El frijol pertenece al grupo de las leguminosas que son buena fuente de proteínas, y saborearlos como se cocinan a través de esta receta deja a más de uno para seguir disfrutandolo.
Esta receta de hoy está escrita con todo el sentimiento que me nace por mi tierra. Y les voy aexplicar el porqué. Fuí invitada en esta semana a Bogotá a un almuerzo en el restaurante «Cumbia House»de Carlitos Vives, un hermoso lugar que me cautivó, porque en todas sus paredes está escrita y retratada la historia de la música del caribe. Y en sus mesas, el mapa de toda la región caribe y sabana.
Una delicia de carta de menú…me sentí con todos los recuerdos juntos, aquellos recuerdos de losaromas y sabores de nuestras cocinas, que por cierto son dos cocinas distintas…la caribe y la sabanera. Dos territorios con herencias diferentes, de aquellos hombres de territorio propio, como aquellos que llegaron y nos conquistaron. Y aquí viene mi cuento de sentimiento…Cómo les parece, que después de un delicioso caldo de costilla con arepita de queso como las que se hacen en Ciénaga, nos llegaron los huevos pericos con «casabe y suero» (es que llegamos muy temprano a Bogotá y primero fue el desayuno). Ninguno de los periodistas que estaban en la mesa sabían, ni conocían el casabe.
Les dí cátedra…CASABE: torta muy delgada elaborada con la yuca amarga rallada, una vez extraído el yare. Se cuece enbudare. Es un plato originalmente indígena. El budare es una plancha circular de barro cocido. De aquí me nace el escribirles que nuestra cocina de regiones, la auténtica, la que no tiene medidas, la creativa, la de origen y herencia, es una deliciosa cocina que puede competir a nivel mundial con las grandes cocinas reconocidas. Tenemos productos que son fáciles y deliciosos para cualquier momento como esta receta de frijolitos blancos de nuestra región del Atlántico. Tenemos que amar y conocer lo nuestro.
RECETA
1 – libra de frijol blanco cabecita negra.
2 – tazas de aceite.
cebolla roja bien picadita, ajo bien machacadito y ají y sal al gusto.
PREPARACIÓN
Los frijolitos se ponen a remojar en agua desde la noche anterior. En la mañana se les bota el agua y se frotan con las manos hasta que sueltan la cáscara. Se vuelven a poner en agua y se les va recogiendo la cabecita negra y el pellejo hasta que quedan limpios. Esto se hace cambiando el agua varias veces. Ya limpios se muelen y la masa se bate un buen rato, se le pone la sal y todos los ingredientes mezclandomuy bien y se va echando por cucharadas al aceite caliente. Son una delicia y se acompañan con suero.
NOTA: deliciosos con cerveza helada o con un buen vino…y son nuestros.