La visibilidad del sexo femenino se ha dado tras años de muchas luchas.
Pese a que los colectivos de activistas han visibilizado más sus luchas y resultados, Colombia sigue en deuda con ellas.
Hace algunos años, cuando desempeñábamos nuestra labor periodística como reportero, fuimos testigo de los impases con los que se encontraban las mujeres para denunciar algún tipo de delito en su contra ya fuera maltrato físico o agresión sexual.
En primer lugar, estaba la estigmatización a la que las mujeres siempre han sido sometidas por considerarlas como el ‘sexo débil’ que las hacía supuestamente vulnerables ante el acecho de varones en diferentes entornos como el laboral, social y, en el peor de los casos, el doméstico.
Por lo que más sufrían las mujeres que se atrevieron a denunciar una agresión en su contra, era por la cadena de atención que requería repetir, una y otra vez, los hechos que la victimizaron.
La exposición a la vergüenza, que muchas veces era resaltada por una mala actitud de funcionarios o funcionarias de las diferentes oficinas llevó a la sociedad a callar y no denunciar.
Es entonces cuando se comienza a hablar de ‘revictimización’, que justamente la re-exposición al hecho ‘victimizante’ Y aunque de eso hace ya varios años, la realidad no ha variado mucho en ese sentido.
Pero alrededor del mundo han nacido una serie de movimientos que se han dado a la tarea de hacer visible estas realidades y exigir a los estados mayor atención a la dignidad de la mujer.
Es así mismo a la mujer se le han abierto muchos espacios de participación que son la oportunidad de alzar las banderas en contra de la discriminación que las mantuvo en el anonimato por décadas enteras.
Y aunque Colombia no se ha destacado por poner en práctica políticas en favor de la mujer y en contra del flagelo del maltrato, estadísticas muestran que cifras de ocurrencia de estos hechos, a nivel global, marcan un descenso en este fenómeno.
La incursión de la mujer en ámbitos como el poder público, la participación en política y en cargos de suma importancia para la sociedad, ha sido, al mismo tiempo una palanca para que el miedo a denunciar y visibilizar el maltrato sea cada vez mayor. Y aunque los casos visibles son mayores, se cree que lo que se ha incrementado no son los casos sino las denuncias.
«Se debe mejorar la participación de la mujer en todos los sectores sociales y económicos para acabar con la inequidad que viven las mujeres en muchos hogares, se debe dignificar su trabajo y su papel en la sociedad», declaró Ligia Inés Alzate, directora del departamento jurídico de la Central Unitaria de Trabajadores, en una entrevista para la Radio Nacional de Colombia publicada en junio pasado.
LLAMADO DE LA ONU
Cada 25 de noviembre se conmemora a nivel global el Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer, que es el arranque de la campaña de la ONU de 16 días de activismo que terminan con el Día Internacional de los Derechos Humanos.
El llamado de la ONU para este 2023 es que se movilicen todos los miembros de la sociedad y que “se hagan activistas, se solidaricen con las defensoras de los derechos de las mujeres y apoyen a los movimientos feministas del planeta para evitar el retroceso de los derechos de las mujeres y conseguir un mundo libre de violencia de género”.
Indica el Organismo No Gubernamental en esta oportunidad, la campaña conmina a profundizar en detalles como datos, prevención e inversión que son acordes con el eslogan: ¡No hay excusa!
Movimientos en contra del maltrato y la discriminación contra la mujer han insistido en que se deben incrementar programas que redunden en la prevención de casos de maltrato, al tiempo que consideran de suma importancia inversiones importantes en este tipo de programas desde los gobiernos y administraciones de los territorios.
Pero al mismo tiempo es necesario que se apliquen mejoras en la legislación y aplicación de la justicia, servicios para los supervivientes y capacitación para agentes del orden público.
La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer emitida por la Asamblea General de la ONU se dio en 1993, y la misma define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.
En Colombia las luchas de mujeres en favor de mujeres ha llevado a romper paradigmas como el que una mujer sea concejal, diputada, representante a la cámara, senadora, alcaldesa o gobernadora de sus territorios, inclusive vicepresidentas, lo que acerca la posibilidad de que el país tenga, algún día, una mujer sentada en la silla de presidente.
Pero los hombre han entendido que el lugar de las mujeres está en el mismo lugar que ellos, que la lucha de géneros está al mismo nivel, y que los logros de los varones pueden estar al mismo nivel o superados que los de las mujeres.
Los mandatarios han entendido esa importancia y hoy los gabinetes ministeriales así como departamentales distritales y municipales están visibilizando la figura de la mujer en cargos importantes del poder ejecutivo.
SIGUE LA BATALLA
El denominado Bloque Feminista BQ, destaca que pese a que aún falta mucho por mejorar en cuanto a lograr que se respeten todos los derechos de las mujeres, las batallas llevadas a cabo en los últimos años han dado importantes resultados.
Entre los logros de estos movimientos feministas se destaca la promulgación de la Ley 1257 de 2008, para garantizar la protección integral de las mujeres, en la misma se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres.
Pero además se logró la reforma los Códigos Penal, incluyendo el tipo penal de feminicidio, la ley de paridad, como el cambio de nombre de personas sexo género diversas, la inclusión de la opción no binaria que se indica en el sexo en la cedula de ciudadanía, el reconocimiento de la licencia menstrual, la endometriosis como enfermadas incapacitante y la despenalización del aborto a través de la sentencia ‘Causa Justa’, emitida por la Corte Constitucional en febrero de 2022, producto de una demanda del movimiento Causa Justa, con la que se amplía el derecho al aborto permitiendo a las mujeres, niñas, hombres trans y personas no binarias a interrumpir el embarazo según sus propias razones y sin la amenaza de cárcel, hasta la semana 24 de gestación.
Y aunque las luchas continúan, los resultados son cada vez más en favor de las mujeres, y sus voces se escuchan cada vez más n diferentes escenarios, sigue habiendo una deuda con ellas, siguen habiendo casos de impunidad, siguen habiendo malos tratos de parte de las parejas, siguen habiendo acosos en los espacios laborales, en las calles y los servicios de transporte público.
Los colectivos, mientras siguen sus luchas, esperan un día decir que cesaron esos casos y que la mujer pueda salir con la frente el alto sin tener que cohibirse ante el acecho de un macho que la acosa por su manera vestir, caminar o maquillarse, y mientras la desigualdad de género es superada y no podrá impedir que las mujeres obtengan un puesto de trabajo, un ascenso o dedicarse a lo que más les gusta aunque eso no encaje con el estereotipo creado al redor de ellas.