Todos podemos aprender muchas cosas de la generación de las abuelas, en lo que a amor, relaciones y matrimonio se refiere, pero hay algunas que jamás cambian, y aunque pasen los años sus sabios consejos, en este caso los caseros,  servirán siempre.

Aquí dejamos algunos tips para conservar los zapatos que poco utilizas y guardas en el armario.

Almacenar este tipo de accesorio por largos periodos implica tomar ciertas medidas de protección para que no sufran ningún tipo de daño.

Por ejemplo, para evitar que tus zapatos se pelen, debes limpiarlos de vez en cuando y guardarlos en un lugar seco, fresco y con una horma o rellenarlos con papeles dentro para que mantengan su forma. La razón por la que se pelan es porque no son de muy buena calidad, son hechos con cuerina o cuero sintético.

La humedad es un enemigo común de los zapatos, ya que puede causar moho, mal olor e incluso deformaciones en la forma del calzado. Además, el calor y la exposición prolongada a la luz solar directa también pueden tener un impacto negativo, especialmente en aquellos fabricados con materiales sensibles al calor. Por eso las suelas a veces se despegan.

En cuanto a  la protección interna, el papel protector no puede faltar debido a que este brinda una mayor adherencia al material del zapato e impide que este se desgaste por roces o movimientos imprevistos. Algunos zapatos se encuentran fabricados con gamuzas o pieles sintéticas que destacan y demuestran exclusividad, pero para que estos materiales no pierdan su brillo inicial mientras se encuentran almacenados deben mantenerse debidamente cubiertos con un papel protector.

Siguiendo estos consejos, podrás guardar tus zapatos por mucho tiempo sin que se dañen y mantenerlos en buen estado para su uso futuro.