El príncipe Carlos y esposa Camilla, llegando a la apertura de las carreras de Ascot. El heredero de la corona, reemplazó a su mamá, la reina Isabel de Inglaterra, quien no pudo asistir. Foto Efe)
Tras haberse realizado el año pasado con ciertas restricciones debido a la pandemia, los invitados acudieron al hipódromo, donde hubo despliegue de sombreros de todo tipo.
Las tradicionales carreras de Ascot se volvieron a llenar de sobreros y tocados, algunos elegantes y otros estrambóticos, en las que reúne no solo a la realeza, sino a 300.000 invitados entre los que hay magnates, jeques y la flor y nata de la sociedad británica.
En ese hipódromo, localizado en el condado de Berkshire, en el que se realizan carreras de caballos purasangre, está muy ligado a la familia real.
Hasta allí, para ver las carreras, llegan los personajes en helicópteros, coches tirados por caballos y limusinas.
La fiesta de cinco días que se celebró esta semana, también marcó el inicio de la temporada social veraniega en Inglaterra. Por eso, en sus glamorosos atuendos los asistentes deben cumplir con el ‘dress code’: cubrir sus cabezas con sombreros, pamelas y tocados, que se convierten en principales protagonistas.
Pero no son cualquier tocado. Los diseñadores más prestigiosos, como Philip Treacy, elaboran este tipo de adornos para que sus clientas luzcan radiantes, aunque algunas quieren distinguirse de las demás con impresionantes creaciones que van en todos los colores, formas y tamaños. Algunas son inspiradas en mariposas, llevan plumas, pedrería y flores extragrandes.
Tal es el entusiasmo que despierta este esperado encuentro que la compañía de comercio electrónico Amazon, ofrece todo tipo de diseños.
La idea es que los asistentes deben estar ‘modo Ascot’. Porque todos deben cumplir con ciertas normas. Por ejemplo, las damas no deben llegar con vestidos muy ceñidos al cuerpo, las faldas deben ir debajo de la rodilla y los sombreros deben tener, como base mínima 10 centímetros.
Los caballeros, por su parte, deben vestir con el tradicional chaqué color gris claro, un sombrero de copa negro y paraguas.
La reina Isabel II, que siempre ha sido la gran aficionada a esta cita ecuestre, fue la gran ausente de la jornada inaugural a la que asistieron sus hijos Carlos, Ana y Eduardo de Inglaterra, así como su nieta, Zara Tindall, entre otros.