Personaje / 5 de septiembre de 2020

Costeñas poderosas en redes sociales

Miredvista.co

Nany Pardo, Lolita Celedón, Susana De León y Paola Alcázar hablan de su experiencia en Twitter, la red preferida de las personas más influyentes, y dan consejos para manejarla con éxitos.

La influencer Nany Pardo en una actividad política en Bogotá.

@NanyPardo y su activismo político

Seguidores en Twitter: 77.100.

Antes de 2012, María Antonia Pardo era una esposa y madre de familia apática a las redes sociales y muy celosa de su vida privada, que no aceptaba fotos, ni nada, pese a estar casada en ese momento con una figura pública como el actor Agmeth Escaf. Había aceptado a regañadientes que una amiga le abriera cuenta en Facebook y empezó a usarlo pero solo para cosas familiares, muy esporádicamente.

Aunque nació en Cartagena, María Antonia dice que es barranquillera pues así se siente: vivió toda su infancia y adolescencia en la capital del Atlántico y a los 17 años se fue a estudiar finanzas y relaciones internacionales en la Universidad Externado de Colombia en Bogotá, donde posteriormente hizo un posgrado en Periodismo en los Andes. Fue coordinadora editorial de  Dinero.com entre 2006 y 2007, cuando el periodismo digital era incipiente en el país.

La tuitera con sus hijos Daniel José y Sebastián.

Pero en 2012, un hecho familiar la llevó a ser muy activa en redes. El despido de su esposo de Caracol TV la llevó elaborar, de su puño y letra y sin ser abogada, una demanda laboral para reclamar el paso de prestaciones y de la indemnización del caso, en un proceso que, seis años después, ganaron en todas las instancias. “Como nadie hablaba del caso, creé un movimiento llamado Trabajo digno, inicialmente en Facebook y luego Twitter, para mover la problemática laboral en Colombia”, dice.

El tema político no había llegado aún a su conversación en redes sociales, que por un tiempo estuvieron más bien quietas. Fue en la última campaña presidencial, y tras separarse, cuando retomó la actividad y empezó a moverse en ese campo. “Tenía 2 mil seguidores y en dos años llegué a más de 77 mil, por lo que entré al rango de influencer político, término que no me gusta, pues yo no soy más que una ciudadana interesada en la vida política de mi país, y creo que todos los ciudadanos deberíamos interesarnos por ello”, dice. 

En efecto, esta barranquillera hoy entró a las grandes ligas de Twitter, la red social más política. Su línea es el activismo político y su perfil es el antiuribismo.  “A mí no me pagan por hacer lo que hago, no tengo jefe político, nadie está detrás de mí”, asegura.

En un país polarizado como el nuestro, su postura política y su intensa actividad en la que invierte unas tres horas diaria –una hora en la mañana, otra al mediodía y otra en la noche– le han valido insultos personales de todos los calibres, así como amenazas e, incluso, su perfilación por una agencia cercana al Gobierno como un personaje negativo, lo cual obviamente genera preocupación en su familia. “Pero mis hijos (Daniel José y Sebastián) y en general mi familia tienen prohibido contestar. A veces Agmeth ha roto el acuerdo, y ha salido en mi defensa, porque se le ha salido la piedra”.

“¿Qué si todo esto vale la pena? Claro que sí. Se van sumando granos de arena y al final ya se nota un cambio. Se nota un despertar en las movilizaciones ciudadanas que ya han empezado a darse”. Agrega que no acepta participar o asesorar campañas políticas, porque dice que eso implicaría perder su independencia. “No es mi estilo, no me imagino ahí”.

Al final, Pardo da recomendaciones a quienes desean crecer en redes sociales. Primero, aconseja estar muy aterrizados: «lo digital es importante, pero esa es una burbuja, no es el mundo real». Segundo, no desesperarse por crecer, sino por desarrollar un estilo propio y generar contenido. Y tercero, tener claro que la belleza en Twitter está en las ideas. “Solo así, e interactuando con cuentas de interés, se llama la atención de los otros”, puntualiza.

