Lizzette Diaz
Columnista / 12 de julio de 2025

Tipos de clientes y cómo venderles sin perder la cabeza (ni la venta)

¿Cuántas veces hemos repetido “el cliente siempre tiene la razón”? Probablemente muchas, aunque más de una vez hayamos querido decir lo contrario. La verdad es que, en el mundo de los negocios, atender a los clientes con respeto, estrategia y empatía sigue siendo el arte más poderoso para vender y fidelizar.

Pero aquí va el detalle: no todos los clientes son iguales. Y uno de los errores más comunes es no saber con quién estamos hablando. Cuando no identificamos bien al tipo de cliente que tenemos al frente, la conversación se convierte en una batalla perdida y la venta… en un “gracias, yo te aviso”.

Hoy te comparto una guía actualizada basada en técnicas de neuromarketing y ventas, para que sepas cómo adaptarte y sacar lo mejor de cada tipo de cliente. Porque vender no es presionar, es conectar.

  1. El Reservado

Perfil: Habla poco, evita dar detalles, mantiene distancia.
Reto: No sabes qué piensa y te hace adivinar sus necesidades.

Cómo venderle:

Haz preguntas cerradas para guiarlo: “¿Prefieres esto o esto?”

Evita presionarlo. Dale tiempo para decidir.

Usa testimonios y datos concretos, no emociones.

Crea un ambiente de confianza, sin forzar la cercanía.

  1. El Gruñón

Perfil: Reaccionario, exigente, siempre está a la defensiva.
Reto: Quiere controlar la conversación, puede ser grosero.

Cómo venderle:

Mantén la calma. No lo tomes personal.

Escúchalo con atención, y valida su molestia (“Entiendo que esto le preocupa…”)

Responde con datos, no con emociones.

Dale el control en pequeñas decisiones (ej. elegir horarios, formas de pago).

  1. El Oportunista

Perfil: Quiere descuentos, regalos, todo más barato.
Reto: Siempre busca ganar más de lo que paga.

Cómo venderle:

Resalta el valor, no el precio. “Este servicio incluye también…”

Usa la escasez: “Solo hay 3 cupos”, “Válido hasta hoy”.

Sé firme en tus límites: “Puedo ofrecerte esto, pero no más”.

Ofrécele paquetes o upgrades con beneficios reales.

  1. El Aamistoso

Perfil: Habla mucho, se desvía del tema, quiere conexión personal.
Reto: Te roba tiempo y puede desenfocarte de la venta.

Cómo venderle:

Conecta, pero con dirección. Usa frases como: “Me encanta conversar, y quiero asegurarme de que te lleves lo mejor hoy…”

Usa el humor para redirigir.

Agenda tiempos claros: “Hoy tenemos 30 minutos para enfocarnos en esto…”

Aprovecha su confianza para ofrecerle extras.

  1. El Ególatra

Perfil: Lo sabe todo, no se impresiona, necesita sentirse superior.
Reto: Rechaza todo lo que no venga de él.

Cómo venderle:

Pregunta mucho y deja que hable.

Valida su experiencia (“¡Tienes razón! Se nota tu conocimiento…”).

Vende por exclusividad: “Este producto es para personas como tú…”

Hazle sentir que la decisión fue suya.

  1. El Tímido

Perfil: Inseguro, callado, duda de sí mismo.
Reto: Le cuesta tomar decisiones y preguntar.

Cómo venderle:

Usa un tono suave y tranquilizador.

Guíalo paso a paso, sin lenguaje técnico.

Refuerza con frases positivas: “Estás tomando una excelente decisión”.

Ofrécele acompañamiento o seguimiento posterior.

  1. El Terco

Perfil: No cambia de opinión, aunque tengas pruebas.
Reto: Está cerrado a nuevas ideas.

Cómo venderle:

No lo enfrentes directamente. Usa historias o casos similares para que se identifique.

Siembra dudas con preguntas, no afirmaciones: “¿Y si probaras esto solo por 7 días?”

Da opciones donde él sienta que elige.

Reconoce su punto, pero amplía la perspectiva.

  1. El Acelerado

Perfil: Todo lo quiere ya, habla rápido, no escucha con calma.
Reto: Se desespera si das rodeos o te tardas.

Cómo venderle:

Ve directo al grano: beneficios, precio, cómo comprar.

Usa bullets o imágenes visuales.

Ofrécele atención rápida o acceso VIP.

Ten todo listo: links, demos, métodos de pago.

En conclusión:

Vender es un arte que comienza con observar y escuchar. Cada cliente tiene una estructura mental distinta, y tu tarea no es cambiarlos, sino conectar con su estilo de decisión. Cuando lo haces, no solo cierras una venta, construyes relaciones duraderas.

Así que la próxima vez que digas “este cliente me sacó la piedra”… detente. Respira. Y pregúntate: ¿Qué tipo de cliente es… y qué necesita de mí para decir sí?

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