Hay revuelo en territorio estadounidense tras las declaraciones de exmiembro del servicio de inteligencia admite que se encontraron “restos biológicos no humanos”.
Antiguos militares de los Estados Unidos hicieron recientemente revelaciones ante el Congreso que tienen con los pelos de punta a muchos en su país: compartieron testimonios sorprendentes sobre supuestos programas militares secretos, así como encuentros personales con objetos desconocidos que parecían desafiar los principios conocidos de la física y la ingeniería mientras volaban en el espacio aéreo estadounidense.
Los miembros de la subcomisión de Seguridad Nacional, Frontera y Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes escucharon durante más de cuatro horas a los denunciantes de las irregularidades, entre ellos David Charles Grusch, ex oficial de inteligencia de las Fuerzas Aéreas estadounidenses, quien dijo que el ejército estadounidense podría estar intentando aplicar ingeniería inversa a naves recuperadas de origen desconocido. Además, sostuvo que el Pentágono tiene en su poder restos de naves alienígenas.
Por su parte el comandante retirado de la Marina estadounidense David Fravor relató detalladamente un encuentro que él y otros pilotos tuvieron con un ovni sobre el Golfo Pérsico en 2004.
El propósito de la audiencia, la primera de una serie, era forzar al Pentágono a difundir la información clasificada de la que disponen. “No podemos fiarnos de un Gobierno que no se fía de sus ciudadanos”, consideró Tim Burchett, uno de los más activos en el tema. Tras la introducción de los congresistas, tomaron la palabra los testigos para narrar sus encuentros con los UFO (siglas en inglés de objetos volantes no identificados), aunque el Gobierno estadounidense y los legisladores prefiere que se los llame “fenómenos aéreos sin identificar” (UAP).
El teniente Ryan Graves, antiguo piloto de un avión de combate de la Marina estadounidense, señaló en su declaración inicial que “si los ovnis son drones extranjeros, son un urgente problema para la seguridad nacional”. Y añadió que si no son de origen humano, “es un tema para la ciencia. En cualquier caso, los objetos no identificados son una preocupación para la seguridad aérea”.
Contó que para él todo empezó en 2014, cuando era piloto de F-18 y vio, durante un vuelo que partió de la costa Este a la altura de Virginia Beach, un “cubo gris oscuro o negro dentro de una esfera transparente que se acercó a 15 metros del avión que encabezaba la flotilla. Calculamos que tenía entre 1,6 y 3 metros de diámetro”.
Grusch, por su parte, dijo que conoció informes “preocupantes” de múltiples compañeros y de militares respetados y acreditados en activo o retirados que dejaban claro que el Gobierno opera en este asunto en secreto, sin la supervisión del Congreso”. Esa decisión lo llevó, según afirmó, a sentir que había “puesto su vida en peligro”. “Y ciertamente, ha habido colegas míos brutalmente represaliados administrativamente por hablar”, añadió el confidente, que calcula que por esos motivos solo el 5% de los avistamientos son denunciados.
Robert García, representante demócrata por California, le preguntó a Grusch si creía que el Gobierno tenía algunos UAP en su poder. “Absolutamente, sí, me lo confirmaron 40 testigos a lo largo de cuatro años”, respondió este. “¿Y sabe dónde pueden estar?”, continuó García. “Lo sé, y así se lo reporté a las autoridades correspondientes”, respondió.
El tercero en intervenir, Fravor, recordó aquel día en 2004 en el que participó en unas maniobras de entrenamiento como piloto de un Strike Fighter en la costa de San Diego. En un determinado momento, un controlador les comunicó que había que suspender la misión, porque llevaban un par de semanas topándose con artefactos que bajaban como el rayo de los 80.000 a los 20.000 pies y se quedaban a esa altura durante horas. Entonces, contó Fravor, apareció un objeto blanco “que se movía muy abruptamente sobre el agua, como una pelota de ping-pong”.
“No soy un fanático de los ovnis”, confesó, “pero les diré que lo que vi durante un período de cinco minutos es algo que nunca, antes o después, he visto. Era una tecnología increíble”. Definió ese encuentro como “el más importante avistamiento de un UFO de la historia”, y advirtió de que no cree que esa tecnología esté “al alcance de ningún país sobre la faz de la Tierra”.
El camino de los ovnis hacia la superficie del discurso público tuvo uno de sus mayores hitos en la revelación en 2017, gracias a un artículo de The New York Times, que informó que el Departamento de Defensa tenía en marcha un programa de identificación de amenazas aeroespaciales avanzadas. En 2020, el Pentágono difundió una serie de videos previamente clasificados de pilotos implicados en tres incidentes separados de 2004 y 2015, en los que parecían observarse encuentros con ovnis.
La inteligencia estadounidense dijo entonces que si bien no existían pruebas de actividad extraterrestre asociada con esos objetos, tampoco la descartaron categóricamente.De hecho, la NASA, ha creado un grupo de trabajo independiente multidisciplinar de 16 personas para que estudie a fondo esos fenómenos, que ha concluido que la falta de datos de calidad les impide profundizar en la mayoría de los casos.