Personaje / 9 de diciembre de 2023

“¡Soy la más barranquillera del mundo!”: Linda Palma

Linda Palma en los estudios del canal antes de iniciar la presentación del ‘Show Caracol’. Su trabajo es de lunes a viernes y en directo. (Foto cortesía Caracol)

Zoraida Noriega

La reconocida presentadora afirma que el ´costeñol’ sigue y seguirá siendo parte de su léxico aunque no creció en la capital del Atlático. Dice que al Niño Dios le pide salud, y que se dio cuenta que ‘la vida es linda’ desde que salió victoriosa de una recaída de la esclerosis múltiple que le diagnosticaron.

Linda Isabel Palma Angulo llegó hasta el octavo semestre de Ciencias Políticas, profesión que nunca pudo ejercer, y tampoco estudió comunicación. Desde que la atraparon los reflectores y estar frente a las cámaras, primero como presentadora de eventos y luego en el canal City Tv en un programa juvenil, comenzó su carrera, hasta llegar hoy, desde hace 12 años, a Caracol Televisión, no cambia por nada en el mundo este oficio.  

Con su mamá Maura Mercedes ‘La mona’ Angulo.

Nació en Barranquilla, en la Clínica Asunción, y aunque apenas vivió en la capital del Atlántico solo a los 6 meses de nacida, confiesa que “soy la más barranquillera del mundo y es honor decirlo a los cuatro vientos”, así su acento no sea tan costeño, aunque a veces se le sale uno que otro dicho caribeño. Claro, todo por su mamá Maura Mercedes ‘La mona’ Angulo, quien es barranquillera de pura cepa, lo mismo que su abuela y tías.

Dice que fue creciendo de ciudad en ciudad, pues su papá Luis Alfredo Palma (hoy militar en retiro) cuando perteneció a la Armada Nacional le tocó trasladarse con su familia en diferentes regiones del país, desde Puerto Leguízamo (Putumayo), pasando por Leticia (Amazonas), Turbo (Antioquia) y Cartagena, entre otras, siendo la última en Bogotá hasta la fecha.

Linda tiene 5 hermanos, es la consentida de la casa, y la bautizaron con ese nombre porque desde muy pequeña todos los decían admirados a sus padres: “!qué niña tan linda!”.

En pleno Carnaval de Barranquilla.

En 2006 participó en el reinado de Cartagena como Señorita Bogotá solo para complacer a su mamá y amigos, pese a que no quería porque en ese tiempo pensaba que “iba hacer el ridículo, todo me daba pena”. Pero dice que de algo le sirvió.

Gracias a su carisma y trayectoria en el mundo de la televisión, Linda Palma se ha ganado el cariño de la teleaudiencia y seguidores en las redes sociales, convirtiéndose en una de las presentadorasmás queridas de Colombia.

Pero no todo ha sido color rosa en su vida, en 2008 le diagnosticaron esclerosis múltiple, tres años antes de trabajar como presentadora de los realities ‘Yo me llamo’ y ‘La voz’ de Caracol. Batalló contra la enfermedad de la que muy pocos se enteraron en ese entonces porque lucía con ánimo y muy sonriente. Siendo presentadora de la franja de entretenimiento ‘Show Caracol’, tuvo una recaída en 2016 que la obligó a alejarse un tiempo de la pantalla.

Ya recuperada del todo (del entumecimiento y de la dislexia que le provocó esa afección)  la vida le volvió a sonreír 5 años después cuando contrajo matrimonio, en plena pandemia, con el bogotano Diego Pulecio, vocalista de la reconocida banda de rock ‘Don Tetto’.

Siendo usted tan barranquillera como dice, ¿por qué habla como cachaca?

-En televisión mi acento es neutro, pero curiosamente cuando voy a la Costa, se me pega todo. Aunque muchos no lo crean, para mis amigos en Bogotá, sí soy muy costeña.

Desde niña le gustó tener muñecas Barbies hasta tener una colección que aún conserva.

En la Costa nosotros decimos abanico en vez de ventilador, foco en vez de bombillo, etc ¿el ‘costeñol’ no se le sale a veces?

-(Risas) ¡Claro.! Y digo pluma en vez de llave, plumero en vez de bolígrafo. Es que en mi casa hablamos así. De hecho ya mi esposo utiliza a veces el ‘costeñol’.

