Jairo y Panagiotis dialogan con la periodista y escritora Leila Cobo, directora de la revista Billboard para América Latina.
Junto a su cuñado, su hermana y un amigo, cada semana dialogan con escritores sobre diversas temáticas mientras degustan una copa de licor. Desde hace 13 años vive en EEUU pero no olvida a su ciudad.
Cuando no está al frente de la dirección de infraestructura de la Asociación de Especialistas Certificados en Antilavado de Dinero (Association of Certified Anti-Money Laundering Specialists, se va a compartir en familia o a hablar sobre literatura en Instagram a través de Books Over Drinks (@booksoverdrinksofficial en Instagram).
Es Jairo Antonio Gómez Soto, ingeniero industrial y de sistemas nacido en Barranquilla residenciado desde hace 13 años en el sur de la Florida.
El papá de Noah, de 13 años, y de Evelyn, de 8 años, nacidos de relaciones anteriores, confiesa que le gusta viajar, ir a un parque o comer en familia junto a su pareja, la paisa Eliana Montoya, quien es la gerente de operaciones para Piaget, una de las marcas de relojería de lujo de Richemont, dueña Cartier y Montblanc.
Narra que Books Over Drinks nació de las largas charlas que tenía presencial o virtualmente con su cuñado Panagiotis Giannakopoulos, nacido en Grecia y quien vive en Holanda junto con Marta Liliana, hermana de Jairo. Del proyecto también hace parte Carlos Gómez quien vive en Colombia.
“Queríamos crear la cultura para incentivar la pasión por la literatura, generar contenidos sobre los libros que leemos, entonces se nos dio la oportunidad de usar las redes sociales para expandirnos y dialogar con autores, editoriales y empresas publicitarias afines”, dice Gómez Soto.
Lo importante -asegura- es que esta pandemia derribó fronteras porque a través de la tecnología sostenemos diálogos con una comunidad de varios países que cada vez es más grande.
Se siente orgulloso porque durante más de un año han podido compartir con autores de géneros de ficción, investigación y reportajes, entre otros.
“No solo es hacer la reseña de los libros y recomendarlos, nos gusta que nuestros seguidores, amantes de la literatura, interactúen con nosotros. Es maravilloso”.
«Somos un colectivo de partidarios y contrarios, que compartimos la pasión por la palabra escrita, debatimos ideas y exploramos una amplia gama de temas, desde la historia hasta la ciencia y todo lo demás» afirma.
Por el colectivo literario ha pasado personajes como la novelista colombiana Vanessa Londoño, autora del Asedio Animal que narra la violencia en América Latina; Leila Cobo, periodista y escritora que dirige la revista Billboard para América Latina; Noelia Colmenarejo, quien desde hace más de 10 años trabaja para la Policía Municipal de Madrid en la unidad de atención a víctimas de violencia de género y que acaba de lanzar su primer libro sobre este delito.
«Manejamos el concepto de tomarnos una copa hablando de libros y acercar a los autores de obras a sus lectores. Precisamente una de las preguntas que le hacemos a nuestros invitados es con qué licor sugiere la lectura de determinada obra. Hacer de la literatura algo divertido es uno de nuestros objetivos porque la idea es que sigan creciendo nuestro colectivo literario», añade Jairo.
Confiesa además que lo bueno de vivir en el sur de la Florida es que está muy cerca de su Barranquilla natal, por lo que cuando ellos no viajan a la capital del Atlántico, lo hacen sus papás Jairo Gómez y Marta Soto de Gómez que son felices jugando con sus nietos.}
A Panos, su cuñado, lo define como un entusiasta literario trotamundos que trabaja en finanzas y vive fuera de Europa. Su bebida preferida : una lager envejecida en barril ligeramente fría, mientras que Jairo lo apasiona la no ficción mientras degusta una buena bebida pasada de moda, como él mismo lo afirma.
Gómez, que logró terminar ingeniería industrial y de sistemas en la Universidad Internacional de Florida, confiesa que está feliz viviendo en Estados Unidos porque es el país de las grandes oportunidades, pero no por ello deja de visitar a Barranquilla para reencontrarse con sus familiares y amigos.
«Lo bueno de vivir en Miami es que se siente lo latino mezclado con otras culturas extranjeras», agrega con un marcado acento costeño.