Patricia Escobar
Columnista / 7 de mayo de 2022

Momentos

Cayó el telón de la versión 55 del Festival de la Leyenda Vallenata, y en el marco de ese evento cultural, que volvió a ser presencial después de dos años, hubo varios momentos que no pueden pasarse por alto.

El primero, el más significativo e importante es queSilvs el homenajeado, Jorge Oñate, estuvo más presente que nunca en la gran fiesta de los acordeones. Su música sonó y tronó en cada esquina, en cada evento, en cada rincón de la capital del Cesar. Sin embargo, dos eventos elevaron ese homenaje a otro nivel. El primero, el que le ofreció Silvestre Dangond, su ahijado, con un show de altísimo nivel donde hasta el mínimo detalle fue tenido en cuenta.

En el recorrido musical, el artista de Urumita y el acordeonero de turno, el mismo con el que había grabado El Jilguero, vistieron prendas casi iguales, a las que se lucieron para las carátulas de los trabajos musicales de Oñate. Eso denotó investigación y respeto.

Imágenes de altísimo nivel y actores que hacían sentir a los asistentes en lugares mágicos donde vivó el artista, complementaban el cuadro para que Silvestre, demostrando una gran capacidad interpretativa y de resistencia, al cambiar más de ocho veces su look, interpretó varios de los temas más populares del artista de La Paz, que fueron coreados por los asistentes.

El otro gran show se vivió en la Plaza Alfonso López bajo la dirección de Carlos Huertas que tuvo como clímax, la “aparición” de Oñate, gracias a la magia de la tecnología, para cantar junto a sus hijos y a hermosas voces femeninas.

Importante también fue el hecho de comprobar que habrá vallenato para largo. Uno de los participantes en el concurso de infantiles no logró pasar a la final, pero fue invitado por Silvestre a interpretar, no un tema, sino 4, y al lado de maestros como Chiche Martínez, Cocha Molina y Alvarito López.

En la final de Rey de Reyes, un “pelao”, Julián Mojica, se enfrentó de tú a tú a tres maestros ya veteranos: Almes Granados, quien resultó ganador, Chiche Martínez y Ciro Meza.

Y como si fuera poco, el concurso de aficionados contó con más de 50 participantes, muchos de ellos con un gran futuro si se dedican con amor a este importante arte.

Adicional a todo lo artístico, destacable en el Festival, la reactivación económica que impulsó. Hubo más de 10 eventos, conciertos, públicos nocturnos, y todos fueron exitosos, unos más, unos menos, pero salieron adelante, y esos implica trabajo para productores técnicos, artistas, animadores, meseros, vendedores informales, e impuestos para la ciudad.

También se calcula que más de 147 mil personas visitaron la ciudad y pagaron, hotel, transportes, alimentación, boletería. Se estima que fueron más de 300 mil millones de pesos los que se movieron en la capital del Cesar.

Todo lo anterior es una demostración de que la cultura nos une, reactiva la vida y la economía, y debe ser siempre apoyada.

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