La veeduría ciudadana de @Susanadeleonc

Susana es columnista en Caracol Radio.

Seguidores en Twitter: 17.800

La cartagenera Susana De León llegó al mundo de las redes por la invitación que un amigo, @turint, le hizo hace 11 años para que abriera cuenta en Twitter. En ese momento ella era un ama de casa, dedicada al cuidado de sus hijos Julián, hoy médico, y Susie, estudiante de psicología.

“En realidad al comienzo no le hice mucha fuerza”, cuenta esta abogada de la Universidad de Cartagena especializada en conciliación y manejo de conflictos, que además es comunicadora de la Universidad del Norte, con énfasis en opinión pública. Ella, que es consultora en temas de comunicación, fue la primera persona que escogió el gobierno de Israel para viajar a ese país a un entrenamiento profesional.

Sin embargo, hace como siete u ocho años, la cosa empezó a cambiar. “Sentía la necesidad de expresarme y hacer oír mi voz ante cosas que pasaban en la ciudad”, recuerda. Un día dio su opinión en una reunión en la que estaba, luego en una emisora y en sus redes y fue así como nació el grupo #NoMeMamoMas, integrado de forma espontánea –y sin predisposición, precisa– por un grupo de personas inquietas por los temas de Barranquilla.

Susana De León

“Yo no quería torpedear a nadie, sino hacer observaciones como veedora ciudadana sobre las obras que se estaban ejecutando en ese momento en la ciudad. Como la problemática de los andenes de la calle 84, por ejemplo”, explica.

Susana, que se radicó hace 25 años en Barranquilla, dice que en sus redes no hay denuncia de la que no tenga una foto o al menos una fuente fidedigna en quien apoyarse. En todos estos años de intenso trabajo en redes dice que ha peleado con los problemas de la ciudad, más no con la gente. “El respeto es primordial. No me meto con la vida privada, ni con los hijos ni con la intimidad de la gente. No me gusta ofender y le doy la razón a quien la tiene”, señala.

De las redes sociales en general, pero en especial de Twitter, lo que más le gusta es que le permiten poder aplicar el verbo que más le gusta, Ayudar, tal como ella lo expresa en su perfil. En el caso de Camila Abuabara, la joven víctima de cáncer cuya muerte en 2015 sacudió a Colombia, ella abanderó buena parte de la lucha y entró en contacto con el ministro Gaviria para que el sistema de salud colombiano le autorizara y financiara un trasplante de médula en Estados Unidos.

“He encontrado mucha gente buena que me ha ayudado, como en el caso de un niño de Corozal, Jerónimo, que necesitaba una silla de ruedas. Les dije a mis amigos que si cada uno de ellos me regalaba 2.000 pesos podríamos comprársela, y en cuestión de 30 horas conseguimos la plata. Yo uso las redes para eso, para ayudar. Para pelear hay mucha gente”, señala.

Dice que la visibilidad que ha ganado en Twitter la ha puesto en la mira de mucha gente para lo bueno, y también para lo malo. Por ejemplo, recientemente le invitaron a participar en una reunión de la Alcaldía para analizar el proyecto en la Ciénaga de Mallorquín.

Pero está la otra cara de la moneda. “Han indagado sobre mí y sobre mi familia de forma peligrosa, me han amenazado y he recibido ataques de troles, en fin. Por eso me tocó denunciar y he optado por bloquear a quienes insultan. Por otro lado, creo que la gente ha entendido que no tengo interés político oculto y que mi conciencia no está en venta”, asegura.

Finalmente ella dice que a la hora de escribir sobre alguien en redes a uno no se le debería olvidar que ese alguien es un ser humano y que se debería hacer un esfuerzo por ponerse en los zapatos de ella. “Detrás de esa cuenta hay una persona, y lo mínimo es intentar ser empáticos con esa persona”, puntualiza.

