Para esta joven barranquillera, emprender no es un salto al vacío, sino tener actitud frente a los negocios y elegir opciones legales que brinden respaldo a la inversión.
El Monitor Global de Emprendimiento (GEM, por sus siglas en inglés) realizó un estudio para medir el impacto de la dinámica emprendedora colombiana 2021-2022, que entre otras cosas determinó que en el país «no existen suficientes fuentes de financiación para los emprendedores» y durante cuatro años esta tendencia no ha mejorado.
No obstante, y a pesar de este panorama, Carolina Buzón, ingeniera y madre barranquillera, decidió dejar la empresa familiar que tenía con su papá, dedicada al diseñar y construir obras civiles en la capital del Atlántico, para seguirle los pasos a su madre quien varios años antes emprendió y sacó adelante a su familia, ayudando a los niños de Barranquilla a complementar la educación escolar a través de una franquicia que adquirió del método japonés Kumon.
Antes de lanzarse a emprender, Carolina trabajó en una empresa de telecomunicaciones y también fue docente de ingeniería en varias universidades de la Costa Caribe, período en el que descubrió que su vocación estaba en transmitir conocimiento, pero esa labor no le garantizaba la estabilidad económica que estaba buscando. “Sentía la necesidad de salir a buscar opciones, que es la dinámica natural de un emprendedor: estar siempre activo, pendiente del mercado y sus cambios, eso me gusta y lo disfruto” señala.
Una encuesta de la Universidad del Rosario y Cifras y Conceptos reveló que los jóvenes deciden emprender principalmente por tres razones:
Independizarse económicamente (56%), para tener algo propio (46%), y solucionar una problemática existente (17%)
Por su parte la investigación del GEM 2021-2022, señala que algunos de los factores que están impulsando la actividad emprendedora en Colombia son: la falta de proyección en los trabajos y de oportunidades para profesionales recién graduados, barreras de acceso al empleo formal y aspectos culturales como el optimismo y la persistencia.
Y justamente en sintonía con estas razones, Carolina decidió emprender gracias al impulso que le dio su madre, quien de pequeña la puso a ‘hacer Kumon’ como ella misma lo narra, luego fue su asistente y hace poco más de un año la impulsó a tomar la decisión de montar una de estas franquicias, que le ha permitido tener un buen salario y autoemplearse, tal como lo hizo su mamá que también encontró la libertad financiera invirtiendo en este modelo de educación. “No me puse límites y aunque sentí temor al principio, decidí no cambiar de carro y mejor invertir en un negocio. Lo hice con conciencia, me informé y entendí la importancia de tener el respaldo constante de una empresa que nos acompaña a nosotros emprendedores”.
En su unidad ubicada al norte de Barranquilla en Villa Campestre, Carolina genera cuatro fuentes de empleo, una cifra que está dentro del rango de puestos que suelen generar el 60% de los emprendimientos en el país.
Apasionada por la labor de servir complementando la educación de los niños, le dice a quienes están pensando en emprender que “Kumon no es un centro donde solo se va a estudiar, también está diseñado para niños y adultos, además es una fuente de generación de empleo y un negocio que sí da y que como muchos necesita tiempo y atención. Las personas no saben que la marca está buscando emprendedores, que hacen un proceso de selección y que hay todo un camino para crecer”.
El empuje de emprendedores como Carolina, está impulsando la formalización de micro y pequeñas empresas principalmente en la Costa Caribe colombiana, región en la que el año pasado se crearon casi 18 mil nuevas empresas, siendo las de servicios las que puntean (47,5%), seguidas de las de comercio (42%) y las de manufactura (10,5%).
