Dolce vita / 28 de noviembre de 2020

La almohada que cambió de forma para evitar arrugas

La nueva almohada se ajusta a la cabeza y a los movimientos al dormir. Es un soporte ergonómico para el cuello y la zona lumbar.

Zoraida Noriega

El invento es de la diseñadora industrial Katya Warner para lograr una mejor postura e impedir que deje surcos en el rostro a la hora de dormir.

Nada más confortable que dormir sobre una buena almohada, especialmente si ha sido creada pensando, además para el descanso, garantice que la espalda y el cuello queden totalmente alineados y también para evitar esos surcos que quedan en la cara debido a la presión que se ejerce sobre el rostro.

La persona puedes dormir de lado, boca arriba o boca abajo.

La solución la ofrece Moon Bubble,  la primera almohada antiarrugas en forma de mariposa ‘made in Colombia’ de la diseñadora industrial Katya Warner, especializada el lanzamiento de productos en el país y Estados Unidos, con amplia experiencia en desarrollo sostenible.

El producto viene en cuatro colores, entre ellos el rojo.

La idea surgió a raíz de una visita que hizo la barranquillera a una experta de la salud para que la ayudara a mejorar su postura corporal por las molestias que sufría. “Me dijo que durmiera con una almohada mucho más gruesa, porque duermo de lado. Me quedé inquieta. Comencé entonces a averiguar todo sobre las almohadas antiarrugas y me di cuenta que en el mundo habían nada más 3. La verdad es que no sabía que uno se podía arrugar durmiendo con una almohada común y corriente”.

Así comenzó su tarea hace año y medio, estudiando e investigando, a sabiendas de que las almohadas no han cambiado su forma rectangular hace muchos años. “Yo puedo hacer una mejor, cambiarle la forma y que sea beneficiosa”, pensó en ese entonces. La idea le quitó el sueño hasta lograrlo.

Katya Warner dice que los forros son lavables y que el espacio de la belleza femenina mientras duerme lo ofrece su empresa.

Comenta que parte de la investigación fue desde cuando iba a la playa y se acostaba sobre las montañitas de arena que hacía y se movía para saber de verdad que marcas dejaba el cuerpo, cómo se  comportaba y qué estaba pasando con los  hombros, el cuello y la cabeza.

Averiguó que había un patrón muy similar, pero no tenía forma de mariposa. Era necesario que la almohada no le llegara a la persona hasta el cuello sino un poco más abajo, de acuerdo con lo que le comentaron médicos, fisioterapeutas y otros expertos que la asesoraron.

Moon Bubble, que viene en cuatro colores, brinda soporte ergonómico para el cuello y zona lumbar, se ajusta a la cabeza de la persona que puede dormir de lado, boca abajo y boca arriba. Su forma orgánica ayuda a minimizar las líneas y arrugas del sueño. Es decir, es ortopédica sin que ejerza presión en el rostro”.

La almohada creada por Katya está hecha con espuma de poliuretano memory  foam, (también conocida como espuma de memoria) un material que originalmente fue desarrollado por la Nasa, con propiedades innovadoras, para aliviar la presión que los tejidos podían producir a los astronautas en el espacio, según explica.

Por su diseño al estilo mariposa, con Moon Bubble no hay presión en la piel para tener .amaneceres radiantes, como ocurre con la almohada rectangular tradicional

“Yo pensé que no iba a poder conseguir ese tipo de material porque lo quería de la más alta calidad, pero ya lo tenemos en Bogotá, donde opera la fábrica que no ha parado durante la pandemia. Las ventas las realizamos por Internet.”

Los primeros en probar los beneficiosos fueron sus amigos, vecinos y familiares. Fue la prueba reina. Todos tuvieron felices sueños y despertaron sin esos dolores que aparecen al utilizar almohadas de mala calidad.

Esta nueva marca, según comentó Warner, no solamente tiene patente de diseño en los Estados Unidos desde enero 2020, sino de utilidad.

La devastación que sufrieron San Andrés y Providencia por el huracán Iota, despertó en Katya la solidaridad. El lanzamiento de su producto estaba programado para finales de noviembre, pero a raíz de lo ocurrido decidió que el producido de las ventas, hasta el 1º de diciembre, sea para ayudar al archipiélago sanandresano, al que le guarda gran afecto porque vivió allí  durante 6 años.

“San Andrés es como mi segunda ciudad, por eso he querido ayudar con mi almohada, para poder dormir más tranquila”, concluye.

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