@Lolita_Celedon, marketing y veeduría social

Lolita Celedón en su agencia de comunicación y marketing en Valledupar.

Seguidores en Twitter: 11.400

La villanuevera Lolita Celedón es una de las mujeres más fuertes en redes sociales en Valledupar y el sur de La Guajira, pues además de los seguidores que tiene en su cuenta personal, hay que adicionarles los que tiene en la cuenta @Tuimagencom, que pertenece a una agencia de su propiedad, y que suman 16.200.

Esta profesional guajira se declara una “apasionada por las redes” y dice que en estos tiempos de pandemia estas plataformas han brindado a muchos la posibilidad de estar afuera, pese al distanciamiento físico. Ella es comunicadora social y periodista de la Universidad Autónoma del Caribe y tras trasegar unos años en el periodismo, decidió crear Tu Imagen, una agencia especializada en los temas que le apasionan: comunicaciones, branding y marketing personal en Valledupar, donde reside con su esposo y sus dos hijas, Natalia, universitaria, y Mariana, estudiante de bachillerato..

“Desde mis días de reportera en el periódico Vanguardia Liberal (2012) comencé a marcar posturas, especialmente en Twitter, sobre temas o problemáticas sociales. Y decidí abrir la cuenta de mi agencia, porque no quería dejar de lado la creación de contenidos”, recuerda.

Sin embargo, la primera red social en la que dio de qué hablar fue Facebook, que abrió con fines netamente profesionales para posicionar en ese momento una campaña de empoderamiento femenino que llamó “La grandeza de ser mujer”, al punto que, en 2010, el alcalde Freddy Socarrás la adoptó en su plan de trabajo.

Posteriormente vino todo el trabajo de la agencia en el asesoramiento de candidatos y campañas políticas, así como a un senador cesarense, lo cual hizo que durante mucho tiempo ella se abstuviera de opinar sobre lo público. “Pero reflexioné sobre el tema y me dije que por qué tenía que guardarme mis opiniones y hasta cuestionamientos, si el asesor no es político ni es parte de la campaña en sí, sino que simplemente brinda un servicio profesional, como en cualquier otra profesión. Porque si así fuera, todos tendríamos que andar callados”, asegura.

Lolita Celedón.

Sin embargo, dice que hay que establecer límites. “Yo soy muy aguerrida y me gusta confrontar, por ello establecí unos lineamientos para el manejo de mis redes: enfoco mis observaciones o comentarios a la forma como se llevan los procesos sociales en mi región, en el manejo de imagen y en la forma de actuar de nuestros mandatarios. En este momento, por ejemplo, estoy cuestionando el manejo que se la hado a la pandemia en Valledupar, donde estamos viviendo el pico más alto. No es posible que esta ciudad esté tan rezagada, cuando Barranquilla y Bogotá ya dejaron un mapa a seguir en materia de toque de queda, ley seca y aislamiento. Hago un llamado a la administración a buscar consensos, en temas como definir el toque de queda con los gremios, por ejemplo”.

Dice que por sus opiniones ha sido blanco de todo tipo de calumnias, difamaciones y ataques. “Tengo un máster en bodegas”, asegura jocosamente y apunta que ella es amiga de la opinión libre y frentera, pero no de quienes usan ese recurso que, según dice, fue aprendido de otras ciudades.

“Yo bloqueo troles, cuentas anónimas. A las personas reales no”. Dice que al comienzo le angustiaban sus hijas, pero con su esposo hablaron con ellas y les advirtieron todo lo que vendría por su trabajo. “Ya no les afecta. Mi trabajo habla por mí”.

Para Lolita Celedón, las redes sociales construyen o destruyen. Por eso dice que quién desee crecer en ese mundo virtual lo primero que tiene que definir es qué clase de perfil quiere tener: el de una persona seria, que aporta, o el de alguien que va a cazar pelea, por ejemplo.

