Claudia Sheinbaum, el día de su triunfo como primera presidenta mujer de México.
La presidenta electa del país azteca, una científica ecologista y política de izquierda, desde sus inicios como dirigente estudiantil siempre mostró garra en la defensa del género. Es casada en segundas nupcias, tiene 2 hijos y es abuela.
El lunes 3 de junio el nombre que saltó a todos los titulares de la prensa mundial fue el de Claudia Sheinbaum. Y no era para menos, esta mujer de 61 años se convirtió desde ese día en la primera presidenta de México, su país, tras una arrolladora votación.
Creció en un barrio de clase media-alta del sur de la capital llamado Tlalpan (territorio en el que después fue alcaldesa) entre canciones de protesta, reuniones con artistas internacionales, recibiendo clases de ballet y guitarra.
Quienes la conocen dicen que es sencilla en su trato, amiga de poco maquillaje y le encanta lucir cola de caballo.
La segunda de tres hermanos, Sheinbaum nació un 24 de junio en la capital mexicana en el seno de una familia de origen judío. Su abuelo paterno llegó a México desde Lituania en la década de 1920 y su familia materna llegó de Bulgaria tras huir del nazismo.
Ha confesado que de su padre, un ingeniero químico, heredó su «pasión por la política y el amor por la naturaleza» y de su madre, una bióloga celular, «el gusto por la ciencia».
Claudia tiene una maestría y un doctorado en Ingeniería Energética y Ambiental y firmó varias tesis, entre ellas una sobre el uso eficiente de estufas de leña en comunidades rurales. En 1995, la familia se trasladó a California, USA, donde hizo un doctorado en Educación.
La abanderada del partido Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) prácticamente inició su carrera política en el año 2000 como secretaria de Medio Ambiente en la administración de su antecesor Andrés Manuel López Obrador como jefe de gobierno de la Ciudad de México.
Según informes, un amigo fue el que la puso en contacto con el ex mandatario cuando éste estaba por asumir como alcalde en la capital mexicana y buscaba una científica de izquierda que lo ayudara con el problema ambiental en la populosa capital. Entonces ella aceptó el encargo.
Ocupó la cartera hasta 2006, cuando pasó a ser vocera de la campaña de López Obrador para las presidenciales de ese año. Un año más tarde, en 2007, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz como parte de un grupo de expertos de la ONU por sus esfuerzos para difundir.
Sheinbaum ha propuesto ahondar el proyecto de López Obrador pero con un sello personal, extrapolando sus logros en la capital al país para atajar la inseguridad e impulsar las energías renovables.
Se convirtió en el delfín del mandatario saliente.
Ella en campaña ofreció replicar medidas contra la violencia machista que implementó en la alcaldía de la capital, como la creación de la fiscalía antifeminicidios y la ley “El agresor sale de casa”, por la que son ellos quienes deben dejar la vivienda familiar en lugar de enviar a las mujeres e hijos víctimas a un refugio.
Carlos Imaz, licenciado de Sociología y divorciado, fue su primer esposo. Había estado casado con Sandra Alarcón, con quien tuvo un Rodrigo (hoy de 42 años) y a quien Claudia cuidó como propio, previamente a la llegada de Maríana Imaz Sheinbaum. Rodrigo hizo abuela a Claudia.
El año pasado la presidenta de los mexicanos contrajo segundas nupcias con Jesús María Tarriba, en una ceremonia íntima y familiar, como ella lo anunció en las redes. Fueron amigos y compañeros de universidad, pero se habían dejado de ver durante 30 años y se reencontraron por Facebook. Él, que ha dedicado su vida profesional a la asesoría dentro de la industria financiera, también tiene una hija biológica de su primera relación.