La actriz Luly Bossa nació en Barranquilla, creció en Cartagena y se radicó en Bogotá desde muy joven.
Un recorrido por la vida de la actriz que en la última semana conmovió al país al anunciar la muerte de su hijo menor, Angelo, por cuya salud libró una admirable batalla. En agosto de 2020, ella concedió una entrevista exclusiva a MiREDvista, en la que habló de sus luchas, heridas y también de sus éxitos, de la cual extractamos algunos apartes.
Aquella mañana de 1991, Luly Bossa entró como un huracán a la sala de redacción de El Heraldo, adonde había llegado con un grupo de actores en una visita promocional de algún programa de Tv, o de alguna obra teatral. 26 años. Lucía radiante: estaba en la flor de la vida, y su belleza y sensualidad eran desbordantes.
Un año después dejaba boquiabiertos, ya no solo a los periodistas del periódico barranquillero sino al país entero, al posar desnuda su embarazo de varios meses ya, al estilo de Demi Moore, para un revista nacional. Esperaba su primer hijo y se veía bellísima, tanto o más que en 1984, cuando aspiró al título Señorita Bolívar y fue vencida por Susana Caldas.
Desde entonces una cosa estaba clara en la escena artística nacional: Luly Bossa no estaba dispuesta a ser una más del montón. Aunque se graduó como administradora hotelera y de turismo, al descubrir su vocación se preparó para ser una buena actriz, y a fe que lo logró, como lo ratifican las más de 55 novelas, obras teatrales, películas y series en las que ha participado en 34 años de vida artística, con actuaciones memorables en Ana de negro, su primer protagónico; La mojiganga, obra de teatro en la que cantó y bailó en zancos, como parte de la tropa del Teatro Nacional que dirigía Fanny Mickey. También se recuerdan sus actuaciones en La sucursal del cielo, La sombra del deseo y Las noches de Luciana, entre muchas otras.
Pero la vida de Luz Helena Bossa Brieva, como es su nombre de pila, no ha sido fácil. En 2001 se vio envuelta tal vez en el que fue uno de los primeros escándalos sexuales de nuestra farándula; le tocó afrontar la maternidad sola, porque los papás de sus dos hijos no se hicieron responsables; su hijo mayor libró por años una lucha contra las drogas que lo alejó de su casa materna; hace un año perdió a su mamá, que fue siempre su gran apoyo, y su hijo menor, de 22 años, acaba de fallecer hace una semana por una enfermedad huérfana, en un doloroso episodio que conmovió al país y por el que ella pidió no solo oración, sino ayuda para darle una sepultura digna.
Esas son, como ella suele decirlo, las ‘rayas’ que la han vuelto tigre. Por ello, en su faceta como coach de vida ella decidió titular así una conferencia que ella dictaba a manera de monólogo. “En Las rayas que me vuelven tigre le hablo a todas esas personas que tienen sueños, pero también cicatrices o heridas abiertas, para que, con lo poco o mucho que he aprendido, desde mis marcas, esas rayas que me han vuelto tigre, permitan que otras personas puedan sanar sus heridas y brillen para otros”, explica la actriz.
A continuación, un recuento de algunos de los episodios que han marcado su vida:
EL VIDEO ÍNTIMO, LA ‘RAYA’ DE LA VERGÜENZA
En el año 2001, Luly Bossa vivió una auténtica pesadilla, luego de que se difundiera un video casero de 15 segundos en el que ella sostenía relaciones sexuales con Beto Pérez, el llamado ‘rey de la Zumba’ y quien era su pareja en ese momento. Aunque para ese entonces aún no existían las redes sociales, el escándalo mediático fue de marca mayor y en el mismo estuvo involucrada Graciela Torres, conocida en el mundo del entretenimiento como ‘La Negra Candela’, quien difundió dicho material. Por ello, la actriz emprendió acciones legales contra la periodista por injuria. Torres fue condenada en 2007 por el Tribunal Superior de Bogotá, que determinó que durante 17 meses no podía ejercer su profesión, le prohibió hablar de Luly y además debía pagarle una millonaria multa por perjuicios morales causados. Recientemente la propia Negra Candela reveló que le pagó $80 millones. Luly Bossa aseguró después que, desde ese episodio, aparte de ser señalada, tuvo problemas en seguir adelante con su carrera. Ella contó que RCN no le daba trabajo desde Las noches de Luciana, transmitida en 2004, debido al escándalo, y que por eso siempre la bajaban de los castings. Ese episodio, dijo, “me afectó a mí, afectó mi embarazo, jodió a Ángelo. Pero lo rescatable es todo el proceso para salir adelante de todo eso”, dijo Bossa sobre el caso.
LA ADICCIÓN DE LUCCIANI, SU PRIMERA ‘RAYA’ COMO MAMÁ
La actriz con su hijo mayor.
