Carlos Mario Ávila con algunos de los que integran la planta de personal de Ávila Comercializadora.
Ávila Comercializadora, con tres décadas en Barranquillla, proyecta expandirse a otras ciudades de la Costa, asegura el representante legal Carlos Mario Ávila.
El mayor orgullo del barranquillero Carlos Mario Ávila Torres es que la empresa que hace 30 años fundó su padre Pablo Ávila Ávila vende frutas y verduras frescas y a precios asequibles al bolsillo de sus clientes fieles.
Así lo destaca este especialista en Negocios Internacionales al referirse a la historia de Ávila Comercializadora (@avilacomercializadora) que en estas tres décadas ha operado desde el sector de Barranquillita.
Recuerda que si bien la pandemia ha sido la peor tragedia a nivel mundial por los efectos devastadores en todos los sectores de la economía, fue también la oportunidad de lanzarse a un mercado poco explorado en este segmento en la ciudad: los domicilios.
Ese fue su principal reto cuando dejó la gerencia de proyectos de la Sociedad Colombiana de Arquitectos con sede en Bogotá para asumir en pleno comienzo del azote del covid-19 como representante legal de la empresa familiar.
Lo dice porque hasta marzo del 2020, solo distribuían en hoteles, restaurantes y casinos, que tuvieron que cerrar por efectos del virus, de tal manera que a Carlos Mario se le ocurrió empezar a ofrecer las ventas a domicilio en zonas residenciales.
En las dos primeras semanas llegaron a despachar hasta 70 domicilios diarios porque debido a las circunstancias, a la ciudadanía tenía temor de contagiarse mediante la manipulación de frutas y verduras.
«Estamos vía online en el que publicamos la lista de productos y sus precios. También está la opción vía WhatsApp y presencial», explica.
Otra de las novedades es que a la canasta que ofrecen a sus clientes le agregaron otros productos como granos, condimentos, semillas, frutos secos, productos para el aseo y la higiene personal.
Ávila Torres destaca además que pese a la crisis por la pandemia, no despidieron a ninguno de sus 11 empleados directos y 15 indirectos,
«Somos conscientes que detrás de cada uno de nuestros colaboradores está una familia que depende de esta empresa que mi padre fundó con empeño, disciplina y dedicación», asegura.
A propósito de su fundador, Pablo Ávila, una parte de los productos que comercializan en Barranquilla así como en fundaciones que trabajan con adultos mayores e infancia en Cartagena son sembrados en la finca que tiene su padre en Santander.
A mediano plazo ¿, anuncia que proyectan seguir creciendo en otras ciudades de la Costa.
«Estamos tomando las cosas con cautela a la espera de lo que traerá esta nueva reactivación económica», anota.