Aníbal Velásquez, el llamado Rey de la Guaracha, fue homenajeado anoche en el desfile de La Guacherna.
El llamado “Mago del acordeón, con más de cinco décadas en la música, desfiló anoche en La Guacherna en la que se le rindió tributo del que consdieró, «ya era hora”. Dice que Mr. Black le propuso cantar a dúo una colaboración.
Al maestro Aníbal Velásquez le encanta la música romántica «con buena letra», como así lo define. Por eso no es extraño su marcada afición por boleros y rancheras. A veces va más allá, y se empecina en hacer mezclas de salsa en el estudio que tiene en su casa de la Ciudadela 20 de Julio, donde reside desde hace 44 años junto a su esposa Julieta Peinado.
“El que no baila con la música
mía es porque no es feliz”
Aníbal Velásquez
En ese amor constante por la música también acostumbra a escuchar sus propias canciones, más de 2.500 asegura, «para sonar aún mejor» y seguir complaciendo a sus seguidores. En esta tarea diaria lo apoya su inseparable y querido hermano José, cantante estelar de la agrupación.
Pero en esta pasión por la música no hay espacio para el reguetón. “Muy poco me pasa, a veces escucho uno que otro cuando suena en la radio, pero no creo que ese reguetón se encargue de tumbar mi guaracha, que es muy penetrante y ha trascendido a lo largo de varias décadas. Porque el que no baila con mi música, es porque no vive feliz», apunta con algo de humor.
Confiesa que extraña la vida tranquila y feliz de su infancia en el barrio San Pachito y luego en Rebolo cuando su hermano Juan (fallecido) le enseñó a tocar el acordeón, su papá Antonio tocaba dulzaina y tambor y su mamá, Belén, componía. De ahí la vena artística de la familia. «Ahora vivimos con miedo por la inseguridad y la mala situación», dice, en entrevista concedida a MiRedVista.
«Ah, tú lo que quieres es tocar el acordeón, me dijo Juan cuando me agarró con las manos en la masa sacándole notas a su instrumento que guardaba en un escaparate. Entonces fui aprendiendo poco a poco, oía las canciones de otros acordeoneros y aprendí a tocar vallenato. Fui el primero en grabar la Casa en el aire del maestro Rafael Escalona, hasta crear la guaracha, un género parecido al de Cuba, pero con mi sello particular”, recuerda orgulloso.
Velásquez Hurtado que nació el 3 de junio de 1936, recuerda que para esa época la gente no bailaba vallenato, solo le gustaba escucharlo.
“Yo no quería parecerme a los demás artistas vallenato, entonces, inspirado en el género cubano, cree la guaracha, que es más rítmica porque hay acordeón, caja y guacharaca. Yo puse a bailar a la gente en los matrimonios, cumpleaños y bautizos. Ahí arranqué con mi estilo”.
A sus casi 86 años, el también llamado Bárbaro del acordeón, cuenta que desde los 10 solo desayuna y almuerza pescado, que no bebe licor (dos o tres vasos de wiskie cuando está en tarima), pero de resto, lleva una vida muy sana. «No como carne porque me envejece y da cáncer», dice sonriente sobre el secreto de su energía y jovialidad.
Aníbal es muy activo en su cuenta de Facebook en la que comparte fotos, videos, responde a sus seguidores y entrega consejos a quienes quieren seguir la carrera musical.
Ante la pregunta de si le gustaría hacer colaboraciones musicales con otros artistas, responde que “lo haría con el que me lo proponga”, y asegura que Mr. Black ‘el Presidente de la champeta’, le propuso grabar un tema a dos voces.
Velásquez, devoto de la Virgen del Carmen a la que le reza todas las noches, dijo sobre su retiro de los escenarios que en agosto de 2019, cuando fue hospitalizado por una fuerte bronconeumonía que lo mantuvo conectado a una máquina de oxígeno, la idea le dio vueltas en su cabeza.
«Pero yo me bailo solo y hay Anibal para rato», sostiene, al recordar ese difícil trance.
Por culpa de las medidas para frenar la pandemia de Covid-19 tampoco pudo celebrar junto a Julieta los 44 años de casados. «A ella le escribí un libro de poemas. Ella es una muy buena mujer que me ha apoyado», agrega.
El intérprete de éxitos como Alicia la flaca, Guaracha en España, El turco perro, La ronchita, La Cachiporra y Faltan Cinco pa las doce, entre muchos otros, fue el gran homenajeado anoche durante el desfile de La Guacherna por su gran aporte musical y cultural al Carnaval de Barranquilla.
“Ya era hora de que se hiciera este homenaje, por fin se dieron cuenta que merecía ese incentivo porque no solo se trata de dinero sino de recordaciones para seguir adelante. Con mi música he puesto a bailar a varias generaciones no solo de Colombia sino del exterior”, expresó el célebre artista del Caribe.
Entre las centenares de anécdotas que le deja su carrera musical de más de cinco décadas, recuerda un 24 de diciembre en Nueva York cuando compartió tarima con el grupo Alquimia.
«Yo estaba cantando Faltan cinco pa las doce y la gente cantaba, bailaba y lloraba, cuando de pronto se me abalanza una jovencita muy bonita que quizás me quería dar un beso, me agarra por la corbata y casi me ahorca», rememora con enorme sonrisa.
A través de las redes sociales Aníbal Sensación Velásquez comparte fotos y videos junto a sus músicos, con quienes ha conformado una gran familia desde hace más de treinta años junto a su inseparable hermano José, también cantante y compositor.
Aquí, menciona al Negro Gómez, su baterista, a Rosemberg Peinado que toca la tumbadora, y a su conductor Marcos Amarís. «El que más me aprecia y me acompaña», comenta.