En la Nota / 20 de mayo de 2023

Por falta de pago, ganadores y ‘coaches’ de La Voz Dominicana pegan el grito en el cielo

El set donde se desarrolló la segunda temporada del reality ‘The Voice’ en República Dominicana.

Zoraida Noriega

La deuda es millonaria. El programa de talentos apagó sus luces y los productores no le responden a nadie.

Tal ha sido el escándalo que ha generado la falta de pago a los ganadores y coaches  del programa de talentos The Voice en República Dominicana, que hasta a estas latitudes la noticia ha causado también conmoción poniendo entredicho la credibilidad de ese exitoso formato internacional de la industria del entretenimiento.

The Voice (o La Voz) celebrado en la isla caribeña en su segunda temporada no le ha cancelado los premios a los ganadores del concurso de canto, y tampoco al equipo de entrenadores que hicieron parte del espacio televisivo. Les han venido pagado “a cuenta gotas”. Se supo que al ganador de la primera temporada aún le deben una parte del premio. Solo ha recibido la mitad.

Adriana Green, del team de Milly Quezada, fue ganadora del primer lugar en la segunda temporada de The Voice.
La merenguera Milly Quezada, una de las entrenadoras del programa.

También les adeudan a  los presentadores, al director musical Henry Jiménez, a trabajos de mercadeo, comunicados y medios de comunicación por concepto de publicidad y comisiones de ventas.

Los afectados por la situación han señalado a Ariel Nina, Nixalys Espinal y Rafael Díaz como los responsables de este incumplimiento de pagos, que lleva más de seis meses sin resolverse.

La cantante Milly Quezada, una de las coaches, dijo desde Nueva York a MiREDvista que el pago “ha sido parcial, pero a todos nos deben entre 12 y 34 mil dólares; a unos más a otros menos”.

Tanto Milly, como sus colegas y compañeros de set Eddie Herrera, Alex Matos, Luz García y Jhoel López , coinciden en opinar que la actitud de la organización es despreciar el valioso tiempo y esfuerzo que ellos han invertido en el programa como profesionales de la música.

Por su parte, el merenguero Eddy Herrera explicó a un medio de comunicación dominicano  que había acordado con los productores el pago de su honorarios en tres partes, pero que el segundo pago se retrasó mucho y aún le deben alrededor de 28 mil dólares.

Ariel Nina, productor del reality de talentos, es acusado por incumplimiento de pagos.

Las quejas de los dominicanos han ido en aumento, sobre todo porque el programa era uno de los de mayor raintig por su alto nivel.

La ganadora de esta segunda etapa fue Adriana Green, del equipo de Milly Quezada. El premio ofrecido es de millón de pesos dominicanos y un contrato para grabar con Universal. El día de la final le entregaron un cheque simbólico, que aún sigue así: simbólico.

Lo que ha sucedido es el mayor engaño para todos. En esta temporada muchos de los concursantes querían echarse para atrás, no querían seguir compitiendo cuando se enteraron que el programa venía ya cojeando  desde el año pasado por las deudas, explicaron los entrenadores.

“Lo más triste de este proyecto es que los participantes se prepararon, se sacrificaron mucho y algunos invirtieron hasta sus patrimonios para poder cumplir”, anotó Milly.

Lo cierto es que los afectados no piensan quedarse de brazos cruzados ante esta situación, ya están en curso varias demandas. Todos seguirán luchando hasta el final por lo que les corresponde, tal como figura en los contratos.

Esta semana trascendió que la oficina donde operaba el equipo de producción y se desarrollaba el programa,  fue desmantelada y los empleados (unas 100 personas) fueron despedidos sin darles explicación.

Como se sabe, The Voice es una franquicia  internacional de competencia de canto. El concurso comenzó en los Países Bajos  como The Voice of Holland en 2010, seguida de una versión estadounidense que debutó bajo el título de The Voices  en abril de 2011. Muchos otros países se han adaptado al formato y comenzaron a emitir en sus cadenas nacionales sus propias versiones en 2011 y 2012. Como La Voz Kids, La Voz Teen y  La Voz Senior, convirtiéndose en un rival televisivo para otros exitosos realities como American Idol, Factor X, Operación Triunfo, entre otros.

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