Los rayos ultravioleta (UV) y el calor extremo pueden causar daños significativos en la pintura, el interior y los componentes mecánicos de un automóvil.
El carro se ha convertido con un miembro más de la familia y desde el momento que se compran no queremos que tenga ningún daño hasta el punto que buscamos todas las herramientas posibles para que este siempre como nuevo.
Una de las dificultades que tienen las personas es el parqueo debido que algunas partes no se cuenta con techo eso hace que los rayos ultravioletas, el calor intenso y la exposición prolongada puedan causar estragos en el carro, tanto en su apariencia como en su funcionamiento.
Por eso, MiRedVista te entregará algunas recomendaciones para mantener el sistema de enfriamiento en buen estado, proteger los componentes electrónicos y asegurarte de que los niveles de líquidos sean los adecuados.
Estos son algunos consejos para cuidar tu carro de los rayos ultravioletas:
Estacionamiento inteligente
Estaciona tu carro en áreas sombreadas o utiliza un protector solar para parabrisas. Esto ayudará a reducir la exposición directa al sol y evitará que el interior se caliente excesivamente.
Protege la pintura
Aplica regularmente una capa de cera protectora en la carrocería. Esto actuará como una barrera contra los rayos UV y protegerá la pintura de decoloración y daños.
Limpieza regular
Lava tu carro con regularidad utilizando productos específicos para automóviles y agua tibia. Esto eliminará la acumulación de polvo, suciedad y residuos que pueden dañar la pintura a largo plazo.
Cuida los neumáticos
Los rayos UV también pueden afectar los neumáticos, causando desgaste prematuro y agrietamiento. Utiliza productos acondicionadores de neumáticos para protegerlos y mantener su apariencia original.
Mantén el interior fresco
Utiliza protectores de ventana o cortinas solares para evitar que los asientos y el tablero se calienten en exceso. Además, considera usar fundas de asiento o toallas para protegerlos de la luz solar directa.
Revisa los niveles de líquidos
El calor puede acelerar la evaporación de los líquidos del motor, como el aceite y el refrigerante. Asegúrate de revisar y rellenar regularmente estos niveles para evitar posibles daños al motor.