La médica, dermatóloga y cosmiatra barranquillera asegura también que hoy los hombres se cuidan tanto la piel, o más, que las mujeres.

Leonor Molina lleva 30 años en el ejercicio de su profesión. Es egresada de la facultad de medicina de la Universidad Libre de Barranquilla, se especializó en dermatología en el Hospital Militar de Bogotá, en dermatopatología (focalizada en los exámenes de la piel a nivel microscópico) en el Centro Federico Lleras Acosta, y en cosmiatría en Brasil, España y Argentina. Anualmente asiste a 3 congresos en el exterior para estar al día con los avances científicos, aunque por efectos de la pandemia no ha podido viajar, los ha venido realizando virtualmente.

Por esa razón es toda una autoridad para hablar de todas esas disciplinas que ejerce en el Centro Integral de Medicina Especializada, del cual es propietaria y directora.

De ese moderno centro, entran y salen pacientes de lunes a sábado, desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la noche para recibir tratamientos faciales, radiofrecuecias, ultrasonidos, masajes, zona de relajación, spa, adelgazamiento, entre otros, y cuenta hasta de una tienda que ofrece productos recomendados.

Uno de los objetivos del CIME es contribuir al mejoramiento no solamente desde el punto de vista de la textura de la piel de la persona, sino en todo lo relacionado con el bienestar, belleza y apariencia física. “En esta profesión se utilizan diversos protocolos relacionados con la biología de la piel, llegando a rehabilitar o regenerar las células”, dice Leonor advirtiendo que en la clínica no se ofrecen tratamientos invasivos, pero sí prestan servicios para los posoperatorios.

EL MÁS SOLICITADO

La cosmiatría, que hace referencia a la disciplina profesional enfocada al bienestar y belleza, que en otras palabras, se encarga de los cuidados cosméticos y estéticos en pieles sanas y enfermas, es una las ramas a la que más acuden hombres y mujeres, porque de ahí se derivan los inyectables como, por ejemplo, la toxina botulínica conocida como botox.

“Desde el punto de vista del rejuvenecimiento, el rey seguirá siendo el botox. Porque es un procedimiento rápido, no requiere ningún tipo de incapacidad y no da un cambio inmediato porque poco a poco va siendo progresiva la fijación de la toxina, y paulatinamente se va viendo el cambio de la piel, sin ser nada drástico”, explica la Molina, quien reitera que “el botox es el más solicitado entre los tratamientos cosméticos”.

Señala que todos los procedimientos cosmiátricos deben ser desarrollados por un médico especializado y con productos patentados; por eso el paciente debe saber antes de la aplicación, qué clase de sustancia se va utilizar.

Una vez analizada la piel y luego de marcar mínimamente con puntos las zonas de la cara donde se pretenden disminuir las arrugas, se procede a inyectar la toxina. El buen resultado depende de la destreza del médico, su técnica de inyección y musculatura del paciente. Y es ahí donde radica el éxito de la experimentada profesional barranquillera. Aunque su trabajo no termina ahí, porque sobre una silueta dibujada en un folleto (que hará parte de la historia clínica del paciente) marca con puntos los sitios donde hizo la aplicación a fin de hacerle seguimiento para ver el tensor temporal.

“Cuando el botox no es bien aplicado, ya sea por exceso o malas técnicas, pueden quedar asimetrías, quedar volúmenes exagerados, caídas de párpados y pérdida de expresión”.

SOBRE RELLENOS FACIALES

Los rellenos faciales son sustancias que suavizan temporalmente las arrugas cuando se inyectan en la piel. Generalmente es un procedimiento ambulatorio. 

Leonor Molina  dice que “en el caso  de los rellenos mal colocados puede haber una migración a través de las arterías y puede producir una necrosis de los tejidos.  En los rellenos en las ojeras, por ejemplo, si el producto no es bien aplicado puede producir hasta ceguera, porque el producto puede irse por el nervio óptico. Por eso es importante tener conocimiento de la anatomía del cuerpo”.

“Ahora hay un ácido hialurónico con un peso molecular más bajo y se puede inyectar en las ojeras, que hace que el color se disimule un poco. Tiene una duración de un año aproximadamente”

“Nunca recomendamos que la aplicación de ese producto es de por vida. Cuando dicen esto es porque no es compatible con el organismo, entonces comienzan a verse reacciones de un cuerpo extraño hacia la sustancia que se le inyectó. Ahí es donde aparecen los granulomas que son bolas, ya sea en la cara, glúteos, piernas, etc. Y son casi imposible de extraer”.

VANIDAD MASCULINA

Aunque históricamente la vanidad ha sido relacionada siempre con lo femenino, hoy los hombres están casi a la par sometiéndose a procedimientos estéticos para mejorar su apariencia. Según estudio de Discovery Insights, el sexo fuerte hoy tiene otra mentalidad, ha cambiado en hábitos de consumo y cuidado de la belleza.

Leonor Molina lo reafirma: “yo diría que se cuidan tanto o más que las mujeres. A nuestra clínica van muchos a aplicarse botox, buscan protectores solares, cremas antienvejecimiento, aceptan colocarse sueros en la cara y consultan más que todo por la caída del cabello”.