‘El viejo Chide’ con el futbolista guajiro Luis Diaz, a quien le regaló una botella de su famoso vinagre picante en una visita que el afamado delantero hizo a San Juan del Cesar a mediados de 2022. “¡Uy, Vinagrito! Mucha calidad, hermano, qué detallazo, gracias por el apoyo hermano, qué calidad”, le dijo Díaz emocionado.
Con su desparpajo y autenticidad, este pintoresco personaje de San Juan del Cesar, sur de La Guajira, ha conquistado miles de seguidores en Instagram.
De San Juan del Cesar para el mundo, “el viejo Chide”, de 87 años de edad, es todo un personaje en redes sociales. Sin poses ni pretensiones se ha convertido en un personaje que siempre le saca una sonrisa a quien lo mira y/o escucha, pues, con sus “análisis” y opiniones de los temas de actualidad, muestra la sabiduría de quien ha vivido toda su vida entendiendo que en el mundo hay espacio para todos y que tener amigos es mejor que tener plata.
Alcides Álvarez nació un 13 de enero, en el hogar de Santiago Álvarez y Agustina Fragoso. Tuvo 8 hermanas y un hermano. Como todos los nacidos en la época en ese pequeño pueblo del sur de La Guajira, lo que sabe lo ha aprendido del contacto directo con su tierra, con sus habitantes, en las parrandas con los grandes del vallenato con los que compartió en su juventud y madurez. Alejandro Durán, Luis Enrique Martínez, Julio de la Osa, Enrique Diaz, Emiliano Zuleta fueron sus amigos de patios y correrías.
De la mano de su padre trabajó el campo en labores relacionadas con la ganadería. Fue jornalero, elaboró ladrillos, sembró algodón, y se dedicó al comercio entre Venezuela y Colombia trayendo principalmente repuestos de carro en la época en que el contrabando se aceptaba con “naturalidad”. De su mamá, una famosa cocinera, aprendió a hacer su afamado vinagre picante (‘El vinagrito’, como le llaman), que se convirtió desde hace 20 años en su pasión y una forma de obtener una entrada adicional para su vida, y que en pandemia, cuando no podía salir a recorrer el pueblo, se convirtió en su emprendimiento. Un emprendimiento del que todos los famosos artistas vallenatos hablaron.
Como buen guajiro, además de parrandero fue mujeriego, coqueto y enamorador. Y hoy, con tantos años a cuesta, todavía conservar esos rasgos. De manera ‘oficial’ tuvo tres mujeres y nueve hijos, uno de ellos es el comunicador y locutor Álvaro Alcides Álvarez, conocido como el ‘Triple A’ quien, en pandemia, cuando las horas parecían eternas y su padre lo sorprendía con cuentos, anécdotas y comentarios, se dedicó a grabarlo y subir a las redes las ocurrencias, con el apoyo de una de sus nietas quien le abrió un perfil en Instagram.
A partir de ahí, el parrandero se hizo conocido más allá del territorio. La terraza, el patio y la cocina de su casa se hicieron populares, tanto como su forma de ver la vida. Como buen parroquiano habla de lo divino y lo humano con gran desparpajo. Ha mostrado ser el “churista” (seguidor de Churo Díaz) número uno, y un fanático de Silvestre Dangond, a quien quiere como un hijo y le ‘canta la tabla’ cada vez que lo cree necesario. En su juventud fue seguidor acérrimo de Emiliano Zuleta y Jorge Oñate, y amigo de todos los acordeoneros y músicos de la región.
Su deportista favorito es Lucho Diaz, ‘el guajiro’ a quién siempre ha defendido a capa y espada. En la última visita que el delantero hizo a su tierra, el viejo lo visitó para llevarle su famoso picante. Lo hizo porque Lucho ya lo había saludado por sus redes.
Habla del Junior de Barranquilla con gran entusiasmo. En ocasiones es un crítico descarnado, y en ocasiones un defensor a muerte de la escuadra barranquillera. El diario vivir de su región es otro de los temas que aborda con frecuencia. A través de sus historias uno llega a conocer a otros personajes. Poco habla de política. Por lo menos su hijo no sube esas historias a las redes.
Cuando oficialmente se hizo la primera publicación de este personaje, uno de los primeros comentarios de uno de los 1.260 seguidores que tenía en ese momento fue: “Llegó el terror de esta vaina”, lo que demuestra que la lengua del personaje es como se dice comúnmente, “cosa seria”. Hoy la cuenta que administra su hijo tiene más de 8.500 seguidores, y contando.
Su cuenta no tiene muchas publicaciones, pero las que tiene siempre provocan una sonrisa. La mayoría de sus apariciones son en la cuenta de su hijo. Tiene seguidores en los rincones más lejanos del país, donde sin entender mucho la idiosincrasia costeña lo siguen, admiran y comentan sus ocurrencias. A los hijos de sus viejos amigos y a los personajes jóvenes, los llama, sobrinos. En realidad, no sabe cuántos tiene, pero reconoce que son muchos, como son muchos los seguidores que sin conocerlo lo siguen y extrañan.