El hijo menor del presidente Donald Trump y Melania poco sonríe y es muy callado.
El hijo menor de Donald Trump nació y creció en la opulencia. Físicamente es el mismo retrato de su padre, y aunque es inexpresivo y callado, ha habido rumores de que está en el espectro autista. Hoy, a sus 18 años, tiene asistentes personales y no se mueve sin sus guardias de seguridad.
A pesar de que su madre Melania ha tratado siempre de proteger a su hijo Barron del foco mediático, el benjamín del clan Trump hoy siendo un adolescentes no puede escaparse de los rumores sobre todo desde que su padre asumió el segundo mandato.
Dicen que es tan obstinado e independiente como siempre lo ha sido Donald. En el acto de la posesión presidencial, nunca se le vio sonriente y emocionado. Aplaudió sin ganas. Por eso se rumora que es extraño, con problemas de sociabilidad, y que está en el espectro autista aunque nadie lo ha confirmado ni desmentido.
Pero, eso sí, sobresale entre todos por su 1,90 m, estatura que unos años más podría aumentar. No se sabe por qué Melania lo llama a menudo su ‘mini-Donald’, si es por su estatura o porque es el vivo retrato de su padre cuando era joven.
En todo caso, la seriedad que aparenta Barron muchos se la atribuyen a sus conocimientos e inteligencia. De pequeño, asistió a la prestigiosa Columbia Grammar and Preparatory School de Nueva York, antes de pasar a la St. Andrew’s Episcopal School de Maryland, que le costaba a su padre 40.000 dólares al año.
En septiembre de 2024, Barron estudió en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York, siguiendo los pasos de su padre empresario.
Barron Trump es políglota. Habla inglés con fluidez, domina el francés, que aprendió desde que tenía 3 años, y también honra las raíces de su madre aprendiendo esloveno. De hecho, habla regularmente con su madre y sus abuelos en esloveno y, al parecer, alterna entre el inglés y el esloveno con facilidad.
Aunque no se ha demostrado que le llama la atención la política, sí le ha venido siguiendo los pasos a su papá en cuanto a los negocios. Especialmente en el sector inmobiliario. El joven logró constituir su primera empresa con dos compañeros. Se llamó Trump, Fulcher & Roxburgh Capital Inc. en julio de 2024, y aunque la firma fue disuelta en noviembre tras la victoria electoral de Donald Trump, para evitar distraer la atención de los medios, uno de sus socios confirmó que planean relanzarla en la primavera.
Como se sabe, antes de abrirse camino en el mundo de la política, el mandatario era ampliamente conocido como un destacado hombre de negocios dueño de casinos, aviones, de empresas como Miss Universo y de una impresionante cartera inmobiliaria. Por eso, él y su familia se han dado el lujo de vivir en sus mansiones de todas partes de USA.
En Nueva York, por mencionar una de sus propiedades, hizo que en un penthouse tríplex valorado por 100 millones de dólares, uno de los pisos fueran exclusivamente para Barron, antes de ser un adolescente. Tenía dormitorio personal, cocina, sala de juegos, de estar y demás comodidades, incluyendo la servidumbre.
Sin duda, por ser el menor de la familia, ha sido siempre el consentido. Aunque la prole Trump ya alzó el vuelo desde que cada uno se casó, Barron y sus padres pasan más tiempo juntos.
Casualmente, esta semana, el joven fue pillado retomando sus estudios bajo un fuerte operativo de seguridad, marcando su primer día de clases desde que su padre asumió la presidencia. Acompañado por una caravana de cinco vehículos, el joven se dirigió a la Universidad de Nueva York (NYU), donde agentes a pie monitorearon discretamente el área para garantizar su seguridad.