Como cada año, estudiantes de colegios y universidades esperan con ilusión recibir su grado para iniciar una nueva etapa en sus vidas.
Aunque muchos estudiantes ya tienen definido su reciente futuro, buen número tiene expectativas e incertidumbre tras egresar de su establecimiento educativo.
Al llegar el mes de noviembre, en muchos hogares hay ambiente de fiesta, de expectativas, nervios y muchas emociones más porque alguno de sus miembros, quizás el hijo mayor, tal vez el más pequeño, o el único de la casa, finalmente culmina una etapa de su vida con la que todos en la familia sueñan: su graduación.
Pero tal vez los más entusiastas son los jóvenes que este año se reciben como bachilleres, pues es uno de los acontecimientos, después de los 15 años de la hija mayor, que mayor entusiasmo despierta en una casa.
La expectativa y entusiasmo son mayormente motivados por lo que será, a partir del próximo año, la vida de estos jóvenes. Muchos se preguntan cómo les irá en la universidad y la carrera que escogieron, o si decidieron estudiar en el Sena o algún otro establecimiento de educación superior, ya sea profesional, técnica o tecnológica.
Juan Diego Moreno, Samuel Arrieta y Laura Porras son tres jóvenes estudiantes de XI grado la Institución Educativa San Gabriel, que el próximo mes de diciembre se reciben el título de bachilleres, y aunque los tres tienen definido qué harán a partir del próximo año, en cada uno de ellos hay temores porque entienden que se enfrentarán a una vida totalmente desconocida.
En casa de Juan Diego no se habla de una gran fiesta, y aunque su sueño de siempre ha sido convertirse en un médico, las condiciones de su familia no dan para que sus padres le paguen una carrera de medicina; sin embargo, tiene en mente otras opciones como las de estudiar Derecho o Enfermería, sin descartar del todo que en un futuro la vida le dé la oportunidad de estudiar la carrera de sus sueños.
“Estoy emocionado, pero a la vez algo preocupado porque no sé si sea posible alcanzar que una universidad me dé la posibilidad de estudiar becado con el puntaje obtenido en las pruebas Saber, que fue de 365, ya que mi familia es de pocos recursos económicos”, afirma este jovencito de 17 años de edad.
Juan es un joven aplicado para el estudio, no en vano obtuvo el mayor puntaje de las Pruebas Saber, entre todos sus compañeros de la institución.
Samuel por ser hijo único, esta fecha de graduación será muy especial en su casa, y aunque este día se visionaba como un gran acontecimiento, las circunstancias solo permiten que haya una celebración modesta. Él obtuvo 335 puntos en las pruebas, se inclina por las artes y se postuló para estudiar Cine y Audiovisuales en la Universidad del Magdalena.
“Mi expectativa en la universidad es diferente a la de mis compañeros porque mi mamá se graduó en la Universidad del Atlántico, y luego hizo una especialización en la del Norte, y en ocasiones yo la acompañaba. Por eso de alguna manera, sé cómo es el aire que se respira al interior de una universidad. Por supuesto los ambientes son diferentes por el tema de rangos de edad, culturas y formación”, apunta Samuel.
En el caso de Laura, quien obtuvo 332 como puntaje en las Pruebas Saber, su deseo de estudiar Psicología, pero las condiciones económicas no le alcanzan para ello, y también tiene, al igual de Juan Diego, la carrera de Derecho como segunda opción. Ella también aspira a ser favorecida con una beca de la universidad.
“Saber que me toca enfrentar una vida de universitaria, me genera un poco de nervios y expectativas porque sé que ya no tendré el acompañamiento de mis profesores y el de mis papás como lo hacen ahora. La vida en la U es muy diferente, tienes que ser muy independiente y estar más sola”, afirma Laura, quien actualmente asiste a un curso preuniversitario en la Universidad de la Costa.
DOCENTES OPINAN
Mireya Villamizar y Lourdes De Vivo, son coordinadora académica y directora de grupo de estos muchachos, respectivamente, y coinciden en afirmar que la institución les ha dado las suficientes herramientas para que sus estudiantes lleguen con propiedad a la vida universitaria.
