A sus 26 años, este joven modelo ha sido la imagen de importantes marcas a nivel mundial. Ha trabajado con grandes de la industria como Donatella Versace y Naomi Campbell.
Como si de un presagio del destino se tratara, Salomón Díaz asegura que ha tomado decisiones muy sabias para llegar hasta donde está. Muy pocas personas creerían que un joven de 26 años que nació y creció en uno de los barrios más populares de Cali llegaría hasta las semanas de la moda más importantes del mundo.
Creció en Desepaz, un barrio donde “la vida suena a salsa”. Los primeros pasos de Salomón en el mundo artístico lo estaban encaminando al baile. Era un apasionado por las artes, tenía en su mente ser un modelo, pero de persona, con el paso del tiempo fue descubriendo que la moda y él tenían una relación más estrecha.
Su primer acercamiento lo hizo cuando tenía 19 años. Fue una casualidad porque en ese momento estaba acompañando a su hermana a un casting, pero los agentes se fijaron en el potencial que tenía este joven caleño y le propusieron trabajar en su agencia.
Uno de sus referentes fue su papá, Salomón Díaz. Dice que era un hombre que vestía muy elegante y que sin importar el calor que podía hacer en la sucursal del cielo, siempre estaba vestido de traje. Esto lo inspiró para comenzar a vestir bien.
El poder afro en las pasarelas del mundo
Siempre se sintió grande, desde que nació. Su vida la puso en manos de Dios porque es una persona creyente. Tal vez la fe en una fuerza superior y en él mismo lo llevó a modelar en Versace. Así es, conoció a la mismísima Donatella Versace y con ella trabajó durante dos años.
“Para mí fue una gran emoción porque ella es un importante referente en el mundo de la moda. Me dio una de sus fragancias”. Y rompió el molde porque en la historia de Versace no se había visto en el pasado que una persona afrodescendiente fuese imagen de una importante fragancia y él lo logró.
Se vio trabajando con grandes, de hecho, compartió pasarela con Gigi Hadid. Por si fuera poco, también trabajó con la top model Naomi Campbell. “Es una gran emoción, el gran premio es conocer y tener ese contacto con esas figuras que en realidad son grandes seres humanos, a pesar de lo que se puede rumorar”.
Es su propia empresa
Actualmente vive entre New York y México. Reconoce que su carrera la ha manejado como una empresa y es que él dice ser el CEO de su propia vida. Para él todavía no hay límites, solo Dios se los pone.
Recuerda que se encontraba haciendo una campaña de Calvin Klein cuando le dijeron que se preparara para un casting hizo lo mejor que pudo, sabía que era otra gran oportunidad que se le estaba abriendo.
Su registro gustó, su forma de modelar encantó y su personalidad descrestó. Desde entonces su rostro ha estado en importantes casas de moda. Ha desfilado en grandes pasarelas y sueña, más adelante, en convertirse en uno de los empresarios más prestigiosos de esta industria.
