Dolce vita / 16 de marzo de 2024

Incienso, mirra y palo santo para limpiar la casa y prepararnos para la Semana Mayor

Miredvista.co

Estas sustancias, utilizadas desde la antigüedad y que son mencionadas en relatos bíblicos en varias ocasiones, encierran un gran simbolismo, especialmente con motivo de los días santos.

Iludina de Arco dice que “ya está lista” para la Semana Santa, y muestra el incensario que Pedro, su esposo, le compró por los lados de la Plaza de San Nicolás, en el centro de Barranquilla, así como el incienso, mirra y el palo santo que le encargó para “limpiar” y aromatizar su casa.

“Todos los años hago un sahumerio antes de Semana Santa para purificar mi casa y de alguna forma también para prepararme para estos días de recogimiento y de oración”, dice. Como ella, muchas personas se alistan para vivir a plenitud estos días santos, y es por eso que el mercado de lo religioso y espiritual vive su agosto en esta temporada: santos, escapularios, estampitas, palmas, hierbas y aceites se compran por cantidades en el comercio formal e informal de nuestras ciudades.

En ese ‘kit espiritual’ el incienso, la mirra y el palo santo ocupan los primeros lugares, pues es una tradición entrañable en Colombia hacer con ellos el sahumerio con estas sustancias, tanto en las procesiones y ceremonias religiosas como en el hogar.

INCIENSO, PARA ELEVAR LA ORACIÓN AL CIELO

La Semana Santa huele a incienso, gomorresina que produce un agradable aroma al arder y crea un ambiente místico. El espiral de humo subiendo hacia el cielo se ha querido ver como un reflejo de la actitud de oración y de la elevación de la mente hacia la divinidad.

Incienso viene del latín incensum, que significa encender. «Se trata de una preparación a base de resinas aromáticas vegetales que se mezclan con aceites esenciales de forma que, al arder, desprenden un humo balsámico», explican los expertos de Natura. De forma habitual se le consigue en forma de polvo, en trozos, en espirales o en forma de varita, y desde tiempos remotos se ha utilizado enrituales religiosos y domésticos.

En sentido general, el sahumerio con incienso ayuda a reducir la ansiedad y a conciliar el sueño, favorece la concentración y limpia el aire que se respira. Sin embargo, el abuso de esta gomorresina está asociado a la aparición de enfermedades respiratorias y hay estudios que lo relacionan, incluso, con la aparición de cáncer de pulmón.

El incienso está ligado a la historia sagrada desde tiempos remotos. De hecho es uno de los presentes que los Reyes Magos entregaron al Niño Jesús en el portal de Belén: le llevaron oro como rey, incienso como Dios y mirra como hombre, pues esta última se utilizaba para embalsamar a los difuntos.

El historiador Antonio Piñero explica que en la Biblia hay cuatro menciones al incienso en el Nuevo Testamento: en el Evangelio de Mateo (la adoración de los Reyes Magos), en el de Lucas (cuando el ángel le anuncia a Zacarías el futuro nacimiento de Juan el Bautista), en la Epístola a los Hebreos y en el Apocalipsis.

En la liturgia hebrea, el incienso se utiliza para perfumar el altar de los sacrificios y lograr que la ofrenda sea de grato olor para Yahvé. Por su parte, la iglesia católica lo utiliza en distintos momentos en la celebración de la misa.

El Misal Romano sugiere el uso de incienso durante la procesión de entrada y al comienzo de la misa para incensar el altar, en la proclamación del Evangelio, en el ofertorio y en la consagración. Durante la Semana Santa, se quema en varias ocasiones a lo largo de la liturgia. Una de las más sobrecogedoras tiene lugar durante los oficios del Jueves Santo. Esta sustancia es, también, un elemento muy destacado en las procesiones.

MIRRA, PARA HONRAR A DIOS HOMBRE

La mirra es una sustancia resinosa aromática con propiedades medicinales que se extrae de la corteza del árbol Commiphora myrrha, el cual exuda esa resina gomosa de color amarillo que, al secarse, tiene formas irregulares y tonalidad pardo-rojiza.

