El musculoso ‘Popeye el marino’ con su pareja Esilda Elna Avendaño (caracterizando a la Chilindrina) en uno de los desfiles del Carnaval.
Se llama Eduardo Aldana y lleva 12 años caracterizando al famoso personaje musculoso de las tiras cómicas, haciendo las delicias de niños y adultos en todos los desfiles de las fiestas barranquilleras.
Desde niño sintió admiración por Popeye el marino, el personaje de las tiras cómicas y de cortometrajes de dibujos animados, que solo veía en los paquitos, periódicos y cuando la televisión en Colombia era en blanco y negro.
Era tanta su fascinación, que un día, hace 12 años, a Eduardo Aldana (de 62 años) teniendo en su casa del popular barrio Las Malvinas el gorro y una pipa, se le ocurrió ponérselos, y mirándose frente al espejo haciendo las muecas del personaje, sacando la quijada y cerrando un ojo, decidió disfrazarse en Carnaval.
“Para serlo más real, me motilé, conseguí el traje de marinero y así poco a poco fui construyendo esa simbólica figura de las tiras cómicas. La primera vez que salí en Carnaval fue un éxito. La gente, sobre todos los niños, se reían y me aplaudían porque era y sigo siendo el único Popeye en todos los desfiles”, dice Aldana, a quien desde entonces la gente no lo llaman por su nombre de pila, sino ‘Popeye el marino’.
Como ese héroe animado se ha caracterizado por ser fortachón, con fuertes músculos, porque según su creador comer espinacas lo vuelve más fuerte que un toro, el carnavalero se inventó unas mangas para cada brazo hechas de tela color piel rellenas con esponjas en las que tiene tatuada un ancla.
Sobre la espinaca, dice con sorna: “a mí me gusta esa verdura, pero definitivamente mi plato preferido es el arroz con pollo, que me proporciona súper fuerza”.
Siempre se inscribe en el Carnaval en la categoría de disfraces individuales, recibe un aporte de $1.300.000 por parte de esa empresa “dinero que siempre me cae bien y lo que me regala cualquier espontáneo- Yo con eso me conformo para comprar las cosas que necesito.”
Está listo para salir en la Noche de Guacherna como una forma de tomar fuerzas como Popeye y seguir en el resto de los desfiles del Carnaval.
Pero Eduardo Aldana no sale solo haciendo las delicias del público con su disfraz. Así como el personaje del comic tenía a Olivia, su inseparable mujer, él decidió que su pareja en la vida real, Esilda Elena Avendaño, lo hiciera como la Chilindrina, porque “Olivia era muy delgada, en cambio mi mujer es mucho más gordita y bajita”.
Una vez terminen las fiestas barranquilleras, Aldana continuará con su trabajo rutinario desde un puesto callejero que tiene al suroccidente de la ciudad vendiendo desde agua hasta todo tipo de bebidas endulzantes.