Juan Alejandro Tapia
Columnista / 4 de febrero de 2023

El vaso de la inseguridad

Aplausos por un lado, lluvia de críticas por el otro. El reconocimiento al programa de transformación de los parques en Barranquilla fue el pretexto para que las redes sociales estallaran contra el alcalde Jaime Pumarejo por viajar a Nueva York a recibir un premio justo cuando la ciudad parece haber caído en manos de delicuentes de todas las calañas: extorsionistas, atracadores, pandilleros, narcotraficantes, cobradiarios con métodos que rayan en la tortura, en fin, un sancocho del hampa que atenta contra la imagen de tierra prometida que difunde un sector mayoritario de la prensa.

¿Cómo se ve el vaso? ¿Medio lleno o medio vacío? Tras quince años de gobierno del mismo grupo político, la ciudad presenta avances incuestionables, pero que los medios de comunicación han ayudado a magnificar. Como una ironía, el programa de mejoramiento de los parques, implementado casi que por casualidad, ha recibido menos buena prensa de la que debería, ya que en efecto ha sido un motor de formación de eso que han bautizado «tejido social», incluso más que la canalización de arroyos y la construcción del malecón.

Hasta ahora, críticos y adeptos han visto el vaso de la manera que más les ha convenido. Unos defienden los logros en infraestructura, educación y fomento de determinados sectores de la economía, otros condenan la llamada «política del cemento» y la informalidad laboral. Sin embargo, con la carrera electoral en marcha, parece haber consenso en que el problema de la inseguridad tocó fondo y golpea a todos por igual, lo mismo que el elevado costo de los servicios públicos y su deficiente prestación.

Ya que su importancia no admite discusión, la inseguridad y los servicios públicos pueden convertirse en un caballo de Troya al no estar bajo el control absoluto de la Administración. Para buscar soluciones es indispensable el apoyo del Gobierno Nacional, que tiene a Barranquilla como el último reducto por conquistar entre las grandes capitales. La intención del presidente Petro de reducir o congelar las tarifas de energía dejaría muy bien parada a su corriente política en la línea de partida por la Alcaldía, y no hay que negar que cada revés con la delincuencia repercute en la imagen y credibilidad de los representantes del continuismo.

¿Mirará el Gobierno hacia otro lado mientas los barranquilleros ya temen hasta sentarse en los bordillos o asomarse a las terrazas? Antes de viajar a Estados Unidos, el alcalde Pumarejo puso el balón en cancha del presidente al exigir en público más apoyo del poder central. «Hemos entregado lo máximo que nuestras capacidades institucionales permiten, Barranquilla necesita este respaldo para ser más contundente», trinó. Su mensaje fue recogido de inmediato por la prensa local, que prácticamente se unió en un solo clamor.

Si finalmente Alejandro Char decide no exponerse a que su nombre vuelva a ser comidilla nacional, para lo cual sus contrincantes han dado muestras de que manejan a su antojo a Aida Merlano, la carrera por el primer cargo público de la región Caribe está abierta y la inseguridad será el tema definitivo.

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