Esta novela, que será presentada este domingo en la Feria Internacional del Libro, se basa en la historia real del hijo de un hombre que casi llega a ser presidente y una empleada doméstica, en la Bogotá de los años sesenta.
Luis Alfonso era un niño campesino al inicio de los años 70, que vivía con sus abuelos en zona rural de El Rosal (Cundinamarca) y estudiaba en la escuela de la vereda El Chuscal. Hasta ahí, la historia de muchos colombianos; sin embargo, él tenía una particularidad que en realidad era un gran secreto: su padre era el Ministro de Educación Nacional.
Es una de las imágenes que retrata la novela de Sergio Ocampo Madrid, Las distancias, publicada bajo el sello del Fondo de Cultura Económica (FCE). Esta obra, la séptima del citado autor, será presentada este domingo 30 de abril en la Feria del Libro de Bogotá. Será presentada en la Feria del Libro de Bogotá, en una charla del autor con la periodista Vanessa de la Torre.
Se trata de la historia real del hijo mayor de Luis Carlos Galán, concebido con la empleada doméstica de su casa paterna cuando apenas cumplía la mayoría de edad, y que fue mantenido oculto hasta varios años después de la muerte del líder político, por las balas de Pablo Escobar en agosto de 1989, muy cerca de convertirse en el candidato del liberalismo y en el Presidente.
Ocampo Madrid tardó cuatro años en producir esta novela, luego de muchas horas de conversaciones grabadas con el personaje hasta conseguir toda una carta al padre por interpuesta persona.
En la obra, el escritor no solo recrea la vida difícil del protagonista, por tiempos trabajador en el campo, por tiempos el chico hijo de la doméstica a quien le pedían no subir al segundo piso o no traspasar la cocina, sino que consigue retratar el impresionante abismo entre realidades extremas, a menudo separadas apenas por una calle de barrio, o unos pocos kilómetros entre campo y ciudad.
También, los esqueletos que pueden guardar en sus armarios las clases altas de este país, y en particular la contradicción medular de un hombre que no le temía a enfrentarse a la maquinaria asesina de Pablo Escobar, pero sí albergaba un temor casi enfermizo al qué dirán de las élites de la capital.
Las distancias surge de esa triste expresión colombiana de “hay que mantener las distancias”, pero es también una metáfora sobre la lejanía emocional entre un padre que respondió como proveedor económico, pero siempre con una barrera que mantenía los sentimientos a raya. Justo cuando el vínculo comenzó a aligerarse, y empezaron a arriesgar una intimidad, se le acabó el tiempo al líder político.
Esta obra es el séptimo trabajo narrativo de Ocampo Madrid (cuatro novelas y tres libros de cuentos), y es la primera de no ficción, aunque es difícil de enmarcar en un género pues, además del relato biográfico, también se acerca a la novela ensayo.
Sergio Ocampo Madrid, nacido en Medellín, fue cronista, reportero y editor en El Tiempo, de Bogotá y fue editor general de El Colombiano, de Medellín, y de El Heraldo, de Barranquilla. Ha sido profesor en la Universidad Externado de Colombia y en la Pontificia Universidad Javeriana; consultor de la ONU en temas políticos y de género, y de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip), en temas de acceso a la información. Es coordinador del Taller de Cuento del Fondo de Cultura Económica (FCE) y del Taller Distrital de Crónica de la Alcaldía de Bogotá.
Ha publicado los libros A Larissa no le gustaban los escargots, en 2009 (Norma), El amante fiel de medianoche, en 2015 (Taller de Edición Rocca), así como la antología Siete cuentos fantásticos, con Planeta, en 2017, y las novelas El hombre que murió la víspera, en 2011 (Random House), Limpieza de oficio, en 2013 (Pengüin Random House), y Es mejor no preguntar, en 2018 (Planeta). Ha ganado los premios Simón Bolívar de 1998 y 2005, el premio CPB de 1996, y el Semana Petrobrás, de 2008. Este último por una serie de crónicas sobre las masacres paramilitares en el Caribe colombiano, bajo el nombre de Contra el olvido. En esa serie fue el autor de La muerte de un bacán que murió sin saber por qué, sobre el asesinato del académico Alfredo Correa de Andreis, un crimen de Estado.
