Aunque es altamente incapacitante, esta dolencia es por lo general prevenible y curable.
Si usted alguna vez se ha quejado por una dolencia en la espalda, sepa que es una de las ocho personas que, por cada diez, siente ese malestar. De hecho, en 2017 esta fue considerada la segunda causa de enfermedad laboral en Colombia, y está entre los diez motivos de consulta médica más frecuentes reportadas por las EPS.
Los dolores de espalda, sean en la parte media y superior o en la parte baja (lumbago) suelen ser altamente incapacitantes, pero la buena noticia es que, por lo general, son prevenibles y curables.
De ellos no nos escapamos ni estando en esta cuarentena, pues precisamente por estar más tiempo en casa solemos realizar actividades en el hogar, especialmente de aseo general y reorganización de muebles y objetos pesados, que pueden ponernos en aprietos.
Y no es de extrañar que sea tan alta la prevalencia de esta patología. Los 33 huesecillos y 23 discos que conforman la columna vertebral –que sostiene nuestro cuerpo y protege la médula espinal— se resienten con frecuencia por nuestra mala postura permanente u ocasional o cuando levantamos un peso excesivo, permanecemos mucho tiempo en una misma postura, engordamos, envejecemos o tenemos una lesión muscular, entre otras causas.
Por lo anterior, ¿quién no se ha llevado las manos a la región cervical o a la zona de los riñones, para intentar aliviar un dolor punzante tras una extenuante jornada física?
Los excesos, las malas posturas o la falta de tono muscular tienen un efecto doloroso sobre los huesos y músculos que conforman la estructura de la espalda. Es allí cuando se generan las contracturas musculares e inflamaciones y surge así el dolor de espalda.
¿Qué hacer para cuidar nuestra espalda cuando esta duele?
Inicialmente se recomiendan seis cosas: la primera es descansar, sin que esto implique dejar pasar demasiado tiempo sin movernos. De igual forma, tomar analgésicos; usar una fuente de calor (bolsa de agua caliente, por ejemplo) para disminuir el dolor y la rigidez; o de frío (hielo) contra el dolor y la hinchazón, y también aconsejan corregir la postura, hacer ejercicios, controlar el peso y emplear técnicas de relajación contra el estrés.
El dolor de espalda suele mejorar con las recomendaciones anteriores, pero si no es así hay que consultar a un especialista, pues puede tratarse de la manifestación de algo mucho más grave, como una hernia discal, por ejemplo. Si hay fiebre, o si duele después de una lesión o un golpe hay que buscar la atención médica urgente.