Mundo curioso / 20 de abril de 2024

Ni besos, ni caricias, ni beber, ni fumar: estas son las estrictas reglas de las exitosas novelas turcas

Los actores Sila Türkoglu (Seher)y Halil İbrahim Ceyhan (Yaman), protagonistas de ‘Yusuf’, en una de las escenas más atrevidas de esa telenovela. (Internet)

Rosario Borrero

Si la producción es para consumo interno, debe ceñirse a la regulación del Consejo Superior de la Radio y Televisión (RTÜK), pero si va por plataformas de streaming puede mostrar escenas de más ‘voltaje’.

En la telenovela turca Yusuf, que se emite todas las tardes por la televisión nacional, se sabe que Yamán y Seher, los protagonistas, están enamorados porque todos lo dicen, no porque porque la pareja lo demuestren. Pero para sorpresa de la teleaudiencia, el amor se les ve en las largas miradas que se lanzan, suspiros, silencios interminables, sonrisas, rostros inclinados y, a duras penas, un beso casto en la mejilla, un agarrón de mano, o un abrazo fugaz.

“Oye, qué rara esa novela. Los protagonistas nunca se besan, solo son miraditas y suspiros”, exclama Estella Becerra, fan de las telenovelas turcas. Y tiene razón. En Yusuf—también conocida como Emanet, Legacy o El legado— Yaman y Seher (interpretados por los actores Halil Ibrahim Ceyhan y Sila Turkoglu) se demuestran su amor con caricias y besos en las mejillas. Y aunque dicen amarse con pasión, de desenfreno ¡pocón, pocón!

La explicación está en una norma del Consejo Superior de la Radio y Televisión de Turquía (RTÜK), el cual tiene lineamientos muy estrictos sobre lo que se puede o no mostrar en la pantalla. El periodista Pere Solà Gimferrer explicó en el periódico La Vanguardia de Cataluña, España, que la mayoría de estas directrices están marcadas por la ideología y la moral del país.

No obstante, así como los protagonistas de la producción, Seher y Yaman, terminan enamorándose —aunque al principio no se querían— y se muestran el afecto de otras maneras, los actores que hacía de pareja se enamoraron en la vida real, mientras grababan la telenovela

Es por eso que mientras en muchos culebrones latinoamericanos hay besos apasionados entre los protagonistas desde los primeros capítulos, en Fatmagül, una de las historias turcas más exitosas, el primer beso de los protagonistas llegó en el episodio ¡113!

Escena de la telenovela ‘Fatmagül’, en la que los protagonistas se dieron el primer beso en la escena 113.

CERO EROTISMO

Son varias las causas de la falta de escenas de alto contenido erótico. Aunque es una república laica, en Turquía, como en otros países islámicos, no están bien vistas las muestras de afecto en público. Allí se considera de mal gusto besarse o abrazarse con la pareja en lugares públicos.

Lo otro es la regulación del RTUK. Este organismo formado por nueve miembros escogidos por la Asamblea Nacional determina las reglas que deben seguir las producciones y si no las cumplen pagan multas millonarias. La serie Love is in the air fue multada porque emitió una escena en un jacuzzi, que fue considerada un “contenido erótico que contradicen las costumbres y las tradiciones de la familia turca”.

La actriz Cansu Dere, ex Miss Turquía 2000, en una escena de ‘Madre’, que se transmitió en Colombia.

La actriz Cansu Dere, protagonista de las series turcas Sila, Ezel y Anne, dice que hay normas que tienen que cumplir por las “condiciones” del país en el que vive. “No es muy bueno, pero tenemos que cumplirlas”, asegura.

“La censura siempre limita en cualquier campo, ya sea tu trabajo, tu vida normal. Hay normas que tenemos que cumplir por las condiciones del país en donde estamos viviendo”, explicó, y luego apuntó: “No es muy bueno, pero tenemos que cumplirlas”.

BESOS DE 3 SEGUNDOS

El RTÜK establece que los besos y las caricias en las producciones transmitidas por televisión deben estar muy limitados. El actor Furkan Andiç explicó en 2020 al diario El País que estas muestras de afecto no pueden durar más de tres segundos. Y ni pensar en los besos con lengua. 

Un beso fugaz en la telenovela ‘Kara Sevda’.

El ente también prohíbe que se incluyan historias de la comunidad LGBT+. Si hay escenas de violencia, no se puede exponer sangre de modo explícito.

Otra norma que los productores respetan a rajatabla es la prohibición de mostrar a los personajes fumando o consumiendo bebidas alcohólicas. Si por exigencias del guion un personaje debe ingerir alguna bebida de ese tipo, el vaso se muestra difuminado. Y como un vino común en Turquía puede costar entre 8 y 25 dólares, es probable que se visualice el precio para que el televidente desista de beberlo.

‘La novia de Estambul’ (‘Sureyya’, como fue titulada en Colombia) muestra escenas románticas dado que es una producción hecha para las plataformas de streaming.

Sin embargo tanto para las escenas de sexo y el consumo de bebidas alcohólicas hay contemplaciones. Las historias producidas por plataformas de streaming y no para la televisión abierta turca pueden mostrar besos más apasionados y escenas de sexo de más voltaje, pero sin llegar a la libertad de cuerpos desnudos o el sexo que se ve en las producciones de Hollywood. También los protagonistas aparecen bebiendo alcohol o consumiendo sustancias pero en la mayoría de las ocasiones en breves escenas.

Sin duda, con todo y estas estrictas normas Turquía ha logrado cautivar a nuestro país con sus historias de amor, drama y traición. Tal ha sido su éxito, que el gobierno de Recep Tayyip Erdogan ha recibido en los últimos años más de 1.000 millones de dólares gracias a la venta de los derechos de más de 150 series a 146 países. No es Hollywood, pero es Turquía, un país lleno de magia y misterio que hoy se pone de moda con su singular manera de escenificar el amor.

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