Los esposos Dangond Delgado decidieron emprender en el mundo de los cultivos hidropónicos verticales, y crearon en su apartamento una granja urbana en la que producen una variedad de germinados para la elaboración de variedad de recetas.
Plántulas, brotes o germinados de rúgula, puerro, repollo morado, rábano, albahaca, cilantro, brócoli, mostaza, eneldo, guisante, kale (una especie de col rizada) y mix de ensaladas nacen y crecen en una habitación de doce metros cuadrados en un apartamento en Villa Country, al norte de Barranquilla, a la que no llegan ni el sol, ni la brisa, ni las lluvias y tampoco plagas o bichos que las ataquen.
Muy cerca de ellos están la rúgula, remolacha y lechugas verdes y moradas, entre otras, que sirven de base para ensaladas o jugos verdes, y que crecen hermosas en un proyecto piloto para producirlas también.
Y por otro lado están las hermosas y coloridas flores comestibles de violas, manzanos (appel blosom), capuchinas, marigold, clavelinas, begonias y fucsias, que saben bien y se ven mejor en la decoración de cualquier plato de dulce o de sal. Estas últimas, si bien no son sembradas aquí sí hacen parte de la oferta comestible de Silvestre Dangond, que no es el músico, y su esposa Clara Delgado, una pareja que se declara apasionada por el campo, por el verde y por la vida sana.
Él, que procede de una familia de ganaderos y palmeros del Cesar, y ella, administradora samaria, decidieron apostar por los cultivos sin suelo, muy en boga en Europa y Asia. Así surgió hace dos años Aguagreens, un emprendimiento fundamentado en dos pilares, la hidroponía y la agricultura vertical, conceptos que van muy acordes con la línea de desarrollo sostenible. Ellos cultivan no en la tierra sino en agua con nutrientes, variedad de vegetales que crecen en contenedores organizados en altos estantes, allí, en el seno del hogar que comparten con sus dos pequeños hijos.
“Vimos que en Barranquilla, y en la región en general, hacían falta productos frescos, sin químicos, 100% limpios y que solo tienen nutrientes, pues los que se conseguían eran traídos de Medellín o Cali. Por eso, al ver el boom en el mundo, pero la carencia en Barranquilla, quisimos innovar en este segmento”, asegura Clara.
EN QUILLA INNOVA
Siguiendo las instrucciones de un experto vía Youtube se lanzaron a esta aventura. Adecuaron una de las habitaciones de su apartamento, instalaron un deshumidificador y un aire acondicionado que nunca se apaga, armaron estantes en PVC, importaron tapetes y semillas, crearon con mangueras un sistema para que el agua recirculara y no se desperdiciara y aprendieron qué cantidad de líquido vertirles y qué tipo de nutrientes usar.
“Hicimos la primera siembra y todo nació. Los amigos y los chefs a los que empezamos a regalarles los brotes para que probaran quedaban encantados y así fue creciendo este emprendimiento que atiende hoteles y restaurantes en Barranquilla, Cartagena y Santa Marta, así como pedidos de particulares y surte tres Olímpicas en el norte de Barranquilla”, dice Clara Delgado.
Agrega que en realidad lo que ellos lo que hacen es “brindar una experiencia” a quien consume sus germinados vivos. “Lo empacamos para que sea la misma persona quien lo corte y lo coseche a la hora de comerlo”.
Un video en el que ella explicaba las bondades de sus brotes fue su punto de contacto con Barranquilla Verde, entidad que la invitó a participar en el programa Quilla Innova, donde Aguagreens uno de los 11 finalistas de este programa que brinda asesoría profesional a empresarios, financiado por la Secretaría de Desarrollo Económico y operado por la Universidad Simón Bolívar.
“Estamos súper agradecidos con el apoyo que nos han brindado, porque nos han hecho ver cosas y creer en nosotros mismos”, expresa.
BONDADES DE LOS BROTES
Clara Delgado explica que en general los cultivos hidropónicos tienen mayor tiempo de vida –aún después de cortados– que los vegetales que crecen en tierra, los cuales después de 3 ó 4 días se ponen amarillos así estén en nevera.
“La intensidad del sabor es diferente, se siente el poder de la planta. A esta no hay que lavarla, está limpia desde que nace pues el agua que se usa es pura y como no hay plagas, ni sol, ni agroquímicos, pues la planta no se estresa. Son germinados vivos, sin corte, de calidad superior, con mayor cantidad de nutrientes y tienen más larga vida, incluso ya cortados”, explica la empresaria, quien recalca que se trata de alimentos anticancerígenos, fuente de bienestar y salud.
Dado el éxito de los brotes, y ante las solicitudes que empezaron a recibir de parte de chefs, los esposos Dangond hicieron una alianza con la empresa Natunova, de Cali, para distribuir acá las flores comestibles, que son una alternativa hermosa en repostería y en platos de sal.
La meta de esta pareja de emprendedores es incursionar en la elaboración de productos ya terminados, como mix de ensaladas y bases para jugos verdes. Y obviamente, que su granja urbana crezca, que salga seguramente de su apartamento, pero que sus flores, sus hojas, sus brotes sean una auténtica alternativa para los paladares más exigentes de la región.