La campaña ‘Denmarkificación’, que ya lleva 200 mil firmas, busca recaudar un billón de dólares para comprar el estado estadounidense, con lo cual Dinamarca le sale al paso a la propuesta del mandatario de comprar Groenlandia.
Lo que comenzó como una propuesta seria de Donald Trump para comprar Groenlandia ha desencadenado una respuesta inesperada y llena de humor: miles de daneses ahora proponen “comprar” California a Estados Unidos.
La campaña, que mezcla ironía con argumentos prácticos, es una respuesta satírica a los intentos del expresidente Donald Trump de comprar Groenlandia, territorio perteneciente a Dinamarca.
La iniciativa, promovida a través de la página “Denmarkification” (Dinamarquización), expone argumentos que mezclan ironía y beneficios potenciales que tendría Dinamarca. Entre ellos, se destaca que California resolvería la limitada producción de aguacate del país nórdico y que su adquisición incluiría el dominio tecnológico del estado.
Además, como toque cultural, los promotores proponen cambiar el nombre de Disneyland por Hans Christian Andersenland, haciendo referencia al célebre autor danés de cuentos de hadas. Además, en la propuesta se resalta la icónica frase “Make California Great Again” (Hagamos que California vuelva a ser grandiosa).
Y es que, inclusive el sitio incluso asegura que Trump podría estar dispuesto a vender el estado, dado su historial de tensiones con los líderes californianos. “Trump no es precisamente un fanático de California. Ha dicho que es ‘el estado más arruinado de la Unión’ y lleva años enfrentándose a sus dirigentes. Estamos seguros de que consideraría venderlo por el precio justo. Además, le ofrecemos un suministro ilimitado de pasteles daneses para cerrar el trato”, señala el comunicado en tono burlesco.
Cabe resaltar que esta curiosa iniciativa revive las polémicas propuestas de Trump, quien desde 2019 expresó su gran interés de adquirir Groenlandia y aunque la propuesta original de Trump fue rechazada por Dinamarca, parece que ahora los daneses han encontrado una forma creativa de devolver la jugada, planteando su propia compra imposible pero llena de humor político.
“¿Alguna vez ha mirado un mapa y ha pensado: ‘¿Sabes que necesita Dinamarca? Más sol, palmeras y patines’. Pues tenemos una oportunidad única en la vida para hacer realidad ese sueño. ¡Compremos California a Donald Trump!”, se lee en la propuesta.
El grupo también sugiere que el gigante danés de juguetes Lego manejaría las relaciones diplomáticas entre los dos países, porque “lidiar con niños que hacen berrinches por ladrillos faltantes los ha convertido en expertos en negociación”.
Esta campaña no solo es un recordatorio de las tensiones entre Dinamarca y Trump durante su gobierno, sino también una muestra de cómo el humor puede convertirse en una herramienta poderosa para abordar temas diplomáticos y políticos.
El humor político no solo sirve como forma de protesta o ironía, sino también como una manera de lidiar con frustraciones sociales y de conectar con audiencias globales. Según un análisis de The Journal of Communication Studies, los discursos satíricos permiten que las personas procesen temas conflictivos o polémicos desde una perspectiva más accesible y menos polarizadora.
Además, Dinamarca, un país reconocido por su alto índice de felicidad (según el World Happiness Report), ha integrado el humor como una parte clave de su identidad cultural y sus estrategias comunicativas
En este contexto, la propuesta de comprar California no es solo una broma elaborada, sino una muestra de cómo el humor puede convertirse en una herramienta para reflexionar sobre las relaciones internacionales, los intereses estratégicos y la percepción pública de los líderes mundiales.