Tal como lo habíamos informado y después cambiado y luego reiterado, se confirma que quizá es probable que de pronto, según una fuente muy confiable nos indica, si todo llega a buen puerto no hay que descartar la posibilidad de que muy seguramente una vez se den ciertas condiciones Juan Fernando Quintero será jugador del Junior de Barranquilla.
El cubrimiento de la contratación del año en el fútbol colombiano ha representado un gran reto para la prensa deportiva en el país ante sucesos cambiantes en la negociación, sin embargo, un tufillo de improvisación y falta de rigurosidad ha quedado en el ambiente siempre caldeado de las redes sociales, pues, salvo excepciones bien informadas, la mayoría de los periodistas pareció regirse por el poco profesional refrán de «¿dónde va Vicente? Donde va la gente».
Bastaba que uno de ellos lanzara un nuevo dato en sus redes para que sus colegas corrieran a replicarlo a la velocidad de los pulgares, con un agravante: casi todos pasaban por alto el detalle de dar el crédito al dueño de la primicia y se la apropiaban sin asco. «Me informan que..», «desde el entorno del jugador me dicen…», «he logrado confirmar con dos fuentes…», fueron algunas de las muletillas utilizadas como parte de la ya consabida búsqueda de reconocimiento y seguidores. No importa lo que se diga, parecería ser la consigna de estos tiempos, lo importante es decir.
‘Fusilar’ es el término que empleamos los periodistas para adueñarnos del material ajeno sin respetar códigos ni manuales de deontología, y con la explosión de las herramientas digitales se ha vuelto extremadamente fácil y hasta rutinario ponerlo en práctica. Aunque el caso de Quintero sirve de ejemplo, es una modalidad extendida por reporteros de todas las áreas informativas. La aparición descontrolada de cientos de portales «independientes» de noticias, sin generalizar por supuesto, ha sido caldo de cultivo para la mediocridad, ya que muchos de estos solo funcionan como vitrina para colgar la pauta oficial.
El caso de Juanfer, en su totalidad, podría dar para un estudio detallado sobre manipulación de audiencias, pues ya algunos periodistas han dejado entrever en sus publicaciones que se sienten usados por las partes, es decir, por el Junior y por Quintero. ¿Utilizó el jugador a la prensa para presionar a la directiva del equipo a aceptar sus condiciones económicas? Era fácil de deducir que una vez el ’10’ antioqueño subiera a sus redes fotos del Pibe Valderrama y Giovanni Hernández, volantes creativos que brillaron en los ‘tiburones’, los comunicadores harían eco de ello y pondrían el balón en el terreno de la familia propietaria del club. ¿Y el Junior? ¿Es inocente en este show mediático? Todavía resta por conocerse el trasfondo, pero el paso a paso de la negociación, desde la llegada del futbolista a Barranquilla filtrada a los reporteros hasta la coordinación del exalcalde Alejandro Char, el empresario Christian Daes y el propio Quintero para trinar al tiempo sobre la falta de acuerdo, da para sospechar.