El icónico estampado tipo leopardo cada año aparece con fuerza en las pasarelas, pues los grandes diseñadores se resisten a renunciar de ese patrón tipo salvaje (ya sea de tigre, cebra o serpiente) fusionándolo con otras tendencias y estilos contemporáneos convirtiéndolo en un clásico atemporal que no puede faltar en el closet.

Desde su nacimiento, por allá en el siglo XVI, hasta la actualidad, el ‘animal print’ ha ido evolucionando en su versatilidad, en el sentido de que no solo apareció en elegantes abrigos y gorros de invierno, sino en vestidos, chaquetas y pantalones, y  todo en lo que tenga que ver con muchos accesorios como cartera, zapatos, pañolones, cinturones, billeteras, etc.

Según dicen fue en ese siglo en el que las pieles de leopardo, las verdaderas, formaban parte de los uniformes del ejército polaco y hasta la alta sociedad de principios del siglo XX como símbolo de estatus y poder.

Inicialmente las pieles de animales comenzaron a usarse como método ante el frío cuando aún no existían las prendas en la Prehistoria.

Aunque en los 70 la piel dejó de usarse debido a los movimientos animalistas, esto sirvió para que algunas subculturas antisistema añadieran el estampado a su estética, como fueron los ‘Punk’.

Pero el estampado leopardo alcanzó su verdadero apogeo a mediados del siglo pasado, gracias a la influencia de diseñadores como Christian Dior y Elsa Schiaparelli, quienes lo introdujeron en sus colecciones en la década de 1950. Desde entonces, ha sido reinventado una y otra vez, manteniéndose fresco y relevante en el transcurso de las temporadas.

Ya en la década de los 90, otros grandes creadores como Dolce & Gabbana y Versace continuaron llevándolo a las pasarelas.

De manera que si usted tiene en su closet una prenda con estampados ‘animal print’ no se deshaga de ella porque jamás pasará de moda.