Si bien siempre le ha declarado su gran amor a su hijo mayor, Lucciani, para Luly Bossa no ha sido fácil la relación con él, debido a que en algún momento pudo llegar a sentirse desplazado por su hermano menor, Angelo, por la atención de su madre y a la vigilancia que esta tenía sobre su estado de salud. “Lucciani no entendía la enfermedad, pensaba que lo queríamos consentir y lo empujaba, lo trataba duro”, confesó ella hace algún tiempo a un medio capitalino. Fue tan tensa la situación en el hogar de la barranquillera que al final perdió una primera batalla en la crianza de su primogénito, cuando este tenía 17 años, al punto que tuvo que pedirle que se fuera de su casa. “Cuando yo lo echo era la segunda vez que salía de rehabilitación, él se empieza a decaer”, añadió. Hoy Lucciani, de 30 años, terminó estudios de animación en el Sena y ha mejorado su relación familiar. “Él es extremadamente talentoso y capaz, pero sufrió por causa de los vicios que afrontaba. Estuvo en algunas producciones televisivas, pero tomó malas decisiones que lo alejaron de la fama. Poco a poco fue encontrando su camino a través de la producción audiovisual y el marketing. Nos empezamos a hablar luego de que él se establece en su profesión. Él es muy artista”, dice su mamá.
LA ENFERMEDAD DE ANGELO, LA ‘RAYA’ POR LA QUE MÁS LUCHÓ
En la crianza y cuidado Angelo Bossa, que falleció el pasado 9 de marzo, la actriz Lully Bossa dio muestras de su fortaleza, resiliencia, paciencia, amor y también de su verraquera como mujer y madre, pues por él lo sacrificó todo y dio las batallas legales más intensas por la atención y el bienestar de su hijo. Angelo tuvo hasta los 8 años una infancia normal. Sin embargo, su mamá empezó a advertir que algo no estaba bien, pues el niño no podía brincar como los demás y se caía con facilidad. Empezaron los idas al médico, que no daban con la enfermedad, y con ello la larga lucha de Luly con la EPS Sanitas, con Minsalud y con la Secretaría de Salud de Bogotá para la atención que su hijo necesitó. Los estudios médicos indicaron que el niño tenía una Distrofia Muscular de Duchenne (DMD), un trastorno que se caracteriza por la debilidad muscular progresiva, que con el tiempo lo inmoviliza por completo. Ella no se dio por vencida, con terapias y medicinas costosas que consiguió a punto de tutelas, lo fue sacando adelante. “En una situación así, o te echas a llorar o sales adelante. Echarme en mis petacas, sufrir y esperar a ver qué pasaba nunca fue una alternativa”, dijo Luly a MiREDVista, en 2020, en entrevista exclusiva desde Bogotá, donde reside desde los diez años. Por eso compartió en sus redes sociales no solo sus luchas legales, sino de manera especial videos en los que mostraba cada logro de él, o los momentos felices a su lado, lo que generó todo un movimiento de solidaridad y apoyo, que se evidenció al máximo con las ayudas que recibió de todo el país al morir el joven, en respuesta a un conmovedor clamor suyo.
RELACIONES AMOROSAS QUE LE ‘RAYARON’ EL ALMA
Luly Bossa no ha logrado tener buena suerte en el amor, según lo confirmó ella misma hace dos años en una entrevista. “Mi última relación fue en 2008, que fue mi último noviazgo, pero me enteré de cosas horribles, entonces yo preferí abrirme del parche. Hice un alto, Ángelo me empezó a absorber, pero fue una decisión que tomé”, contó. Recordó que sostuvo una relación sentimental por un año y medio con el actor y músico colombiano Manuel Gómez, su primer amor y experiencia en la intimidad a sus 19 años. También aseguró que estuvo saliendo por unos años con el mánager de Franco de Vita conocido como ‘Tito’. “Era el man perfecto, el ideal, era superamoroso, detallista, pero era mánager de Franco y viajaba mucho, entonces cuando a uno lo dejan sola, pues pasa lo que pasa, esa fue la embarrada”, dijo. Pese a que ya estaba comprometida con ‘Tito’, la actriz mencionó que se involucró con el bailarín ‘Beto’ Pérez y dejó a su entonces novio por quien sería después el creador de la academia de baile Zumba, con quien desafortunadamente no terminó bien por el episodio del video que se filtró. Después, decidió darse una nueva oportunidad en el amor con Alfredo Gómez, un técnico de operación que es el padre de su hijo mayor, a quien conoció en Venezuela mientras ella grababa una telenovela. Gómez respondió un tiempo por su hijo enviándole dinero, después se desapareció y el asunto pasó a instancias legales. Del padre de Ángelo se desconoce su identidad; sin embargo, se sabe que ella enfrentó un difícil camino para que reconociera y respondiera por su hijo. “Me tocó hacerle cacería por Facebook para que diera la cara. Me volví hacker para encontrarlo”, confesó Luly Bossa en el pódcast El Topo. Por esta razón, la actriz fue enfática al afirmar que ninguno de los dos hombres asumió su responsabilidad paterna.