Howard Angulo junto a Samir Guarín y Daniel Navarro, de la marca Corozo Sport, sostienen una bola de trapo personalizada,
Howard Angulo, de la mano de Daniel Navarro y Samir Guarín han logrado reconocimiento por las artesanías con diseño coleccionables en productos de juegos de tradición.
Un domingo de 2015, tres horas antes de iniciar e campeonato de fútbol recreativo todo estaba listo en la calle 53C con carrera 27, barrio San Isidro, para el pitazo final.
A las siete de la mañana ya estaba hirviendo el sancocho, la cerveza estaba en las cavas de icopor y los jugadores se alistaban para el torneo de hermanad entre vecinos, pero además, de grata recordación entre los universitarios que en su etapa de adolescentes cerraban la cuadra y ponían los dos marcos para correr detrás de un balón.
Detrás de la organización estaba Howard Francisco Angulo Moreno, recién desempacado de sus pasantías en Haití y República Dominicana, y quien acababa de crear las Fundación Más para ti.
“No todo estaba listo porque faltaba lo más importante, la bola de trapo, que no se consigue en tiendas del barrio, como en mi juventud”, dice este administrador de empresas.
En medio de la angustia, Howard, que se había criado con sus vecinos del barrio Los Andes, donde vivía su abuela Omaira Reyes, supo que había un fabricante cerca de la cancha del barrio Simón Bolívar.
A los 15 minutos ya estaban en la casa de Luis El Chino Márquez, heredero de un negocio familiar de bola de trapos.
Howard terminó comprándole las que tenía y le prometió que en la misma semana volvería para hablar de esta tradición barranquillera.
Asegura que la frase del Chino lo motivó más para emprender lo que desde hace tres años registró con la marca Corozo Sport (@corozoczo), empresa de artesanías con diseño coleccionables en productos de juegos de tradición, porque además de la archifamosa bola de trapo, están el trompo, el yo-yo, la coca y el triqui, entre otros.
“Cada vez que vendo una bola de trapo. Es como si se fuera un hijo mío, me gustaría que los muchachos de hoy jugaran como antes, sería mucho mejor la sociedad”, le comentó Márquez.
A medida que Angulo, egresado de la Corporación Universitaria Americana, investigaba sobre esta tradición con la que varias generaciones de barranquilleros crecieron apostando pan y gaseosa, más se iba afianzando en su meta.
Con la experiencia que ganó en la Red de Jóvenes Investigadores de Colombia, Howard arrancó entonces con Arte y Color, proyecto para rescatar la bola de trapo pintando jugadores célebres. El primero, Carlos el Pibe Valderrama, del pincel del artista Reinel Miranda. Ahí decidió desligar la fundación del proyecto (que antes lo llamaba Arte y Color) por lo que empezó los trámites legales ante la Cámara de Comercio en la que destaca el apoyo de Paola Andrea Bayona y del asesor la Unidad de Desarrollo del empresario Fredy Sánchez, quien le dio la idea para el nombre de la marca.
“En el argot popular de la bola de trapo uno decía: te la puse como un corozo o te la puse chiquita, para demostrar a habilidad del jugador ante su contrario. Ahí nació entonces Corozo Sport a finales de 2015”, que luego se amplió a otros juegos como trompo, yoyo, coca, bolita uñita y triqui.
Con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Económico de la Gobernación llegó la oportunidad de participar en eventos importantes como la Vitrina de Anato. Allí estaban el entonces gobernador Eduardo Verano, el exalcalde Alejandro Char, su sucesor Jaime Pumarejo y empresarios de la talla de Christian Daes , que quedaron maravillados con el proyecto porque además, todos habían crecido jugando bola de trapo.
Luego vinieron experiencias como Quilla Innova (2017), de la Secretaría de Desarrollo Económico de la Alcaldía, que le dio bases para afianzarse como empresarios, y en el 2018 ganaron además la convocatoria de empresas de Economía Naranja impulsados por el director del Fondo Emprender del Sena, Víctor Cera y la asesoría de Luis Carlos Cárdenas.
Esa oportunidad, de la mano de la ministra de las TIC, Karen Abudinen, fue la presentación en sociedad ante el Gobierno Nacional porque Angulo tuvo la oportunidad de que el presidente Iván Duque conociera de Corozo.
En marzo del 2020, por intermedio del pintor y amigo Rubén Terán, consiguieron un local en el Mall Plaza de Buenavista por el que no pagarían arriendo durante tres meses, sueño que apenas le duró seis días porque el 20 de marzo empezó la cuarentena en el país por la pandemia de la covid-19, un golpe del que Corozo Sport apenas se está reponiendo.
Tuvieron que recortar la nómina porque las ventas no alcanzan a cubrir los gastos administrativos.
Por eso Angulo, un convencido que todo sueño es posible con disciplina, perseverancia, constancia , pasión y amor, trabaja en varios proyectos con el Sena para rediseñar su empresa.
“Reinventarse también genera gastos, y más en productos como Corozo. Hay que darle valor a lo artesanal porque es un trabajo hecho a mano, una artesanía con diseño coleccionable exclusiva”, explica.