Dr. Rodolfo Vega Llamas
Columnista / 5 de octubre de 2024

Ser gente

Nunca me olvido cuando siendo niño mi padre me decía: «en los colegios hay que enseñar a estos muchachos a ser gente». Pero con el tiempo aprendí el mensaje. Ser gente es ser una buena persona, es aquella que siempre desea lo mejor para los demás y ,además, actúa en consecuencia; sus actos demuestran empatía, sentido de la honestidad, sinceridad.

Cuando la hija llegaba a la casa y le decía a sus padres la gran noticia de su novio, la primera pregunta que le hacen es si es “¿gente de bien?», no porque si tiene plata, de apellidos tradicionales o si es de la alta sociedad, ¡NO!. La pregunta es si es “gente de bien” y para mi eso es lo importante, cualquiera puede ser rico, o pertenecer a un club, pero cualquiera no es gente de bien.

La gente de bien actúa bajo los parámetros de la ley; esta frase para mi tiene un trasfondo social muy importante porque la gente de bien defiende la familia, apoya la institucionalidad, apoya la fuerza legítima del estado, está a lado de la seguridad ciudadana, convive en sociedad, respeta las normas, educa sus hijos, ayuda sus amigos, visita el enfermo, respeta el semáforo en rojo, ayuda al anciano, sirve al prójimo. No tiene nada que ver con dinero ni con status social.

La palabra gente viene del latín gens “Clan”,tribu, o familia, pero también ser gente, es ser como debe ser, recto, irreprochable.

Para mi ser gente es además respeto, cortesía, el arte de la conversación, el cumplimiento de las reglas de la urbanidad, hasta saber vestirse, la puntualidad, saludar y decir gracias.

Estás personas de bien son pundonorosos, decorosos, son personas que conocen la compasión, la integridad y la bondad, son personas humanas que conocen el enfado, pero también son comprensivas y dadivosas.

Por eso siempre recomiendo, si su hijo o su hija se va casar, no importa el apellido, no importa el status, no importa el dinero, ni qué hace, lo importante es que sea gente, persona de bien, que sea íntegra, respetable, digna y honesta; además que tenga recato, modestia y sobre todo limpia y aseada.
Debe respetar al prójimo, pero sobre todo respetarse a sí mismo.

Persona de bien es quien tiene principios, y aquí viene a colación lo que decía mi padre, eso se enseña en los colegios y en casa. Los padres tenemos la obligación de tener hijos que sean gente, personas de bien; el compromiso no es solo educarlos, sino que también proyecten en la sociedad pulcritud.

Desgraciadamente estamos viviendo en una sociedad, donde la primera pregunta que hacen a la hija/hijo cuando presentan al novio/novia es , y ¿tienen plata ? ¿qué hace? ¿son socios del club?. Triste degradación de la sociedad, con esta escala falsa de valores.

No tengo ninguna duda, el que es gente llega más lejos que cualquiera, no tiene límites, su don de persona, le abre puertas.

Por eso sigamos luchando por que nuestros hijos sean gente de bien, la sociedad te lo agradecerá.

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