porque en mis desempeños teatrales canté en vivo, por ejemplo, en la obra Círculo de tiza caucasiano, del dramaturgo Bertolt Brecht. Era con músicos en vivo que dirigía Edna Gutiérrez, de quien recibía clases de solfeo y técnica vocal”.

“Como yo me fumaba hasta 3 paquetes diarios de cigarrillos, un día Edna me dijo que dejara ese hábito para que yo fuera mezzosoprano. Quien me conoce sabe que yo canto ópera. Desde ese entonces dejé de fumar de un día para otro. Después, también canté en varias series y telenovelas como La Casa de las dos palmas, en Escalona y en otras”, recuerda la actriz, quien se declara fanática de la música de Joe Arroyo, a quien conoció e hizo parte del elenco de la bionovela Joe, la leyenda.

Sobre el montaje del musical, basado en la vida de una de las cantantes más importantes de Latinoamérica en los últimos tiempos, Carmenza se siente complacida en compartir escenas con un elenco maravilloso, en el que figuran Julián Román, Adriana Botina, Ana María González y Diego León Hoyos. La obra, escrita por el mexicano Víctor Vásquez, quien conoció a Chavela, cuenta además con un cuerpo de baile, conjunto mariachis, dos guitarristas y una parte visual espectacular.

“Durante los ensayos no ha habido tropiezos, no hay divos ni divas, porque es una hartera trabajar con gente así. Cuando recibí el guion me pareció extraordinario. Es una historia sólida y contundente”.

“SOY ZURDA Y DE IZQUIERDA”

Como ella sabe qué es lo que debe hacer en la vida, así vaya contra la modernidad, se rehusó usar el celular cuando llegó la era de esa telefonía. Porque no tenía necesidad de tener un móvil, solo teléfono fijo en su casa con contestador automático. “Escuchaba los mensajes y no tenía problemas, pero a partir de la pandemia, como pocas cosas son presenciales, entonces me tocó comprar uno hace 8 meses. Ya era hora y poco a poco he ido aprendiendo a manejarlo. Le doy el uso que a mí me da la gana. Nada más tengo Instagram; pero, eso sí, cuando veo que alguien me coloca mensajes groseros lo bloqueo de una, porque no estoy para aguantarle insultos a nadie”.

En Semana Santa, o en otras fechas, no es dada a visitar iglesias “porque no soy de rezos, de parroquias, ni de nada. Soy como Santo Tomás de Aquino: de meter el dedo en la llaga. Entonces yo no creo en Dios, y menos en el Dios cristiano. Pero sí tengo mi onda espiritual. Me gusta leer sobre budismo y otras religiones, como también admirar de las iglesias su parte arquitectónica. A veces he entrado a alguna y rezo un Avemaría por mi mamá que era tan religiosa, pero por cuestión de nostalgia y de recuerdo, no porque yo sea fervorosa. Pero tampoco puedo decir que soy atea. Como ahora mucha gente dice que es agnóstica, entonces digamos que lo soy”, comenta entre risas.

Así es Carmenza Gómez, de mente abierta, que sigue siendo rebelde y sin pelos en la lengua; la mujer que dice ser caminante, que le gusta la literatura, comer sano lo que le cocina su empleada costeña de 71 años que es su mano derecha, porque ella es zurda, tan izquierda como sus ideas, y que ha hecho reír y llorar al público con sus magistrales actuaciones durante 10 décadas de carrera.

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