Una canción pegajosa con un buen mensaje son fundamentales en un jingle de un candidato político que ha sido creado para una campaña.
Algunos de estos mensajes publicitarios cantados son adaptados a canciones famosas, aunque hay algunas melodías creadas únicamente para un candidato conquiste el mayor número de votantes para las elecciones del próximo 29 de octubre. Dos productores de jingles dan aquí sus opiniones.
Las campañas publicitarias que promueven una marca, un nombre o una institución y que se escuchan en las estaciones radiales y canales de televisión todos los días y las 24 horas, son protagonistas por estos días.
Y lo son porque las mismas representan la contienda política llevada a los escenarios de la producción artística de músicos que sacan a relucir lo mejor de su talento y creatividad para sobresalir en este maremágnum de propuestas para ver quien atrae más consumidores.
Sin embargo, en nuestro país y en esta época, estos mensajes más que promover la marca de un producto, ha buscado posicionar el nombre de candidatos a diferentes corporaciones de elección popular y conquistar el mayor número de votantes para las elecciones del próximo 29 de octubre.
La ‘contienda publicitaria’ se ha destacado por los jingles o canciones que destacan las propuestas de los aspirantes a diferentes cargos, y cada una se vale de la adaptación de una canción de moda para atraer mayor atención.
Pero más allá de la contienda política y sus campañas, quisimos conocer el quehacer de los productores de jingles, una labor anónima pero que requiere de horas intensas de trabajo, grabaciones, edición, afinación, etc. además del talento de sus creadores, para una puesta de pocos segundos al aire.
El jingle es un mensaje publicitario cantado. Consiste en una canción de corta duración (de 5 a 60 segundos) de fácil recordación que se utiliza para acompañar los anuncios de una publicidad. En los jingles se acostumbra decir el nombre de la marca o personaje, en el caso de candidatos políticos, a publicitar o el slogan creado para la campaña.
El trompetista cubano Basilio Márquez Richard, músico cubano y quien además de la docencia se dedica a la producción musical en una agrupación dirigida por un hermano suyo, también ha sido realizador de jingles para diferentes campañas publicitarias.
Asegura este maestro que la producción de un jingle es algo muy especial porque es plasmar en pocos segundos todo un mensaje que puede tardar horas para combinar todos los elementos que requiere el mensaje.
Afirma Basilio que esto para él ha sido una grata experiencia porque como siempre se ha dedicado a la producción de música bailable y también jazz, llegar a la producción de jingles lo ha tomado como un reto personal y profesional.
Considera que sintetizar en pocos segundos todo un universo de ideas y elementos es propio del talento de una persona, aunque también se necesita de conocimiento y capacitación.
“Yo creo aquí juega un papel importante la habilidad que tengas para conectar con la gente. Es estar conectado con todo lo que pasa con la calle, estar al día con lo que sucede a tu alrededor, y en el caso de Barranquilla, estar conectado con su lenguaje, expresiones, sus costumbres y sus gustos”, afirma el maestro Basilio.
Y agrega que para hacer un buen contenido para un jingle, hay que tener en cuenta el lenguaje callejero de la comunidad a la que va dirigido el mensaje. Considera que la producción de jingles es una especialidad musical que requiere de estar comunicado con el entorno.
En su experiencia como productor de jingles se ha dedicado a temas políticos y en algunos casos a producciones comerciales, y manifiesta que muchas ocasiones un jingle es difícil que se superado por los que siguen. De ahí que muchos utilicen un mismo jingle para sus campañas en diferentes temporadas.
En este sentido, el también productor musical Francisco Javier Pérez, quien reside en el municipio de Galapa, asegura que en esta temporada de campaña política no le fue tan bien en materia de contratos porque los mismos jingles producidos hace cuatro años, hoy están sonando en las estaciones radiales para promover candidatura, y asegura que ello es porque fueron muy buenas producciones, además de que muchos candidatos aspiran a repetir su elección.
El maestro Basilio asegura que el define el eslogan y el contenido del mensaje en conjunto con el cliente, pero en ocasiones quien lo contacta deja que sea él quien desarrolle la idea. Y eso le sucede con frecuencia a Francisco Javier, quien en el mundo artístico es conocido como ‘Franco the Kaizer’.
Al igual que el maestro Basilio, Franco the Kaizer hace parte de una agrupación musical, en este caso de vallenatos, como director y acordeonero, y en materia de producción se dedica al género urbano.
“En mi experiencia, los clientes que por lo general son políticos en campaña, me dicen que quieren el jingle con determinado tema musical, entonces yo reúno la información que se quiere promover y adaptamos las pistas a la letra para sacar el mensaje”, asegura Franco the Kaiser.
Dice este joven productor de 30 años y padre de dos hijos menores de edad, que cuando el cliente le deja la libertad de explorar su creatividad, hace fusiones con diferentes géneros como vallenato con reguetón y sobre ello la letra cantada y compuesta por el mismo.
Ambos productores coinciden en afirmar que la elaboración de un jingle requiere tanto trabajo que en ocasiones este puede durar días y hasta semanas. Y aunque hay muchas diferencias con la producción de un trabajo discográfico, las horas de trabajo en un solo día pueden ser igual de extenuantes.
El maestro Basilio asegura que actualmente está dedicado a la producción de del próximo trabajo musical de ‘Pachalo y su Sabor’, la orquesta de su hermano, que prepara lanzamiento para inicios del año 2024.
En el caso de Franco the Kaiser, está trabajando en la producción de un trabajo con su agrupación vallenata.
Para crear un buen “jingle” es necesario desarrollar una adecuada estrategia publicitaria donde el mensaje global de la campaña vaya acorde con la letra de la canción y que permita a aquellos que la escuchen relacionar la misma con la marca o producto y hacerse una imagen de la misma sin la necesidad de visualizarla.
Como estrategia, el jingle en marketing no es más que una pieza musical de duración corta, de 5 a 60 segundos, cuyo fin es quedarse retenida en la mente del consumidor.