Mundo curioso / 30 de marzo de 2024

Una singular playa cubierta ¡de ‘palomitas de maíz’!

Rosario Borrero

‘Popcorn beach’, como se le conoce en redes sociales, está situada en Fuerteventura, en Islas Canarias, y los rodolitos que la recubren conforman un entorno excepcional con un alto valor medioambiental y ecológico.

Su nombre oficial es playa del Bajo de la Burra, y está situada en Punta Elena, provincia de Las Palmas, en la Isla de Fuerteventura, considerada entre las Canarias la que presenta la costa más paradisiaca. Este balneario ofrece una particularidad: a simple vista no tiene arena, su apariencia es blanca, y es como si estuviera toda cubierta de palomitas de maíz, por lo que en redes sociales se viralizó como ‘Popcorn beach’, o ‘Playa de las palomitas’, como se le conoce popularmente.

En realidad, esa cubierta blanca con apariencia de maíz pira soplado se debe a la presencia de ‘rodolitos’, restos de algas calcáreas que cubren la orilla y que son conocidas por ser unos verdaderos ‘ingenieros ecosistémicos’, ya que por sí solas son capaces de generar un hábitat para multitud de otras especies animales y vegetales asociadas. El esqueleto de los rodolitos está formado por carbonato de calcio, por lo que pueden jugar un papel importante en la mitigación del cambio climático.

En las islas Canarias se ubican gran cantidad de arenales recubiertos por estas algas calcáreas que han sido arrastradas por el mar hasta la orilla donde mueren, y que, en un proceso de siglos, incluso se han convertido en hermosos corales blancos en algunos puntos, por cuenta de la erosión y de la mezcla con la arena blanca de la playa.

Esta hermosa particularidad hace que sean muchos los curiosos que se acercan hasta la playa para llevarse unas ‘palomitas’. Sin embargo, esta práctica está prohibida debido al gran valor medioambiental y ecológico con el que cuenta.

El biólogo Francisco Otero, del Instituto Ecoaqua de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, explicó al diario El País de España que, mientras han estado bajo el agua, estas algas han absorbido el dióxido de carbono del mar, de manera que ayudan a combatir el cambio climático, y en sus cavidades se han depositado huevos de diferentes especies marinas.

Con el paso de los años, una vez en la costa, se erosionan y se convierten en arena de la playa. Por ello, es de extrema relevancia cuidar el ecosistema y no llevarse nada cuando se visita esta isla Reserva de la Biosfera.

La curiosa playa del Bajo de la Burra –al igual que playa de El Hierro, también en Canarias— es en realidad un extenso depósito de rodolitos acumulados a lo largo de cientos de años. Los que se observan mientras se camina por la playa tienen tamaños relativamente uniformes, de entre uno y tres centímetros de diámetro, y se agrupan sobre una base arenosa con densidades de hasta unos cinco mil rodolitos por metro cuadrado.

La primera vez que esta maravilla natural apareció en redes sociales fue acompañada del hashtag #PopCornBeach. Desde entonces se ha vuelto viral desencadenando un aluvión de visitantes que comparten sus imágenes con la misma etiqueta popularizándose como visita turística la playa de las palomitas en Fuerteventura.

Desafortunadamente las consecuencias de esta trepidante popularidad no están siendo las deseadas para este entorno tan reducido y frágil. Son muchos los no se conforman con visitarlas sino que se llevan los rodolitos a puñados (incluso en bolsas) como recuerdo, lo que constituye un claro atentado al patrimonio natural de la isla.

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