La mirra pertenece a la familia de las Burseráceas, y suele crecer de forma natural en zonas como África, Arabia y Anatolia, en Turquía. Esta planta es usada espiritualmente como incienso, pues las personas la asocian como una protección que Dios dejó en la naturaleza para los hombres en la tierra, especialmente para poder proteger sus hogares. 

Una cosa curiosa es que mientras en la antigüedad, la mirra valía más que su peso en oro, debido a las apreciadas y valiosas propiedades curativas que confería esta resina, hoy pocos sabemos qué es, y tal vez una de las pocas referencias que tenemos de esta sustancia es el episodio bíblico de la visita de los Reyes Magos al Niño Jesús.

Sin embargo, esta planta es originaria de Egipto ha sido muy usada por sus propiedades aromáticas y para la salud. Desde la Grecia antigua ha sido utilizada para para embalsamar a los muertos, como medicamento para tratar las heridas y para la producción de perfumes, entre otros usos.

Pero desde el punto de vista religioso, esta resina representa de alguna manera a Dios como hombre, teniendo en cuenta que se usaba para embalsamar a los muertos (por su poder antibacteriano ralentiza la putrefacción del cuerpo, matando bacterias y otros microbios). Los Reyes Magos reconocían así la vulnerabilidad de Jesús, que moriría para salvar al ser humano.

Este es el árbol Commiphora myrrha, de cuya corteza se extrae la resina de la mirra.

De hecho, estudios revelan que quemar mirra en forma de incienso puede matar hasta un 68% de las bacterias del aire. Además, en ensayos de probeta se ha descubierto que el aceite esencial de mirra es muy eficaz contra varios tipos diferentes de bacterias infecciosas, incluidas algunas que son resistentes a los fármacos.

Otros usos que se le da hoy son como cremas y tratamientos antienvejecimiento; para combatir el acné gracias a las propiedades bactericidas y cicatrizantes, para curar heridas por sus propiedades cicatrizantes; para problemas de caspa y caída del cabello; como enjuague bucal y para la relajación.

PALO SANTO: ARMONÍA, PAZ Y TRANQUILIDAD

Cuando se estrena hogar o se llega por primera vez a una vivienda, oficina o negocio, por lo general la familia o los amigos, apoyados en la cultura popular, recomiendan hacer un sahumerio con astillitas de palo santo para que la buena energía siempre esté presente y para que las cosas salgan bien.

El palo santo es una especie de planta de la familia Burseraceae que crece en bosques secos en gran parte de la América tropical, en la costa pacífica de Sudamérica. Es un gran árbol que alcanza un tamaño de 4 a 10 m de alto, de corteza lisa, gris, no exfoliante.

Conocido también como “madera sagrada”, esta  una especie arbórea cuya madera es reconocida por su aroma intenso con un toque ligeramente cítrico. Por ello, se utiliza ya sea en su estado natural o como incienso para fines energéticos, ya que ayuda a crear la sensación de armonía, paz y tranquilidad.

Las ramas de este árbol suelen ser utilizadas como incienso en los diferentes espacios que se buscan proteger. Contiene gran cantidad de limonene, su aroma tiene un toque cítrico con toques leñosos y notas de menta, eucalipto y limón. Sin embargo, sus propiedades empiezan a aparecer cuando el árbol se seca y muere, es decir, tienen que pasar algunos años para que la madera empiece a desarrollar los componentes que generan su característico olor.

Las propiedades del palo santo se desarrollan cuando el árbol se seca y muere.

Es originario de países latinoamericanos como Guatemala, Perú, Ecuador, Honduras, Costa Rica, así como México. Las culturas prehispánicas solían utilizarlo para rituales religiosos y espirituales, para atraer la buena suerte, alejar la negatividad y para conseguir una mejor comunicación espiritual con sus dioses. En algunas comunidades lo consideraban una herramienta perfecta para atraer la abundancia y la paz.

Para limpiar la casa con palo santo lo primero que debe hacer es encenderlo con un fósforo u otro elemento, deje quemar por 30 segundos y sople suavemente para que el humo que emane comience a hacer su trabajo; espárzalo por los lugares de su casa o negocio que quiere limpiar. Asegúrese de llevarlo hasta las esquinas, los armarios y los cajones. Sople el trozo de madera de forma esporádica para seguir provocando que el humo siga saliendo. Cuando termine el ritual, métalo en un envase metálico y espere a que se apague solo.

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