Dolce vita / 22 de junio de 2024

‘Intensa mente 2’ o la necesidad de entender nuestras emociones

Disney Pixar

Rosario Borrero

Ansiedad, vergüenza, envidia… aunque incómodas, no son ni buenas ni malas. Son, sencillamente, respuestas físicas a estímulos externos que nos permiten sobrevivir en el mundo. El ‘ennui’, una nueva mirada al aburrimiento.

Han pasado nueve años y a la pequeña Riley ahora empieza a lidiar con nuevas emociones. A sus 12 años ahora es una adolescente que asiste a un campamento de hockey de tres días, mientras nuevos y más complejos sentimientos echan raíces en su mente.

Este es el eje de ‘Intensa mente 2’ la secuela de la cinta que Pixar estrenó en 2015 para contar la historia de una niña que debe lidiar con las emociones de esa etapa de la vida. En esta nueva ocasión es similar la narrativa de esta cinta que aborda de manera singular la salud mental y sus padecimientos, y que aporta de forma creativa a la comprensión, por parte de los más jóvenes, del manejo de los sentimientos y emociones.

Intensa mente, dirigida por Kelsey Mann y enfocada principalmente en un público mayor a 7 años, aborda temas de salud mental tan importantes como depresión y anhedonia (la incapacidad de sentir emociones) —en la primer película— y estrés, búsqueda de identidad, sentido de pertenencia y ansiedad, mostradas en esta última entrega.

En Intensa mente I, Ridley se enfrentó a Tristeza, Miedo, Desagrado, Enojo y Alegría. En esta ocasión debe gestionar emociones como Vergüenza, Envidia, Ansiedad y Ennui (“aburrimiento”, en francés). “Una gran parte de lidiar con nuestras emociones es de verdad ponerles nombre”, dijo la directora de la cinta a The New York Times en una entrevista reciente. “Y de repente, cuando se reconocen y se ven, la intensidad empieza a bajar un poco”.

Vale precisar que las emociones son respuestas físicas a estímulos externos que nos permiten sobrevivir en el mundo. Surgieron mucho antes que el lenguaje y, por lo tanto, son mucho más instintivas. La razón por la que a veces pueden ser incómodas es porque atraviesan directamente el cuerpo, y si no sabemos escuchar al cuerpo, podemos perdernos muy fácilmente.

En sí mismas, las emociones no son buenas o malas, aunque pueden ser incómodas, especialmente cuando no las entendemos, pero existen por algo. El objetivo no es juzgarlas, sino entenderlas. En resumidas cuentas, esto es lo que los expertos llaman inteligencia emocional.

Para Lisa Damour, psicóloga clínica que asesoró a los cineastas, incluso las emociones incómodas son naturales y necesarias. “Nos ayudan a mantenernos a salvo. Ayudan a guiarnos. No puedes evitarlas ni apagarlas si esperas florecer”, agregó

Es de destacar que cuando Ansiedad se descarrila en Intensa mente 2, expulsando a Alegría y a las demás emociones básicas y proyectando escenarios desastrosos, es cuando Riley se siente abrumada. Para una mayor comprensión de nuestras emociones, explicamos algunas características de esta interesante cinta que desde hace una semana está en cartelera.

ANSIEDAD

Ansiedad es la emoción que ocupa el centro del escenario, entrando en la mente de Riley con todo su equipaje, literalmente (nada menos que seis maletas). “De acuerdo, ¿cómo puedo ayudar?”, pregunta. “Puedo tomar notas, ir por un café, gestionar tu agenda, pasear a tu perro, llevar tus cosas… ¿verte dormir?”. Expertos en comportamiento coinciden en que un poco de ansiedad puede ser útil, pero que si no se comprende, puede ser increíblemente incómoda e, incluso, paralizante. ¿Cuál es la diferencia entre la ansiedad y el miedo? Que la ansiedad va más allá de la activación del sistema nervioso simpático, pues involucra muchas más herramientas cognitivas como la imaginación, la planeación a futuro, la capacidad de generar hipótesis y el autoconcepto. Todas estas surgen durante la pubertad y la adolescencia con la función de permitirnos crecer y comprender nuestro entorno, pero muchas veces se alían con el miedo y pueden generar caos. Pero esta emoción se ha salido de control en la vida de muchos jóvenes, sobre todo en los últimos años, y la lucha de Riley en la cinta es emblemática. Para Kelsey Mann, la directora, la película se convirtió en una oportunidad para ayudar a espectadores de todas las edades a sentirse menos solos.

VERGÜENZA

En la cinta, Vergüenza es un chico torpe que intenta sin éxito esconderse en su sudadera con capucha; es el símbolo del encuentro entre el desagrado, la ansiedad y el miedo. Surge cuando se encuentra ante una persona que rompe con las convenciones que nos permiten vivir en sociedad. En la pubertad, además, se desarrolla el pensamiento abstracto (y con él la idea de justicia), el autoconcepto y la necesidad de pertenecer a un grupo. Así, la vergüenza surge para guiarnos según los parámetros sociales que determinan nuestra pertenencia a un grupo, de modo que sentimos rechazo hacia nosotros mismos cuando no cumplimos con ellos por miedo a ser rechazados. Recordemos que el humano no puede vivir en aislamiento, por lo que esta emoción es fundamental durante la adolescencia porque es el momento en el que estamos comprendiendo cómo funcionan las reglas sociales y cómo debemos comportarnos en grupo.

‘ENNUI’

Te preguntarás, ¿qué es el Ennui? Aunque literalmente se traduce como “aburrimiento”, l’ennui es un concepto francés que alude a esa sensación que viene de no encontrarle sentido a las cosas. Por eso en la cinta es flaca como un fideo, descansa desganada en un sofá y es aburrida y somnolienta. Esta es quizá la emoción más compleja de explicar, y una de las que causa más confusión. Aquí se mezcla el desagrado con la tristeza para crear una emoción similar a la apatía adolescente. Si todo nos emocionara y todo nos generara alegría, sería difícil definir nuestros gustos y preferencias para desarrollar una personalidad adulta. La falta de motivación por las cosas puede hacer que esta emoción sea incómoda, pero la capacidad de habitar el aburrimiento y la falta de sentido es precisamente lo que nos permite desarrollar la creatividad y nuestra capacidad para solucionar problemas.

ENVIDIA

Esta incómoda emoción se destaca por sus ojos grandes y anhelantes. Aquí, el disgusto y la alegría se encuentran con el enojo armando una emoción muy compleja que nos motiva a conseguir un objetivo tomando a los demás como referencia de lo que deberíamos o no tener. La complejidad de esta emoción radica en que, para que surja, debe existir la comparación. Esto implica el desarrollo del autoconcepto, la idea de justicia (pensando en lo que debería ser mío y no es), pero también el tomar a otras personas como punto de referencia para definirse a uno mismo. Su función, al igual que la vergüenza, es gregaria. Tiene la finalidad de mantenernos dentro de un grupo, pero también de mantener una buena posición social al identificar qué tienen los demás y, por lo tanto, qué debería tener yo para mantenerme relevante en el grupo.

+ Noticias


“Estoy feliz en Europa, sueño con ganar la Champions”: Luis Díaz
Fiesta de subastas: vestidos y objetos de Lady Di y Elton John
Los libros y la disciplina me salvaron: César Lorduy
Atlántico: a deleitarnos con sus girasoles y saborear sus delicias