Hidratarse, beber caldo sin grasa, tomarse un analgésico y dormir mucho mejoran en la mayoría de los casos el malestar que produce la resaca, para el cual no hay una cura milagrosa.
No hay un remedio milagroso para curar el guayabo, ese malestar general que sentimos después de una noche de copas en la que se nos fue la mano, y que hace que en temporadas festivas como esta muchos no quieran levantarse de la cama… ni salir del sanitario.
Ese guayabo, o resaca, como también se le conoce, se manifiesta de distintas maneras, pero en general puede llegar a producir náuseas, vómito, mareo, dolor de cabeza, sed, ansiedad, irritabilidad y hasta mal genio.
Aunque es una molestia pasajera, a veces resulta insoportable, pues es en realidad la reacción o la manera de protestar de nuestro sistema de defensa que ve en el exceso de licor una agresión al organismo: cuando estamos borrachos el cuerpo produce metanol, histamina, aldehídos y polifenoles, lo cual desencadena procesos de inflamación. Y es entonces cuando el cuerpo trata de protegerse.
¿Qué tomar? ¿Qué hacer? No hay una cura milagrosa, pero sí hay una serie de recomendaciones de los expertos para superar ese malestar general. Eso sí, una regla de oro es no tomar más de lo que el cuerpo puede manejar para no pasar malos ratos, y para eso hay que conocer bien el cuerpo y ser conscientes de que las bebidas destiladas (whiskey, aguardiente) producen menos guayabo que las fermentadas (vino, cerveza, por ejemplo). Tome nota: