Nuestra Gente / 7 de agosto de 2021

Rijiam Shaikhy, la cartagenera que defiende el patrimonio de su ciudad

Rijiam Shaikhy, hija de ciudadano de India con cartagenera, en una calle emblemática de su barrio Getsemaní. Foto: Cortesía.

Miredvista.co

Esta guía turística y pedagoga hace parte de un colectivo que trabaja para preservar la tranquilidad de Gestemaní, el barrio donde han vivido ella y su familia.

Rijam, de camisa de flores, junto a sus hermanas Aura María, Hazina y Alina. Todas nacieron y se criaron en Getsemaní. Foto Cortesía.

Rijiam Shaikhy Suárez se conoce palmo a palmo las calles del barrio Getsemaní que recorre desde que era una niña.

Nacida en el hogar del comerciante de telas Abdul Salam Shaikhy, oriundo de la India, y de la cartagenera Catalina Suárez, dice que siempre le fascinó la historia de su ciudad, y más aún, cuando la Unesco la declaró patrimonio histórico de la humanidad.

Por eso se certificó como guía turística vinculada con agencias de viajes porque a partir de la declaratoria aumentó el número de visitantes extranjeros y nacionales que llegaban atraídos por la belleza del Corralito de Piedra.

“La ciudad fue declarada por su plazas, calles, monumentos, acá tenemos el Castillo San Felipe de Barajas, que es el monumento militar más grande y hermoso de América Latina”, recuerda orgullosa.

En su opinión, esa fue una de las épocas más positivas para la ciudad porque la gente venía atraída por el turismo cultural. “Venían por grupos, aterrizaban aviones y mínimo dos vuelos chárter cargados de italianos, españoles, franceses y canadienses”.

Rijiam dice que es orgullosamente cartagenera y getsemanisense.

Rememora que esos años en Cartagena, además de la riqueza cultural de la ciudad, el visitante también disfrutaba durante el día de los vendedores callejeros de frutas, artesanías y periódicos, y por las noches paseaba en coche mientras las calles se inundaban del olor de las azucenas y nardos sembrados en los jardines de las viviendas de familias tradicionales.

Sin embargo, con el inicio de los atentados con bombas entre los carteles del narcotráfico vino la debacle para el turismo local y nacional porque nadie quería visitar el país.

“Estos carros bombas hicieron más daño a la ciudad y al país que la misma pandemia de covid-19 porque había miedo de visitar a Colombia y por supuesto a Cartagena”, asegura Rijiam, quien sonríe cuando recuerda que gracias a su trabajo tiene amigos de varias nacionalidades distribuidos por todo el mundo.

Para esta pedagoga, a partir de esa época ya nada volvió a ser igual.

Rijiam dice que como guía turístico se ha ganado muchos amigos de varios países.

“Ya no podemos asomarnos a la puerta de nuestras casas por el temor a un atraco y a los consumidores de alucinógenos, a los que ingieren licor y arman sus rumbas en las calles, sumado a la creciente y preocupante prostitución que amenaza con anular el uso residencial de las viviendas de quienes por décadas hemos vivido acá en el Centro de Cartagena. De noche es peligroso pasear por algunos puntos”, añade.

En vista de este panorama preocupante, Rijiam y otros líderes de Getsemaní y San Diego se agruparon en el colectivo “Somos Centro Histórico”, en defensa de centenares de familias que allí habitan.

Con su sobrino Karim Abdul Vélez en una ofrenda floral a los mártires sacrificados por Pablo Morillo. La ceremonia es realizada por la «Fundación Cartagena a 100%» cada 24 de febrero.

“Queremos preservar el patrimonio, pero también la tranquilidad. Hemos trabajado para que el Centro Histórico no desaparezca para uso residencial como siempre ha sido, pero a los residentes nos han anulado por completo. No tenemos ni voz ni voto, y encima, perdimos la tranquilidad. Por eso nos oponemos a que se sigan otorgando más permisos al comercio”, añade.

Por efectos de la pandemia, desde hace año y medio está dedicada a dictar clases virtuales de italiano y a aprender a diseñar disfraces para las próximas fiestas novembrinas.

Pese a los obstáculos, los vecinos de Getsemaní y de todo el Centro Histórico seguirán trabajando y alzando la voz para preservar el patrimonio de su ciudad y de su barrio de que se sienten orgullosos, como escribió el fallecido compositor Luis Argaín, también getsemanisense.

“Yo soy getsemanisense
barrio de bravos leones
sincero de corazones
y amables en el tratar”.

En un recorrido turístico guiado por Galerazamba.

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