Nuestra Gente / 8 de abril de 2023

Los tinteros ambulantes que hacen parte del paisaje urbano del Caribe

Los vendedores de tinto en las calles hacen un stop en cualquier lugar para atender los transéuntes que solicitan no solo el café negro, sino otras bebidas calientes como té y aguas aromáticas.

Miguel Utria

Entre los placeres que proporciona la vida, sin lugar a dudas habría que adicionar el que produce compartir una charla con amigos alrededor de una exquisita bebida sea fría, caliente o humeante, cualquiera que sea, siempre y cuando esta nos resulte agradable.

Esa bebida es el café, que se destaca por el placer que produce su consumo, la acogida que tiene alrededor de todo el mundo y el exquisito aroma que desprende.

No importan las altas temperaturas ambientales, lo que le gusta al consumidor es tomarse una buena infusión de tinto bien caliente, dice Henry Sangroni.

Tan apetecida es que científicos e investigadores se dedicaron a estudiar el impacto de sus propiedades en el cuerpo humano.

Los amantes del café inician sus mañanas con esta bebida, incluso antes del desayuno, repiten la dosis al llegar a la oficina y vuelven a tomar en las tardes, después del almuerzo. Incluso hay quienes consumen otra taza antes de caer la tarde.

Lo mejor es que para entregarse  a los placeres de disfrutar un exquisito café, no se necesita de una hora, sitio o ambiente especial, pues este se adapta a cualquier situación.

Caminar por las calles de Barraquilla nos permite, no solo disfrutar de la fresca y suave brisa que la caracteriza, sino que además podemos observar escenas propias de Barranquilla y del resto del Caribe, muchas de las cuales jamás podremos ver en ninguna otra parte del mundo. Ver a los vendedores ambulantes, hombres y mujeres, cargando sus termos y ofreciendo su producto casero, sigue siendo parte del paisaje urbano.

COMIENZA LA JORNADA

En una de esas caminatas, atravesando un parque del norte de la ciudad, no encontramos a Henry José Sangroni, quien manejaba un triciclo en el que llevaba 15 termos con café, aromáticas y agua caliente, con los que se disponía a iniciar su día de trabajo.

Eran  poco menos de las siete de la mañana, y Henry ya había vendido los primeros cinco vasos de café del día, lo que, según él, presagiaba una excelente jornada laboral.

“Yo salgo, y lo primero que hago es llegar al sector de la calle 70 con 44, por ahí tengo mis clientes fijos, y luego subo por la 43 hasta el más al norte, cuando quieren ser las 11 o 12 del día ya vengo bajando de regreso para descansar y volver a recargar los tarros, y empezar nuevamente en la tarde hasta las cinco o seis, cuando termino”, asegura Henry.

Al igual que Henry, decenas de hombres y mujeres se ven a diario por las calles de la ciudad empujando un carrito, pedaleando un triciclo o cargando una especie de burrito con sus tarros de café para alegrar el  momento al consumidor que se les cruce al paso.

Todos los día, Luis lleva años recorriendo las calles desde muy temprano hasta entrada la tarde.

María, al acercarse a Henry para comprar un tinto, comentó a MiREDvista que ella no podía iniciar el día sin antes tomarse un tinto, porque no le rendía igual. “El café negro es como la gasolina que uno necesita para encender el motor y arrancar el trabajo diario”, nos dijo.

Henry lleva casi cinco años en este oficio, él mismo prepara las bebidas  y asegura que los ingresos le dan para mantener a su familia. Aunque ha trabajado en otros oficios, la venta de café y otras bebidas son lo mejor que hubiera podido encontrar para su emprendimiento que le da el privilegio de ser su propio «jefe» y manejar los horarios de trabajo y descanso a su antojo.

CAFÉ Y AROMÁTICAS

En otro sector de la ciudad, más exactamente en el centro, nos encontramos a Luis Hernández con su venta ambulante de bebidas calientes, él llevaba siete tarros rebosantes de café y dos con aromáticas. Afirma que de cada tarro saca siete medidas grandes o 15 pequeñas, las cuales son vasitos de plástico, de los mismos que usan para el consumo de bebidas alcohólicas.

“Yo salgo a vender a las cinco de la mañana, recorro parte del centro, y dependiendo de cómo esté el día puedo terminar antes del mediodía. A veces camino con dirección al norte hasta que me acaba la dotación. A lo que quieren ser las tres de la tarde ya yo estoy en mi casa”, asegura Luis, quien, en ocasiones hace una recarga de sus bebidas antes de terminar la jornada.

Además de Luis; Jorge, Francisco y Alcides, trabajan para la cafetería 20 de Julio, donde se abastecen de las bebidas que allí se preparan en grandes cafeteras que están prendidas las 24 horas del día.

El administrador de turno, quien no quiso revelar su nombre,  nos aseguró que los “tinteros” están pasando por el local a toda hora de día, muchos trabajan ahí y otros llegan a comprar los tarros para abastecer su propio emprendimiento.

En una amplia cafetería los vendedores se abastacen del producto diariamente.

El trabaja en turno de 24 horas cuando lo reemplaza otro compañero y su labor es administrar los carritos con los termos, surtir a los vendedores y vigilar las grandes grecas en las que se preparan las bebidas.

Las grecas tienen capacidad para preparar alrededor de 30 litros de café que son vendidos por al menos, 20 vendedores callejeros que llegan en diferentes turnos durante la madrugada, mañana y tarde.

“Aquí atendemos también a personas que vienen a comprar tarros para sus propios negocios, se les vende el tarro a un precio entre 2 mil y 2500 pesos y ellos los venden al precio que más les convenga”, nos dijo el despachador, mientras recibía el producido de uno de sus vendedores.

Los precios de los tintos son variables, algunos venden el vaso pequeño en 600 o 500 pesos y el más grande en mil pesos, aunque hay vendedores muy amables que acomodan el precio a la capacidad del cliente, como nos dijo Luis. “A veces hay quien se quiere tomar un tinto, pero no le alcanza la plata, entonces uno le acomoda con menos cantidad, porque uno sabe de necesidades y entiende a la gente”, apunta Luis.

Es difícil estar en el interior de la cafetería y no antojarse de un tinto, pues su exquisito aroma, invita a degustarlo y transportarse en una conversación con quien esté a nuestro alrededor, renovar las energías para seguir la jornada, y aportarle a nuestro organismo las propiedades de un café.

Para los entendidos en el tema, el consumo ideal para recibir los beneficios de esta bebida se estima entre tres y cuatro tazas diarias, ya que ello aporta nutrientes y protege al organismo contra ciertas enfermedades.

BENEFICIOS PARA LA SALUD

Uno de los beneficios que aporta el café a quienes lo consumen es que ayuda a quemar grasas, ello por las propiedades de acelerador natural del metabolismo que contiene la cafeína. La gran ventaja de la cafeína es que aumenta los niveles de adrenalina en el cuerpo, liberando los ácidos grasos directamente desde los tejidos que contienen grasa.

Pero además el café aporta nutrientes al cuerpo. Se dice que en solo una taza de café, se pueden encontrar las siguientes vitaminas y minerales:

Riboflavina o vitamina B2, esencial para la producción de glóbulos rojos.

Niacina: es otra de las vitaminas del complejo B contenidas en el café (vitamina B3). Ayuda a controlar el colesterol y a mantener saludables la piel y los sistemas nervioso y digestivo.

Ácido pantoténico: también denominado vitamina B5, necesario para metabolizar los alimentos y obtener energía de ellos, ya sean hidratos de carbonos, grasas o proteínas.

Manganeso: este mineral es clave para la producción de cartílago y es de gran ayuda para prevenir la osteoporosis. Además, mejora la memoria, disminuye el cansancio y la irritabilidad.

Potasio: es un electrolito fundamental para la salud muscular, y además ayuda a contrarrestar los efectos negativos del sodio en personas con problemas de presión arterial alta.

Magnesio: este mineral ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre y regula el funcionamiento del sistema nervioso y muscular.

Pero además de vitaminas y minerales que se hallan en una taza de café hay una importante carga de antioxidantes, especialmente polifenoles y ácidos hidroxicinámicos.

Los antioxidantes son necesarios en el organismo porque sirven para combatir el ataque de los radicales libres  (moléculas que se acumulan en las células y dañan otras moléculas, como el ADN, los lípidos y las proteínas), retrasando el proceso natural de envejecimiento y previniendo enfermedades.

Diversos estudios han demostrado que consumir café diariamente disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, Alzheimer y Parkinson. Además de combatir enfermedades crónicas y degenerativas, el café ayuda a cuidar la salud del hígado previniendo y retardando el desarrollo de enfermedades como la cirrosis y el hígado graso.

Pero también se ha demostrado que el café no incrementa la presión sanguínea cuando es consumido diariamente ya que el cuerpo se acostumbra y el efecto se disipa. A esto se agrega que consumir café regularmente disminuye el riesgo de padecer un accidente cerebro vascular.

Tomar café diariamente de forma moderada reduce la probabilidad de desarrollar cáncer de hígado y colorrectal, uno de los tipos más frecuentes y con mayor mortalidad entre la población.

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