Entretenimiento / 4 de febrero de 2023

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, del cuento rosa ¡a tremendo novelón!

Rosario Borrero

El fin de la relación de 8 años entre el Nobel de Literatura peruano y la socialité filipina es la comidilla de la prensa de España. Crecen rumores de un acercamiento entre el escritor y su exesposa, Patricia, a quien abandonó tras 50 años de matrimonio, por irse detrás de expareja de Julio Iglesias.

El romance de Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler estuvo siempre en el foco de la llamada ‘prensa del corazón’.

Aunque él ha querido negarlo, es España la llamada prensa del corazón asegura que el cuento del escritor Mario Vargas Llosa titulado Los vientos –que fue publicado en 2021—es un retrato del declive que ya en ese momento empezaba a vivir el romance entre el afamado  autor y la bella Isabel Preysler, conocida como la ‘reina de corazones’.

Pero no fue sino hasta el pasado 28 de diciembre cuando se conoció la ruptura entre Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, hispanoperuano de 86 años, considerado como uno de los más importantes novelistas y ensayistas contemporáneos, y la socialité filipina María Isabel Arrastia, hispanafilipina de 71.

Habían transcurrido ocho años de noviazgo, que estuvieron siempre bajo la luz de los reflectores por la naturaleza de los personajes: él, Nobel de Literatura (2010), Premio Cervantes (1994), Príncipe Asturias de las Letras (1986), Biblioteca Breve (1962), Rómulo Gallegos (1967) y Planeta (1993), entre otros. Ella, una de las mujeres que más aman los flashes y las cámaras de la prensa europea; exesposa del cantante Julio Iglesias y madre de sus hijos mayores (Chábeli, Enrique y Julio José); exesposa del aristócrata Carlos Falcó, con quien tuvo una hija (la diseñadora de modas Tamara Falcó), y viuda del físico y economista Miguel Boyer, exministro de Hacienda español (con quien también tuvo una hija, Ana Isabel) y con quien estuvo casada hasta su fallecimiento en 2014.

Al año siguiente inició la relación con el autor de La ciudad y los perros (1963), La tía Julia y el escribidor (1977) o La fiesta del chivo (2000), quien decidió dejar a su esposa Patricia Llosa, con quien tenía en ese momento 50 años de casado, por irse a vivir su sonado nuevo romance en la lujosa casona de la Preysler en Madrid, donde estuvo radicado hasta diciembre pasado. Según ha trascendido, él detestaba la atención de la prensa rosa, las alfombras y las portadas de las revistas que ella en cambio amaba.

El Nobel de Literatura 2010 con su expareja, en una foto tomada hace un año en un festival en Illescas, España.

“Yo estaba muy enamorado de Isabel. Pero digamos, ese mundo no es mi mundo”, dijo el afamado novelista al periódico español El Mundo en entrevista reciente. Y niega que hubiera querido ridiculizar a su excompañera en un pasaje de Los vientos, que es protagonizado por un señor mayor amargado por el presente y por haber dejado a un amor de juventud, Carmencita (quien sería Patricia Llosa, que se casó con el escritor con apenas 18 años), por un arrebato sexual “violento y pasajero” del que ha olvidado hasta el nombre (¿Isabel Preysler?).

“De Carmencita, mi mujer por muchos años, me acuerdo muy bien (…). Todas las noches, parece mentira, desde que cometí la locura de abandonarla pienso en ella y me asaltan los remordimientos. Creo que solo una cosa hice mal en la vida: abandonar a Carmencita por una mujer que no valía la pena. Ella nunca me perdonó, por supuesto, jamás pude amistarme con ella, y, para colmo, Carmencita se casó con Roberto Sanabria, mi mejor amigo hasta entonces”.

El escritor y su exesposa Patricia Llosa, en la reunión secreta que sostuvieron esta semana

Por todo esto, pareciera que la pareja ahora se estuviera sacando los trapitos al sol, tras el acercamiento que se evidencia entre Vargas Llosa y su exesposa Patricia Llosa, quien incluso será quien lo acompañe próximamente a una gala en París.

En esta semana, la periodista Pilar Vidal aseguró en ABC de España que Preysler y Vargas Llosa estuvieron a punto de romper dos años atrás, en medio de supuestos planes de boda del autor con la filipina: “Estamos muy bien como estamos, para qué vamos a estropearlo”, decía ella siempre que la prensa le preguntaba por su compromiso con el escritor.

También ha salido a la luz que el escritor solo vio en Preysler un “seguro económico”. Famoso por su tacañería, desde hace varios años el peruano vivía en la mansión de ella sin pagar un solo peso. La prensa española asegura que además era Preysler quien costeaba los viajes, cenas y otras actividades que compartían como pareja. Una situación que también habría desenamorando poco a poco a la socialité, dueña de una cuantiosa fortuna, producto de dos divorcios con sus exmaridos millonarios.

Un gesto que ha sido catalogado como de mal gusto, toda vez que el escritor recibe por su trabajo intelectual grandes sumas y posee una fortuna de más de 10 millones de euros, y recibe cerca de 200.000 euros al año por su trabajo en el periódico en donde escribe, sin contar lo que percibe por conferencias y charlas de literatura que realiza por todo el mundo, o por cuenta del contrato con la editorial Alfaguara, que le asegura por adelantado un millón y medio de euros antes de la salida de sus libros, sean éxitos o no, debido a su categoría de premio Nobel.

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