Patricia Escobar
Columnista / 4 de noviembre de 2023

Hay que ‘pararle bolas’ a la cultura

Quienes resultaron elegidos para gobernar y coadministrar nuestras ciudades y departamentos tienen un reto inmenso: darle a la cultura la importancia que ella merece. ‘Pararle bolas’ a un sector tradicionalmente olvidado o subvalorado.

El término cultura tiene muchísimos significados interrelacionados, pero solemos quedarnos con el más cómodo, que podría ser la forma como nos expresamos en las artes: baile, música, teatro, pintura, etc. Y por ello, a pesar de existir un Ministerio y unas Secretarias u Oficinas con el rótulo, el sector no ha merecido la atención de gobernantes, y mucho menos contamos con políticas públicas serias.

Más allá de cualquier definición, lo que tienen que entender los gobernantes y la sociedad toda es que la cultura tiene dos pilares fundamentales que permiten que las sociedades avancen de una manera más placentera, por decirlo de alguna manera. Y generar riqueza que ayude al desarrollo de los territorios.

El primer pilar es que a través de todas las manifestaciones artísticas conocidas o por conocer el ser humano puede relacionarse de una mejor manera con sus congéneres y con el mundo que lo rodea.

Está más que demostrado que mientras más cerca esté un niño o joven de las expresiones culturales, más alejado estará de las armas y la violencia.

Está más que demostrado que con la música, la danza y la lúdica los niños aprenden más rápido y se relacionan mejor. Adicional a que, con los años, van aprendiendo disciplina, orden, coordinación y otra serie de habilidades importantes para cualquier desempeño profesional y social. La cultura es el arma más poderosa contra la violencia.

El segundo gran, pero gran pilar de la cultura es la generación de riqueza. De acuerdo con cifras del Dane, el entretenimiento en vivo es la tercera industria que más ha impulsado la economía en el país y ha logrado un crecimiento de 35,7% en los últimos años.

El entretenimiento es cultura y genera riqueza para muchos. No olvidemos que fiestas como el Carnaval de Barranquilla, que este año movió unos 500 mil millones de pesos, o el Festival Vallenato, en Valledupar, son las más importantes fuentes de recaudo de las administraciones locales, vía impuestos e impulso de actividades relacionados con el transporte, la hotelería, la gastronomía, etc.

Más allá de grandes fiestas, dos días de concierto de Silvestre Dangond, según lo ha demostrado un experto en Data como es Fabián Dangond, le dejaría a la capital del Cesar más mil millones de pesos.

Se estima que el concierto de Karol G en Medellín pueda generar ganancias millonarias para la ciudad, similar a lo que ocurrió hace un año con las dos presentaciones de Bad Bunny en el Atanasio Girardot. Según cifras proporcionadas por la Alcaldía, estas presentaciones del ‘Conejo malo’ representaron ingresos para la capital antioqueña por un valor cercano a los 10 millones de dólares, lo que equivale a cerca de 40 mil millones de pesos.

Durante las presentaciones de Bad Bunny en Medellín la ocupación hotelera alcanzó el 90%, y se estimó la llegada de más de 10 mil turistas durante esos días. Estas cifras son comparables a las de Karol G, quien también experimentó un apoyo masivo durante su gira de conciertos en 2021, llegando a tener cerca de 80 mil asistentes a su espectáculo.

Si esas cifras y las que desconocemos no ponen a pensar a los gobernantes y a trabajar en serio en distintos frentes y desde ya, el panorama en general poco o nada cambiará.

Tiene que haber una política pública de apoyo y estímulo al cultivo de las artes y las expresiones artísticas desde la primera infancia. En los colegios hay que tener más horas y más espacios para acercar a la juventud a la música, la danza, el teatro, la pintura, lo creativo.

Entendiendo lo que significan esos dos pilares para un país culturalmente rico, invertir en teatros y espacios para la práctica y presentación de obras es una obligación.

No se entiende cómo una ciudad como Barranquilla no cuente con un gran teatro, ni con un gran escenario para conciertos.

Y por último, los gobiernos deben apoyar y estimular a quienes se atreven a hacer cultura o traer grandes espectáculos a sus ciudades. Algo así como lo que en su momento hizo la alcaldía de Barranquilla para convertirse en la Casa de la Selección Colombia de Fútbol.

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