Dr. Rodolfo Vega Llamas
Columnista / 13 de julio de 2024

«Cuánto más oscura es la noche más brillan las estrellas»

Me encanta esa frase, y tiene aplicación en todo el acontecer de nuestra vida. El miércoles, por ejemplo, en el partido Colombia vs Uruguay, cuando expulsaron a Núñez , se oscureció el partido, pero cada jugador sacó su garra y empezaron a brillar; situación que tal vez no hubiese sucedido con 11 jugadores.

La verdadera fortaleza de estos jugadores está en la capacidad de sobreponerse en los momentos de adversidades.

En una ocasión le dije a mi padre que la carrera de medicina era difícil y que no me quedaba tiempo para hacer deporte, ir a un cine, para nada. Y me contesto con esta frase que me dejo atónito: “un día le contarás a la gente cómo saliste de ese océano, cuando ni siquiera sabías nadar. No te rindas nunca!».

En ocasiones encontramos nuevas habilidades en los momentos difíciles que tal vez nunca los hubiésemos descubierto si todo fluyera normal.

No olvidemos que los momentos difíciles en nuestra vida son ineludibles, y nos va a suceder con mayor o menor magnitud.

Es en esos momentos es cuando tenemos que sacar nuestra creatividad, tirar de la imaginación, planificar y organizar, aprender a adaptarnos a situaciones difíciles. Esto nos hace ser más resilientes, según todas las investigaciones, en momentos de oscuridad es cuando más debemos ser optimista, parece irrisorio pero así debe ser.

Nunca jamás conoceremos nuestras fortalezas sino atravesamos momentos difíciles, tenemos que hacer de lo ordinario algo extraordinario, ver el vaso medio lleno. Pon el foco en cómo lo vas a resolver el problema y no en lamentaciones.

La humanidad ha surgido porque ha tenido la capacidad de adaptarse al cambio a las adversidades. El miércoles, en el primer tiempo con 11 jugadores fue una cosa, con 10 fue otra, pero el pueblo colombiano se emocionó más con el segundo tiempo por la garra que mostraron los colombianos ante la adversidad; eso fue una verdadera expresión de resiliencia.

Me gustó más ese segundo tiempo que me hizo sufrir más que el primero porque nos hizo sentir más colombianos que nunca; cada minuto salían a relucir nuestras emociones de ver la tenacidad de cómo se defendían, ese pundonor, ese amor de patria.

Estos muchachos mostraron que sí se puede, que la oscuridad no es obstáculo, que el colombiano no tiene nada que envidiar a nadie en este planeta, que somos gente luchadora y berraca en todas las áreas.

Quiero terminar con esta frase que dice: “los momentos buenos se disfrutan, los momentos malos te enseñan”. Ese jugador que expulsaron aprendió una gran lección y se llama manejar sus emociones, no solo por él, sino por el daño que le pudo ocasionar con su salida al equipo.

En ocasiones pedimos que se cambien ciertas situaciones de la vida, pero se nos olvida que exactamente esa situaciones están ahí para cambiarnos.

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