Valentina López Soto, diseñadora de modas barranquillera tiene su marca Vali Handmade. Foto Gabriela Llanos.
Esta barranquillera que tiene su marca de mochilas y bolsos, también elabora joyería, es experta en maquillaje y asesora en outfits. Acaba de ganar beca para España.
“Lo que se hereda no se hurta”, dice el refranero popular, y eso sí que lo conoce al dedillo la diseñadora de modas barranquillera Valentina López Soto.
Y es que en su casa del barrio Las Delicias creció viendo a su abuela Ana Raquel De la Ossa al frente de la máquina de coser, y luego a su mamá Claudia Soto, que también estudió diseño de modas.
Cuenta que las dos la fueron introduciendo en en este oficio a través de tareas básicas como tomar medidas, pegar botones y decorar las prendas con piedras. “Fue la mejor escuela”, confiesa esta egresada de la Universidad Autónoma del Caribe.
“Yo veía a mi abuela cuando le hacía la ropa a mis tías y luego a mis primas. Ella siempre ha estado al frente asesorando a toda la familia. Así fue mi mamá, que además es decoradora y asesora de eventos sociales”, asegura.
Valentina recuerda que una de las experiencias más gratas paradójicamente la vivió en plena pandemia, cuando Ixel Moda convocó a un grupo de estudiantes del programa de Diseño de Modas de su universidad a participara con diseños alusivos a la crisis que generó el Covid-19.
“Fue una ‘pasarela virtual’ como tributo al momento que estaba viviendo el mundo entero, y de cómo la humanidad demostró su capacidad de resiliencial. Esa experiencia me marcó, pero al mismo tiempo nos hizo valorar más las cosas por mínimas que sean”, dice.
Por eso en el 2018, en plena carrera universitaria, se propuso trabajar con dos artesanas wayuu madres cabeza de familia que elaboraban las mochilas que ella intervenía con canutillos, tul recamado, perlas y lentejuelas.
“Desde pequeña sé del trabajo de las mujeres wayuu porque iba de vacaciones a La Guajira, Departamento que no dejo de visitar por mi profesión y porque me encanta disfrutar de sus paisajes. Con estas dos mujeres wayuu es un gana-gana”, añade.
Lo primero que hizo fue ofrecerlas entre sus amigas y familiares y abrir una cuenta en Instagram con su marca VLS. Ha contado con ampia acogida, que ya tiene clientas en toda la Costa y en países de Europa como Francia y Holanda, gracias a la sociedad que hizo con sus primos Jairo Antonio, Liliana y Juan Pablo Gómez, quienes residen en el viejo continente.
Valentina confiesa que se considera una diseñadora de modas integral porque además de la línea de mochilas y bolsos, también incursionó en joyería y bisutería, por lo que no desaprovecha cualquier oportunidad para seguir capacitándose y participar de las ferias para emprendedores que la Secretaría de Desarrollo Económico de la Alcaldía de Barranquilla realiza con frecuencia en centros comerciales y otros escenarios de la ciudad.
Por eso, en uno de los viajes que hizo a Argentina ingresó a estudiar maquillaje a la academia ‘Regina’ de Buenos Aires, oficio que además complementa con asesorias de outfits entre sus amigas y clientas.
Pese a sus compromisos laborales, dice que también apoya a su mamá (@claudiasoto_design) tanto en la decoración como en la organización de eventos. «Ya hemos trabajado juntas en bodas y otros eventos sociales en donde yo asesoro en vestuario y maquillo a la novia y a sus damas», cuenta.
A este grupo familiar también se unen las sinceanas Ana Raquel de la Ossa, su abuela, y Loly Martínez, una tía muy cercana que además de su talento, siempre participa en la propuesta de ideas y las pone en práctica.
Cuenta que ya está preparada para final y comienzo de año que son la fechas de mayor demanda porque sus clientas siempre están buscando nuevos accesorios para ellas o para regalar.
Valentina no se cambia por nadie porque poco a poco su marca ha ido posicionándose en el mercado local, regional y en el extranjero. Por eso se pone feliz cada vez que le envían fotos desde Grecia, París, Amsterdam o Miami en donde hay un nicho de comercialización muy importante.
Gracias al portafolio de Vali Handmade, al buen promedio que logró en la Autónoma y al apoyo de sus papás Pedro López y Claudia Soto, pudo acceder a una beca en la univesidad IMF de Madrid, a donde irá a comienzos de abril próximo a estudiar marketing digital durante un año.
«Quiero seguir creciendo para llegar a trabajar con los mejores en el diseño», narra.