De la comida costeña cuál es el plato que más le gusta?

-Todo me encanta. Yo muero por un mote queso, por ejemplo. Cada vez que voy a la Costa es lo primero que saboreo.

¿Y la rumba? porque como buena costeña le debe gustar

-Cualquier canción que me pongan yo la bailo. Toda la vida he bailado, pero ahora estoy más tranquila, no soy de mucha rumba.

Al Carnaval ha venido varias veces, ¿le gusta disfrazarse?

– Me encanta. Últimamente he ido como cuatro veces con mis compañeros del canal y siempre me he disfrazo.

De su niñez, ¿qué regalo del Niño Dios es el que más recuerda?

-Gracias a Dios tuve una infancia muy feliz. Fui privilegiada. Somos 5 hermanos y  en todas las navidades nos traía muchos regalos. Era súper chévere cuando nos levantábamos todos los 25 de diciembre y encontrarlos al pie de la cama. Para mí, lo mejor era recibir una Barbie. Tuve colección, de hecho, aún conservo muchas. Me he visto la película, etc. Toda la vida me ha gustado esa muñeca.

Esta vez, ¿qué le pediría al Niño Dios?

-Tener salud. Pienso que si uno tiene buena salud, puede tener todo para trabajar, para poder viajar, etc.

¿Desde qué punto de vista para usted la vida es linda?

Yo escribí esa frase, de que ‘la vida es linda’, cuando salí de la recaída que tuve. Y empecé a comprobar, primero, todo el amor que tenía a mi alrededor no solo de mi familia sino de amigos y de compañeros de trabajo que me demostraron su cariño y me han apoyado, pero también de mi público. Uno descubre y aprende apreciar todas esas bendiciones. Y todos los días, recordar cada vez que te levantas, la oportunidad de estar viva, solo por eso, ‘la vida es linda’.

Entonces, ¿hoy tiene otra forma de ver la vida?

-¡Total¡  Yo le bajé no sé cuántas revoluciones a mi vida, porque iba a mil por hora. Me exigía muchísimo, era muy perfeccionista, quería que las cosas me salieran como yo quería y cuando no me resultaban sentía frustración. Descubrí que había que soltar todo eso, dejando que esas cosas se vayan dando como tiene que ser. Obviamente, siendo consciente y muy disciplinada con lo que quiero.

O sea, bajó su voltaje

-Sí. Yo se lo agradezco todos los días a Dios. Es el mejor regalo que ha podido darme. El haber logrado que yo haya hecho una pausa en mi vida como diciendo: Linda te vas a quedar quieta por un tiempo y fíjate qué pasa; y poderme dar la oportunidad de volver a la normalidad, es un súper regalo para mí.

¿Esa ‘pausa’ le sirvió para conocer a los verdaderos amigos?

-¡Uff! Totalmente.

¿Va mucho a misa? 

-Siempre he sido muy creyente. Mi mamá nos inculcó hablar con Dios. Trato de ir a misa todos los domingos, soy de las que me confieso, comulgo y creo mucho en la Virgen. Soy mariana.

¿Cómo está actualmente su salud?

-Muy bien. Gracias a Dios. Ya no estoy con medicamentos hace como 5 años.

¿Por qué se atrevió casarse en pandemia?

-Fue el 18 de marzo en 2021. En plena cuarentena, por eso nos acompañaron nada más 25 invitados. Diego y yo llevámamos14 años juntos, ya era hora. (risas).

¿Han pensado tener familia?

–No queremos tener hijos. Hasta ahora no hemos hablado de eso.

Ha sido la cara más conocida de la franja de entretenimiento de Caracol, ¿no le gustaría presentar noticias?

-Cuando en 2011 me propusieron presentar ‘Show Caracol’  al comienzo lo dudé un poco, pero me arriesgué. Claro, a mí me llamaba mucho la atención la televisión. Pensaba, qué chévere es ser presentadora cuando veía a esas bellas mujeres. Sin embargo, ahora que estoy dentro tengo claro que es muy fuerte, no por la carga laboral, sino porque se escuchan cosas terribles de la mayor parte del contenido súper negativo de las noticias que hay que dar. Me golpea mucho. Yo soy muy sensible y se me agua el ojo. Por eso siempre he querido ser esa parte positiva dentro del noticiero, en la franja de entretenimiento.

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