Las bolas de Navidad reemplazaron, según la historia, a las manzanas y otros frutos que colgaban de un roble.
La historia detrás de los adornos que gira en torno en esa época del año y sus tradiciones.
Apenas llega noviembre empieza a sentirse el ambiente navideño en los almacenes, centro comerciales y hasta ofrecimientos en plataformas digitales sacan a relucir novedosos diseños de adornos decorativos, al tiempo que muchas casas comienzan a desempolvar los ornamentos propios de esa festiva época del año para decorarla y seguir manteniendo viva la tradición.
Todos hablan de la decoración navideña, pero tal vez muy contados saben que detrás de esos adornos hay una historia que gira en torno de las fiestas paganas, las leyendas y creencias populares.
La tradición de adornar el árbol de Navidad, uno de los elementos decorativos más extendidos en la actualidad, comenzó en Alemania en el siglo XVI. Se cree que Martín Lutero fue uno de los primeros en añadir velas a un árbol, inspirado por el brillo de las estrellas en una noche despejada. Con el tiempo, esta práctica se extendió por toda Europa y más tarde al resto del mundo.
Los adornos iniciales eran principalmente manzanas, nueces y otros alimentos naturales que colgaban del roble y representaban la abundancia y el retorno de los espíritus de la naturaleza y fecundidad de la tierra, pero gradualmente se fueron incorporando elementos más elaborados como bolas de vidrio, guirnaldas y figuras de madera.
Hoy en día, los adornos navideños son una fusión de tradiciones de todo el mundo, reflejando la diversidad cultural y las preferencias personales. La modernidad ha hecho que en el árbol hagan parte de la decoración cintas, flores, muñecos, campanas, estrellas, etc. Todo estos motivos son un festín de colores.
Si algo hacía distinto al resto del año es que en Navidad los colores que mandaban la parada eran nada más el rojo (que simboliza el nacimiento) y el verde, la naturaleza. Es decir, ambos significaban el crecimiento y resurrección.
La corona de Adviento es otro de los adornos navideños que vuelve a tener su origen en una tradición pagana europea según la cual se encendían velas durante el invierno para invocar al Dios Sol y que éste enviase su calor y luz durante los duros meses de bajas temperaturas. La corona de Adviento tradicional está compuesta por varios elementos, entre ellos el aro de ramas verdes que representa el amor de Dios y en cuanto a las cuatro velas, la costumbre es ir prendiendo una a cada domingo del mes de diciembre.
¿Y cómo surgió la decoración con luces navideñas?
Se dice que en la antigua Roma se celebraba una fiesta llamada Saturnalia, que estaba completamente vinculada con el solsticio de invierno celebrado el 25 de diciembre. Al ser más largas las noches, se utilizaban velas para iluminar las celebraciones y fiestas propias de esta época del año. Así mismo, las diferentes culturas en el mundo utilizaron la luz de las velas para representar y celebrar las festividades de invierno, en especial en los países nórdicos.
Ya en el siglo 17, en Alemania inició la tradición de poner velas en las ramas de los árboles para iluminar los caminos, y también en las ventanas de las casas, con el objetivo de indicar a los viajeros que ésta era una casa cristiana.
Los árboles de Navidad iluminados con luces eléctricas se hicieron muy populares a principios del siglo XX. Más tarde, a mediados del siglo XX, se empezaron a colocar hileras de luces eléctricas a lo largo de las calles.
Las luces navideñasson tradicionales en todo el mundo, pero su tecnología también ha tenido un cambio significativo con el fin de ser más llamativas, y sobre todo tener másdurabilidad y seguridadhacia los usuarios.
Sin embargo, hay quienes hoy opinan que decorar un árbol suele implicar un gasto considerable en luces, bolas y otros adornos, mientras que una corona natural puede elaborarse con elementos que muchos ya tienen en casa o que se encuentran fácilmente en la naturaleza.