“Es importante que tenga claro que una cosa es confrontar, otra pelear; que evite esto último, al final uno termina enredado en necedades o situaciones incómodas. Que cuide el contenido, que si no tiene uno propio al menos repostee noticias, por ejemplo. Y por último, que no se pierda, que no deje dos días sin trinar, que publique a diario”, aconsejó.

Inclusión, la bandera de @palcazarh

Paola Alcázar con sus hijos Mateo y Sammy.

Seguidores en Twitter: 10.100

En 2009, a la barranquillera Paola Alcázar le tocó irse a vivir a Ciudad de México a dirigir las Comunicaciones de Gas Natural Fenosa. Casi que por supervivencia, y aunque había viajado con su esposo y sus hijos Mateo y Sammy, decidió abrir una cuenta en Facebook para mantenerse conectada con sus padres, familiares y con los amigos que dejaba acá.

Un año después llegó a Twitter, pues necesitaba estar enterada de lo que pasaba y se decía en esa red, especialmente de su empresa, al tiempo que la compañía se debatía entre si entrar o no al mundo de las redes sociales.

“Una cosa que aprendí en ese tiempo es que estés no estés, en redes siempre habrá quien hable de ti como empresa”, dice esta comunicadora social con énfasis en periodismo de la Javeriana, magister en administración de La Salle y doctora en psicología de la Universidad del Norte, donde además de docente dirige el Centro de Educación Continuada, CEC.

Desde entonces, Twitter se ha convertido en su primer y último contacto con las noticias, cuando lo revisa por la mañana ­–en vez de oír radio, como hacía antes­– y por la noche, para conocer las tendencias del día y para revisar las cuentas internacionales que le interesan.

Además, dice que esa red es, en esencia, una herramienta de gestión que le ha servido para posicionar en la agenda pública los tópicos que le interesan, de manera especial el de la inclusión. “He podido sacarlo adelante, hacer que la gente hable del tema, incidir para que le abran espacios en lo nacional e internacional. Y como siempre lo cito, siento que me he convertido en líder o influenciador, lo cual también ha permeado en los temas que abandera la Universidad del Norte”, explica.

Sus tuits sobre educación, innovación, ciencia y emprendimiento también le han servido para crear comunidad, en la medida en que muchos de sus seguidores son familias, mediadores, maestros y cuidadores de población con algún tipo de discapacidad. “Es una red que me ha permitido conectar los servicios que brindan unos con las necesidades de otros”.

Paola Alcázar.

Cita como ejemplo el hecho de que hace una semana una madre de familia soledeña le escribió pidiendo ayudar para que su hijo lograra tener un computador. En una semana lo consiguió. “Lo que hago es conectar a la gente. No soy amiga del Presidente ni de los ministros, pero les escribo y sé que ellos me leen y me ayudan a solucionar. Es una tarea agotadora, pero la hago con el mayor gusto en la medida de mis posibilidades y luego de hacer las verificaciones del caso”.

Aunque habla de política, dice que en lo posible trata de no tomar partido por un político u otro. “Aunque no haya votado por el, si el político hace algo bueno lo elogio”. No obstante, ha recibido más de un insulto por opinar sobre este tópico, y también se ha topado con gente que la contradice y critica por todo. En estos casos, recurre al bloqueo pues dice que ella no tiene por qué aguatarse groserías de nadie.

Y es clara en que no recibe pago por promover nada, aunque en ocasiones ha ayudado a algún amigo a promover un evento, por ejemplo. “Pero no quiero darle ese perfil a mis redes”.

Alcázar dice que en este terreno de las redes sociales todos debemos tener claro que las redes sociales hacen parte de la esfera de la vida pública, no de la privada, y que lo que una persona publica es lo que quiere que los demás sepan de ella. Segundo, que hay que distinguir entre el estilo de cada red y el uso que se le va a dar, y por último, definir de qué va a hablar uno y por qué queremos que se nos conozca. “Definir la marca personal, el sello que le vamos a dar a nuestro perfil”, puntualiza.

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