Un recorrido a la vida de la bella venezolana, desde cuando ganó el Concurso Miss Universo, su salto a la política y su rol como madre y esposa. Hoy tiene 62 años y reside en Miami.

En 1981 Irene Saez Conde fue coronada como la mujer más bella del universo. Desde entonces, comenzó una nueva vida recorriendo el mundo como toda una celebridad; estuvo en Bogotá, Cartagena y en Barranquilla visitando los medios de comunicación más importantes, eran las épocas gloriosas del Concurso Miss Universo.

Llegó al certamen de la mano de Osmel Sousa, ‘el zar de la belleza’. Él convenció a la familia de Irene para que participara en el Miss Venezuela. “Los padres de la candidata eran sumamente cuidadosos con ella. No la dejaban desfilar en traje de baño, a menos que fuese estrictamente necesario”, publicó el periódico La Nación. Finalmente, el 7 de mayo de 1981, en el hotel Macuto Sheraton, la despampanante rubia se presentó por primera vez ante la prensa y el mundo en traje de baño representando al estado Miranda.

Actualmente  tiene 62 años, y un hijo que nació cuando estuvo casada con el abogado venezolano Humberto Briceño León, cuya boda fue anunciada con bombos y platillos por la admiración y cariño que le han tenido siempre sus coterráneos. La pareja se divorció, y ella vive hoy en Miami con su segundo esposo Serafín García Armas, quien en la década de los 90’s fue un polémico empresario señalado por el delito de desfalco a la nación.

Desde hace cuatro años la cuenta Instagram de Irene se convirtió para ella en una ventana en la que comparte también recuerdos bonitos de su paso por el Miss Universo, tal como lo mostramos en las fotos.

Luego de haber sido la segunda venezolana en dicho torneo (que le permitió conocer a muchos jefes de Estado, personajes del jet-set, periodistas, políticos y pudo estrechar la mano al recordado papa Juan Pablo II), aprovechando su belleza se dedicó por un tiempo al modelaje desfilando para importantes casas y fue la imagen de muchas marcas, aunque su verdadera pasión era la política.

Fue así como decidió cursar la carrera de Estudios Políticos y Administrativos en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Fue una forma de demostrar que una reina, no solo es una cara bonita, sino que si se prepara, es capaz hasta de gobernar un país.

Se preparó para incursionar en la política, como alcaldesa del municipio de Chacao en 1992. Su gestión fue tan buena, que volvió a ser elegida. Logró conquistar a sus compatriotas y por eso, ya con una imagen de ejecutiva se lanzó como candidata a la presidencia en 1998, elecciones que perdió ante Hugo Chávez.  Un año después, fue también candidata  a la gobernación del estado Nueva Esparta, donde obtuvo una arrasadora mayoría de votos, aunque pocos meses después dejó el cargo.

En 1999 se casó con el abogado y politólogo venezolano, Humberto Briceño León. La pareja se divorció en 2002, según el medio venezolano El Pitazo.

Su segundo matrimonio fue con Serafín, de origen canario. El nombre de este hombre saltó a la palestra pública en 1994 cuando le relacionó con una investigación abierta por el extinto Congreso de la República venezolana debido a la obtención fraudulenta de dólares para una supuesta importación de frutas y ajos chinos que resultaron “chimbos” porque estaban contaminados.

Por otro lado, como accionista de un banco de Miami, también estuvo investigado, porque esa entidad se vio salpicada por el escándalo, al ser investigada por la DEA por presunta legitimación de capitales de dudosa procedencia.

En todo caso, la ex miss, que aún se conserva bella y es devota de la Virgen Milagrosa, utiliza también la cuenta de Instagram compartiendo frases para motivar a sus seguidores.