La bella piel de las mujeres nórdicas es la prueba más grande de los beneficios que tiene el agua fría para nuestra piel, y lo reconfortante que resulta ser un humeante té o un caldo cuando no nos sentimos bien de salud también demuestra lo bueno que son para la salud las bebidas o el agua caliente.
¿En qué caso usar lo uno y lo otro? ¿Cómo sacarle el mejor partido a las bebidas, las duchas o las compresas según su temperatura? A continuación una guía práctica para el buen vivir:
PARA LA SALUD, BEBIDAS CALIENTES
¿Sabes por qué es tan beneficiosa una bebida caliente? Primero, porque favorece la digestión y alivia el estreñimiento, en la medida en que ayuda al aparato digestivo a descomponer los alimentos. Por eso se se recomienda beber una taza café o te caliente, luego de una comida abundante. Segundo, porque también ayuda a desintoxicar el organismo aumentando la temperatura corporal y propiciando la eliminación de toxinas mediante el sudor y la oriena. Y por último, mejora la circulación y alivia el dolor muscular, pues las bebidas calientes actúan como vasodilatador, aumentan el flujo sanguíneo, relajan los músculos y mejoran la circulación.
DUCHAS FRÍAS PARA LA PIEL
En materia estética y dermatológica, los expertos aseguran que es mejor el frío que el calor. El agua fría no solo despierta, sino que estimula o activa la circulación, aumenta el metabolismo y ayuda al tonificar piel y músculos. Además, desinflama. En cambio el agua caliente, aunque relajante, reseca la dermis, la deshidrata y elimina la grasa natural que la protege, por lo que nos hace propenso a las irritaciones.
COMPRESAS, FRÍAS O CALIENTES
Las compresas y bolsas de agua fría o caliente tienen un uso terapéutico invaluable, sobre todo en caso de inflamaciones. Las frías ayudan a disminuir el flujo sanguíneo en la región, reduciendo la inflamación y el dolor y evitando la aparición de hematomas. Se recomiendan en caso de golpes, caídas o torsiones, hematomas; después de una vacuna o inyección, dolor de muela; en caso de tendinitis y después de realizar actividad física. Y las compresas calientes son ideales para mejorar el flujo sanguíneo, aumentar la movilidad y promover la relajación en la región donde se aplique, en casos de dolor muscular; forúnculo y orzuelo; tortícolis y antes de la actividad física.