“El proceso con los muchachos en materia de formación ha sido integral en cuanto a la institución, los estudiantes y las familias. Entre todos hemos aportado un grano de arena para que nuestros chicos sobresalgan donde quiera que vayan porque más allá de lo académico ellos han sido formados en valores para la vida. Ellos son muy responsables y dedicados”, sostiene la profesora Lourdes.
Por su parte la coordinadora académica, Mireya Villamizar aseguró que “es satisfactorio para uno como docente y coordinador académico ver a nuestros egresados haciendo presencia en la vida universitaria. Ellos se van preparados, con valores y conocimientos que nos da la tranquilidad de que serán unos buenos universitarios y excelentes profesionales”.
Ambas docentes manifiestan que sentir temor es normal, que es el mismo temor que sintieron los jóvenes cuando llegaron a la institución, pero que los conocimientos que se llevan deben ser la fuerza para enfrentar esos miedos y temores.
Como estos jóvenes son muchos quienes deberán enfrentarse a la vida universitaria y escoger la carrera de sus sueños.
De acuerdo con la oficina de admisiones de la Universidad Simón Bolívar, los programas de mayor demanda son Medicina, Nutrición y Dietética, Ingeniería de Sistemas, Psicología, Derecho y Administración de Empresas.
LAS CARRERAS QUE MÁS GUSTAN
En materia de programas recientemente puestos al servicio de la comunidad, se destacan en gusto de los bachilleres Mercadeo y Negocios Digitales; Diseño Industrial; Química y Farmacia; y Ciencias Políticas y Gobierno.
Este centro educativo superior tuvo su primera acreditación institucional en 2016, que luego fue renovada en 2021, por el nivel de su oferta académica.
La universidad ofrece becas de hasta el 33 por ciento para primeros ingresos y transferencias externas a la mayoría de sus programas académicos en las facultades de Administración y Negocios; Ciencias Básicas y Biomédicas; Ciencias Jurídicas y Sociales; Ciencias de la Salud; e Ingenierías. Además tiene un paquete de alianzas con entidades financieras para facilitar el pago del semestre de los bachilleres-
La directora de bienestar universitario de la Universidad de la Costa, Zoley Fragozo, y encargada de la inducción a nuevos estudiantes, asegura que los estudiantes que aspiran a ingresar a la universidad deben enfrentarse a sí mismo, auto-reconocerse, saber quiénes son y cuál es su proyecto de vida.
“Ellos deben enfrentar sus miedos y las expectativas de los demás, que cada día es más fuerte en un mundo competitivo y en el que poco se perdona una equivocación”, asegura.
Liz Villanueva, encargada del programa de egresados de la Unisimón, asegura que los estudiantes en prácticas profesionales son asesorados mediante conferencias y tutorías a través de su Centro de Orientación Profesional, la universidad además cuenta con una bolsa de empleo de la que se benefician tanto estudiantes en prácticas, egresados y estudiantes que cumplan con los requerimientos de las empresas interesadas en contratar a uno de ellos.
También tienen convenios con empresas para las pasantías de sus estudiantes cuando les llega ese tiempo de realizarlas.
Así mismo la universidad cuenta con el premio Mérito Empresarial que busca hacerle reconocimiento a las empresas por su desempeño en el mercado, y en ese sentido a los estudiantes se les capacita para que también sean competitivos.
Pero además de las universidades, los bachilleres tienen como opción, los programas del Sena, que, además de ser completamente gratis, ofrece cinco niveles de formación: auxiliar, operario, técnico, tecnólogo y profundización tecnológica.
Aunque el proceso de inscripción para 2024 se cumple hasta este 11 de noviembre, en el caso del Atlántico la regional del Sena dispuso de una oferta de 3.095 cupos en los niveles técnicos y operarios, en 107 programas como: Panificación, Pastelería, Análisis de Muestras Químicas, Electricista Industrial, Mecánica de Maquinaria Industrial, Sistemas, Cocina, Cosmetología, Mantenimiento de Aviones, entre otros.